anoche en Guadalupe

Un crimen y muchas dudas

  • La víctima es un hombre de 43 años. Recibió un tiro a quemarropa en el pecho. Murió minutos después en el hospital Mira y López
Un crimen y muchas dudas

Agentes policiales trabajaron en la escena del ataque ante la mirada de numerosos vecinos. Fotos: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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El final de Darío Quinteros (43) estaba escrito con sangre.

El último capítulo se cerró poco antes de la medianoche de la víspera cuando alguien llegó hasta la vivienda ubicada en Larrea 1800, esto es, en el corazón de Guadalupe Oeste y golpeó con insistencia la puerta.

En el interior de la finca estaba Quinteros, acompañado por dos de sus hijas, de 15 y 12 años. “¡Darío.... Darío!”, eran los gritos que provenían desde la calle.

El dueño de casa entreabrió la puerta para ver a qué obedecía tamaño alboroto pero fue entonces cuando el estruendo de un disparo, retumbó por todo el lugar.

Quinteros retrocedió unos pasos y, ya herido de muerte, se dejó caer al suelo. Un disparo lo había alcanzado de lleno en el pecho. El proyectil ingresó por el tórax y salió por la espalda.

En medio del terror por lo ocurrido, las adolescentes fueron en auxilio de su padre, al igual que algunos vecinos que advirtieron el problema.

Minutos después, el infortunado fue cargado en un vehículo particular que partió a toda velocidad en dirección hacia el hospital Mira y López donde, pese a los esfuerzos realizados, arribó sin vida.

A todo esto agentes policiales de la seccional 8ª ya habían arribado al sector de Larrea 1800 y comenzaban con las primeras diligencias del caso, junto a sus pares de la sección Homicidios y de la Policía De Investigaciones (PDI).

En este sentido, se supo que desde la escena del crimen los pesquisas se incautaron de una vaina, calibre 22, la que será sometida a peritajes.

Desde entonces, y hasta el cierre de la presente edición, los investigadores escuchan con suma atención el relato de algunas personas vinculadas con el asunto.

No obstante, lo más difícil gira en torno a quién apretó el gatillo para matar a Quinteros. No se sabe si el matador actuó solo o acompañado por otra persona. Incluso, tampoco está establecido si el asesino es hombre o (lo más intrigante) una mujer.

Historia oscura

La muerte de Quinteros tiene como telón de fondo una oscura historia donde se mezclan hechos de abusos, abandonos y amenazas.

Se supo que el nombrado sostenía desde hace tiempo una relación tortuosa con varias mujeres que supieron trabar vínculos amorosos con el.

Los desencuentros de esas relaciones le valieron incluso una colección de denuncias en su contra que, por “extrañas razones”, no lograron prosperar.

No hace mucho una de estas mujeres lo acusó de haber arrojado una bomba del tipo molotov en su domicilio para amedrentarla.

La semana pasada, las dos hijas adolescentes de Quinteros desaparecieron del hogar. Debido a esta situación el hombre llegó hasta el MPA y radicó una denuncia por “pedido de paradero”.

La incertidumbre por el destino de estas nenas persistió durante algunos días, hasta que finalmente se las ubicó en casa de un familiar. Por entonces, la Subsecretaría de la Niñez ordenó que las menores regresen nuevamente con su padre.