¿Qué pasará entre Colombia y Venezuela?

Santos, Maduro y una frontera en vilo

Agencia DPA

El esperado encuentro entre los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Nicolás Maduro, se cumplió este lunes en Quito con grandes expectativas pero contados resultados que dejan aún en vilo a la frontera binacional y a sus miles de habitantes.

Bajo estricta diplomacia y en un tono “respetuoso y lleno de hermandad” transcurrió el encuentro de más de cuatro horas en el que, sin plantear un solución concreta a la crisis binacional que cumple más de un mes, se fijó una especie de hoja de ruta.

Dentro de los siete puntos pactados en el plan de “progresiva normalización” de la situación en la frontera están el retorno inmediato de los respectivos embajadores, la investigación de la situación de la frontera por parte de Caracas y la reunión de los equipos de ministros el próximo miércoles para empezar a tratar los temas sensibles.

Sobre los acuerdos, la senadora Claudia López consideró “le fue bien a la diplomacia pero mal a los colombianos y venezolanos de la frontera”, debido a que se dejó ‘en manos de la investigación que se comprometió a hacer Venezuela‘ el tema de la violación de derechos humanos a los más de 1.000 deportados hacia Colombia.

No obstante, el discurso de los mandatarios, así como de los presidentes facilitadores del encuentro, Rafael Correa de Ecuador y Tabaré Vázquez de Uruguay, fue limitado y dejó en el aire algunos temas concretos, pero quedó claro que tanto Santos como Maduro siguen firmes en sus posiciones.

“Le expresé al presidente Maduro el respeto sobre su decisión de cerrar la frontera o deportar a los colombianos (que presuntamente estaban en condición de ilegalidad), señalando que está en todo su derecho, pero le pedí que respetara el debido proceso y los derechos de los colombianos”, reiteró Santos al término del encuentro.

Por su parte, el mandatario venezolano tomó la reunión como un “inicio e incluso, reinicio de las relaciones” y se limitó a afirmar que en la cita “triunfó la sensatez, del diálogo y la paz” porque, según él, no tuvo cabida el “odio o el revanchismo; solo hubo espacio para el diálogo”.

Para el historiador colombiano Álvaro Tirado Mejía Santos “actuó de manera correcta” y dejó claro que “hay problemas que no son negociables como lo son las (supuestas) violaciones a las que fueron sometidos los colombianos” expulsados por el gobierno de Maduro.

Sin embargo, no se dio lo que muchos esperaban, que era la reapertura de los principales pasos fronterizos cerrados por orden de Maduro entre el 20 de agosto y el 7 de septiembre, y el escepticismo ante una rápida salida de la crisis binacional aumenta a medida que pasan los días.

Así lo aseguró el periodista venezolano Leo Felipe Francos, quien consideró que existe la posibilidad de que el gobierno de su país quiera alargar hasta después de las elecciones legislativas la crisis con Colombia.

Según Francos, es posible que el gobierno de Maduro esté usando la crisis fronteriza para tener “algo de control” en los estados en donde la oposición venezolana tiene grandes posibilidades en las elecciones legislativas de diciembre.

“Por eso no me extraña que la situación tienda a normalizarse a finales de diciembre”, agregó el escritor en un programa de opinión local.

Otros analistas, como Sandra Borda, criticaron que ambos gobiernos se hayan limitado a firmar “cartas de intención” y no hayan hallado una salida a la crisis que mantiene paralizada la frontera, de más de 2.000 kilómetros, con las medidas impuestas por Maduro en casi 20 municipios limítrofes.

Además, las tensiones entre ambos países se han agudizado en las últimas semanas a raíz de las denuncias hechas desde Bogotá con respecto de las supuestas incursiones de aviones militares venezolanos en territorio colombiano.

Sumado a esto, el pasado fin de semana habitantes del departamento de La Guajira, en donde hay cierre fronterizo a la altura del municipio de Paraguachón, acusaron a miembros de la Guardia Venezolana de cruzar el límite hacia Colombia y disparar contra dos jóvenes que se movilizaban en una motocicleta.

Pese a que el diálogo está planteado, los temas están sobre la mesa y existe una aparente disposición de los gobiernos para salir de una situación que deja más de 20.000 afectados, la incertidumbre se mantiene y la firmeza en lo hecho y dicho por cada uno de los mandatarios sigue posponiendo la llegada de esa anhelada solución.