ESTE MEDIODÍA

Almuerzo solidario sobre el Colgante

  • El evento organizado por cuatro cocineros santafesinos logró reunir los $ 150.000 necesarios para renovar el equipo multimedia del salón Ateneo del Hospital de Niños.
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Desafío. En su segunda edición, el evento duplicó la cantidad de comensales: 150 personas almorzaron sobre el Puente Colgante. Foto: Mauricio Garín

 

De la redacción de El Litoral

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En el día del Santo Patrono de la Ciudad (San Jerónimo) y bajo el sol del mediodía, 150 personas almorzaron sobre el Puente Colgante en un evento a beneficio del Hospital de Niños. Fue en la segunda edición de Cocina a 8 Manos, un emprendimiento de los cocineros Rubén Rivero, Lucio Marini, Gustavo Kakazú y Ernesto Teplitzky.

“El evento es un poco de ellos porque fue su idea y a la Fundación le resultó muy simpática. Si bien el hacerlo al aire libre conlleva riesgos y miedos, por fortuna el clima acompañó y se pudo disfrutar del almuerzo”, dijo Ana María Caputto, quien preside la Fundación.

El objetivo planteado fue reunir $ 150.000 para renovar el equipo multimedia del Salón Ateneo del hospital para profundizar la capacitación científica y técnica del hospital. “Cocina a 8 Manos es una buena experiencia y a la gente le gusta ayudarnos porque respeta a la Fundación, lo más importante es ayudar al Alassia”, agregó Caputto.

Logística y preparativos

El almuerzo fue coordinado por el chef Lucio Marini. Rubén Rivero, Gustavo Kakazú y Ernesto Teplitzky tuvieron cada uno un rol específico.

Los preparativos comenzaron a las 6 de la mañana con el corte de tránsito del Puente Colgante y su limpieza, y con el montaje de la cocina de campaña necesaria para cocinar el menú de cinco pasos.

“La preparación del almuerzo comenzó ayer, con el mise en place de todo lo necesario para el almuerzo, cocinar sobre el puente tiene sus dificultades porque es al aire libre y hay que trasladar todos los elementos”, contó Lucio Marini. Por su parte, Ernesto Teplitzky explicó que la preparación del almuerzo implicó el trabajo de 15 personas en la cocina: “Queríamos un evento único y emblemático para la ciudad, y en esta segunda edición duplicamos la cantidad de comensales. Las condiciones físicas no son las ideales pero las cosas se logran y, a beneficio del Hospital de Niños, vale el esfuerzo”.