El Salvador se perfila como el país más violento del siglo

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Con armas en las calles. Si la predicción de los 6.066 homicidios se cumple al cierre del año, El Salvador habrá visto perecer a cerca del 0,096 por ciento de su población. Foto: Reuters

 

Las más recientes estadísticas de homicidios en El Salvador revelan que el país apunta a convertirse en la nación más violenta del siglo XXI, dado que podría cerrar el año con 6.066 asesinatos y situar su tasa en 96,3 por cada 100.000 habitantes, cifra sin parangón en los últimos 15 años.

Según las estadísticas del estatal Instituto de Medicina Legal (IML), los homicidios hasta el 19 de agosto sumaron 3.840 y la media diaria se situó en 16,62. De continuar esta tendencia, el país cerraría el año con 6.066 muertes violentas.

Al hacer la relación con la población salvadoreña, que según la Dirección General de Estadística y Censos (Digestyc) es de 6,2 millones de personas, surge el “dato negro” de 96,3 por cada 100.000 habitantes. Esta tasa superaría con creces la registrada por Honduras en 2011 que, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc), fue de 91,8.

De hecho, ese país, que “ha ostentado” desde 2010 el título del “más violento del mundo”, registró hasta el 19 de agosto un total de 3.281 asesinatos; 559 menos que El Salvador en el mismo período. La tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de El Salvador en este lapso es de 61, mientras que la de Honduras, que según el Instituto de Nacional de Estadísticas (INE) tiene una población de 8,5 millones, se sitúa en 38,43.

Si la predicción de los 6.066 homicidios se cumple al cierre del año, El Salvador habrá visto perecer a cerca del 0,096 por ciento de su población.

Si se extrapola este porcentaje a un país como España, que ha reducido sus índices de violencia en los últimos años y tiene una población de 46,5 millones de personas, el total de asesinatos anuales sería de 44.837. En China esta cifra superaría el millón de homicidios.

Datos de la Onudc señalan que, fuera del Triángulo Norte, uno de los pocos ejemplos comparables es el de Colombia, que entre los años 2000 y 2002 registró tasas de homicidios de entre 66,5 y 68,9 asesinatos por cada 100.000 habitantes. El espectro que se cierne sobre el país viene creciendo desde junio de 2013, la última vez que los asesinatos no sobrepasaron los 200 mensuales. Esta fecha concuerda en alguna medida con la ruptura de una tregua entre las pandillas salvadoreñas iniciada en 2012 durante la cual los asesinatos pasaron de 15 a 5 por día. El entonces presidente Mauricio Funes dijo el 26 de abril de 2013 que la pandilla Barrio 18 había resuelto unilateralmente romper con dicho pacto, el que fue supuestamente propiciado por el gobierno.

El recrudecimiento de la violencia también se ha visto atizado por la postura pétrea del gobierno de no dar concesiones a las pandillas que han puesto las cartas del diálogo sobre la mesa y que según analistas consultados han convertido el acto de matar en una “herramienta política”.

Esto porque los homicidios han dejado de ser sólo consecuencia de las actividades delictivas de las pandillas y ahora son utilizados para tratar de obligar al gobierno a una negociación. El futuro cercano para El Salvador es particularmente incierto y nebuloso, y tiene como fondo los pulsos constantes entre las fuerzas de seguridad y las pandillas.

No obstante, autoridades del gobierno señalan que “están triunfando” sobre la delincuencia y que las cifras se ven infladas por las muertes de pandilleros en enfrentamientos con la Policía y el Ejército. Está “guerra tácita” sólo promete dejar más víctimas. Analistas señalan que la situación ha “tocado fondo”, pero todo indica que el pozo tiene más espacio como para seguir cavando.