¿Qué pasó en la cocina del PJ?

Las jubilaciones, la Caja y el día de la reforma congelada

Los gremios estatales les arruinaron el banquete. Los senadores justicialistas habían ordenado un menú más agri que dulce, e invitaron al oficialismo. Terminaron guardando todo en el freezer.

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Triunfo. Docentes estatales de Amsafe y Sadop en la Legislatura. La mayoría en Senadores dio marcha atrás con la comisión bicameral para revisar el déficit de $ 2.000 millones del sistema previsional. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Luis Rodrigo

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Era un menú elaborado, de tres pasos, pero los senadores lo dejaron -al menos por ahora- en el congelador. Ayer iba a servirse el primer plato, la preferencia, pero sin ningún despacho que la condimente y con tantas críticas de los gremios estatales, ésta no se renovó. Y ya se sabe... sin primer plato, del tratamiento y la aprobación ni hablar.

Los senadores del justicialismo (con el apoyo del Frente Progresista y del gobernador electo Miguel Lifschitz) habían ordenado para ayer el tratamiento preferencial de un proyecto de ley, cuyo objetivo es conformar una comisión bicameral para discutir una reforma del sistema previsional.

La iniciativa justicialista se expuso -casi por sorpresa- el jueves 4. El oficialismo de inmediato -tal como se había adelantado en la reunión de jefes de bloques- manifestó su adhesión, lo que incluyó una exposición elogiosa del próximo titular del Poder Ejecutivo.

El proyecto, además de su autor, Joaquín Gramajo (PJ-9 de Julio), también

recibió las firmas de otros influyentes senadores peronistas Hugo Pucheta (Vera), José Baucero (San Javier) y Alberto Crossetti (Belgrano). También Danilo Capitani (San Jerónimo) pero luego retiró su firma, según sus palabras -de ayer- al notar que “no era un pedido de informes”.

Según lo que se había dispuesto por unanimidad en aquella sesión, ayer correspondía dar el paso siguiente: dar la media sanción o (al menos) renovar la preferencia. No fue así.

La marcha atrás en el Senado produjo un fuerte revuelo. Y habrá que ver si tiene o no consecuencias internas, sobre todo en el bloque de la mayoría, donde se cocina lo que ocurre luego en el recinto. Este Senado (como el próximo) tiene 11 bancas del PJ sobre las 19 de la sala.

Un frío comunicado

Pasadas las 14, un comunicado de prensa del interbloque justicialista hizo saber -bastante antes de la sesión- que “permanecerá en comisiones” el proyecto de ley.

El texto repite la expresión “dejar en claro” varias veces, y fue redactado después de la reunión en la que los senadores recibieron a los dirigentes gremiales de Amsafe y Sadop, en la que les transmitieron su cambio de opinión.

“Se hizo hincapié -agrega- en que de ser necesario un debate o un estudio debe ser el Poder Ejecutivo quien lo propicie dado que es el único que cuenta con elementos fehacientes para fundamentar tal situación”. Evidentemente, ya no será el interbloque opositor quien se encargue de ello.

Señala que los legisladores expresaron a los dirigentes gremiales su “preocupación por el estado financiero del Iapos y dejaron en claro que no aprobarán ninguna iniciativa que vaya contra los logros y los intereses obtenidos por los trabajadores y que contaron con el respaldo y la aprobación de la bancada del Partido Justicialista”.

Revuelto

Todo indica que en cuanto los dirigentes gremiales dejaron la sala de reuniones del interbloque del PJ, los senadores justicialistas presentes prepararon otro plato.

Seguramente menos de su gusto, como para engañar al estómago y, acaso, a quien los escuche: chivo expiatorio a la norteña.

Como otros integrantes de los bloques opositores, ayer Joaquín Gramajo (PJ-9 de Julio) no estaba en la Cámara Alta. En los pasillos primero, y en las bancas después, una y otra vez, se dijo que “inicialmente”, que “en un primer momento” el proyecto que iba a presentar el peronismo “no era” el de la creación de una comisión bicameral por la reforma previsional, sino un simple pedido de informes, para reclamarle datos sobre el déficit de la Caja de Jubilaciones al gobierno.

¡Qué curioso! Se habló de idas y vueltas, de huevos batidos y de cocciones apuradas de campaña, a fuego nada moderado, y a espaldas del senador que -se dice- es descendiente del creador del célebre Revuelto Gramajo.

Discursos y autocrítica

  • Tras anunciar la decisión de congelar el proyecto para impulsar una reforma previsional hubo varias exposiciones en la Cámara. Fue una sesión de quórum muy ajustado. Joaquín Gramajo (PJ-9 de Julio) y el gobernador electo Miguel Lifschitz estuvieron entre los numerosos ausentes con aviso.

José Baucero (PJ-San Javier) repitió lo que antes expuso el interbloque del justicialismo en un comunicado y negó que el peronismo haya pensado en subir o bajar edades para los beneficios jubilatorios, agregar aportes a los activos o dañar el 82% móvil. Hubo en sus palabras un tono de autocrítica: aseguró que si el tema se vuelve a tocar “serán los trabajadores en primer lugar quienes nos expresen su opinión”. “Si se hubiera hecho un pedido de informes, en lugar de este proyecto, quizás estas cuestiones (cuestionamientos) no hubiera sucedido”, admitió. En el mismo sentido, Danilo Capitani (PJ-San Jerónimo) dijo que ese “era el compromiso”, una mera comunicación.

Lisandro Enrico (UCR-General López) advirtió que el envejecimiento de la pirámide poblacional, producto de una mayor esperanza de vida, en Santa Fe y en todo el mundo, pone en crisis los sistemas previsionales. Y reivindicó las intenciones del proyecto congelado: cuidar “la sustentabilidad” del proyecto. “No podemos admitir que se clausure el debate”, expresó “a nivel personsal”, no de su bloque.

Felipe Michlig, jefe del oficialismo, hizo su trabajo. Tendió puentes a todos los senadores del justicialismo, avaló sus explicaciones sobre el cambio de criterio, ensayó la teoría de los problemas en la comunicación, y no se privó de advertir de la necesidad de que los gremios que respaldan al gobierno nacional también reclamen que la Nación pague a Santa Fe (tal como hizo hasta 2007, cuando Binner llegó a la Casa Gris) la compensación que le corresponde por no haber transferido su Caja. “Sin esos fondos nacionales son todos los santafesinos (no sólo activos y pasivos del Estado) quienes afrontan el déficit de la Caja”, dijo sin respuestas desde el peronismo.

Hugo Marcucci (UCR-La Capital), en cambio, criticó la génesis del proyecto, al informe técnico que la Caja refrenda sobre el déficit, y al gobierno nacional que discrimina a Santa Fe respecto de su coparticipación y su Caja de Jubilaciones. Lamentó que no se haya limitado con más claridad qué aspectos del sistema previsional reformar: “No podemos poner en zozobra a los jubilados; la apertura del temario en debate debió ser parcial no total”, dijo.