Sin resolución legislativa

Agroquímicos, un tema caliente

La Comisión de Asuntos Constitucionales de diputados volvió a postergar la reforma de la ley 11.273. Insisten en los beneficios consensuados para la norma actual.

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En la semana, los ambientalistas frenaron lo que se anunciaba como un secreto a voces: que la Comisión había acordado impulsar el proyecto de Inés Bertero por sobre el de Tessa, el que se habría quedado sin apoyo político.

Paren de Fumigarnos realizó una presentación denunciando “la inconstitucionalidad del proyecto empujado por las corporaciones agrarias y cámaras empresariales que fuera suscripto por la diputada Inés Bertero, presentado al solo efecto de competir y entorpecer la marcha de aquél propuesto por las poblaciones afectadas que presentara el diputado José María Tessa junto a otros diputados”, según denunciaron los ambientalistas.

Para el coordinador de la Comisión de Agricultura de Carsfe, Martín Favre, nada más alejado de la realidad. “El proyecto de Bertero recopila todo lo que la ciencia y la tecnología hoy pueden poner al servicio de la legislación. El problema más grave que tenemos es el control”, argumentó. “El organismo de aplicación es el Ministerio de la Producción y hay diez inspectores para toda la provincia, y evidentemente no se va a poder hacer un control eficiente. Entonces, lo que propone el proyecto es que en las 365 localidades haya un ingeniero agrónomo”. Favre explicó que el interés en mejorar la norma nació en 2005 como una inquietud de la producción. “Las modificaciones que buscábamos eran que todas las máquinas terrestres estuvieran matriculadas, y que se aplicara con una receta. Pero hace 10 años que estamos atrapados en el tema de las zonas periurbanas y las distancias. Por suerte el Ministerio de la Producción tomó el tema y avanzó en la matriculación y capacitación de los operarios. Si avanza el proyecto de Bertero tendremos una ley superadora de la 11.273. La figura del veedor deja atrás los conflictos y eso se ve en las comunidades donde se aplica esta figura como Godoy. El INTA Oliveros lo tiene medido, respecto de cómo desapareció la conflictividad y cómo la confianza ha surgido en estas comunas, y esto permite jerarquizar la importancia del agrónomo. Producimos alimentos para 440 millones de personas, alimentos de gran inocuidad y calidad y a veces los productores nos sentimos desvalorizados por este trabajo”, agregó.

Para Favre, este veedor es alguien conocido por la gente del pueblo y eso genera una mayor confianza. “Los ambientalistas buscan el respeto de la salud de las comunidades, pero ignoran que nosotros somos los que trabajamos en el campo de manera directa y somos los más preocupados en tener un sistema de producción sustentable desde el punto de vista ambiental. Antes miramos la sustentabilidad económica, luego la social, y ahora también la ambiental, por eso creemos que la conflictividad bajará en la medida que regulemos y garanticemos el buen trabajo. El desafío es desarrollar nuevos sistemas de producción en estos 100 metros en los que no se podría aplicar nada químico. Eso nos permitirá la búsqueda de rotaciones y formas de producción que si las vemos seguras, rentables y eficientes, las podremos llevar más allá de las zonas periurbanas”, aseguró.