Cuatro meses, muchas menos

Cuatro meses, muchas menos

foto: luis cetraro.

¿Qué cambió luego de “Ni una Menos”, la marcha que movilizó el 3 de junio a todo el país para pedir medidas concretas que pongan fin a la violencia de género? Desde entonces hubo nuevos femicidios y, advierten las organizadoras, pocos cambios en los presupuestos y en la aplicación plena de la ley nacional 26.485. Sí se logró mayor visibilidad del tema, más denuncias y una mirada menos sesgada de los medios de comunicación. Pero, a la luz de las cifras que siguen engrosando las estadísticas no oficiales, falta mucho camino por recorrer.

 

PRODUCCIÓN. NANCY BALZA.

Hoy se cumplen cuatro meses de la marcha “Ni una Menos” que el 3 de junio pasado reunió a miles de personas en todo el país para pedir políticas concretas que frenen el flagelo de la violencia de género. Aquella movilización, que tuvo su epicentro en la Plaza del Congreso, en capital federal, y replicó en todo el territorio argentino, tenía por objetivo exigir la aplicación plena de la ley 26.485, sancionada en abril de 2009, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales; la presentación de un Plan Nacional de Acción en esta materia, y un registro oficial de femicidios.

Según evalúan las organizadoras de aquella movilización, desde el punto de vista de las políticas públicas “cambió muy poco”, aunque hay una mayor visibilización social de un flagelo que hasta no hace mucho se dirimía puertas adentro, y se logró el compromiso de los candidatos presidenciales a trabajar en este tema.

También hay más mujeres que se animan a pedir ayuda. Una de las vías para hacerlo es la línea telefónica gratuita 144, que depende del Consejo Nacional de las Mujeres y funciona las 24 horas del día durante todo el año para proporcionar asesoramiento, contención e información sobre violencia de género. Allí no se reciben denuncias ni se procesan estadísticas, pero sí se registra un claro aumento de llamadas desde el 3 de junio.

Mientras tanto, los únicos datos concretos de femicidios ocurridos en el país son los que surgen de la Asociación Civil “La Casa del Encuentro” que lleva registradas 1.808 mujeres asesinadas en la Argentina, entre 2008 y 2014 como consecuencia de la violencia machista, e insiste en que se mata a una mujer cada 30 horas, dato terrible que aún así no alcanza para exponer esta tragedia en toda su magnitud porque involucra, a la vez, una cifra incalculable de niñas y niños que quedaron huérfanos.

“HAY QUE EMPEZAR A HACER más que decir”

Un dato que llamó la atención, en ocasión de los tres meses de “Ni una Menos” es que se habían registrado 30 asesinatos, de acuerdo al relevamiento realizado por un matutino porteño y siempre según los casos allí publicados. Fabiana Tuñez, directora ejecutiva de “La Casa del Encuentro” anticipó, en diálogo con Nosotros que a principios de noviembre presentarán las estadísticas parciales de femicidios de este año, de acuerdo con un relevamiento en los medios de todo el país, y -sin brindar detalles- señaló que esa cifra va a ser mayor “y nos va a interpelar a todos a poner manos a la obra; a dejar de decir y empezar a hacer”.

Para Tuñez, al igual que para otros y otras referentes en temas de género, hay más conciencia en la sociedad acerca del impacto que tiene la violencia, pero en materia de avances concretos “éstos han sido muy pocos”. “En todo lo que tiene que ver con el diseño del plan nacional para la erradicación de la violencia, que está contemplado en la ley -e incluye programas de asistencia directa; dispositivos de protección; programas de sensibilización, prevención y capacitación a todos los efectores que intervienen en una denuncia, y reformas educativas para cambiar el paradigma cultural- todavía no hay nada”. Tampoco se avanzó en la pérdida inmediata de la patria potestad para el femicida, “que no está en la ley”, ejemplificó.

“La realidad es que todos los cambios los comenzaremos a ver en forma concreta a partir de una renovación de autoridades a nivel nacional y de las legislaturas”. Para Tuñez está claro que “estamos en un compás de espera hasta que se definan las cuestiones electorales que se llevan todo el tiempo”.

“UNA MILITANCIA”

Ingrid Beck es periodista y directora de revista Barcelona y, junto a un grupo de colegas, fue una de las organizadoras de la marcha, que tuvo a las redes sociales como particulares protagonistas: fue por Twitter y por Facebook que la consigna, clara y directa, se viralizó de punta a punta del país.

- ¿Qué cambió desde el 3 de junio?

- Me parece que desde el punto de vista de las políticas públicas cambió muy poco. El principal reclamo tenía que ver con un plan nacional de erradicación de la violencia de género y eso no existió. Sabemos que no es algo que se pueda hacer de un día para el otro pero la ley 26.485 tiene varios años, el plan está incluido en esa ley y no se cumple. El Consejo Nacional de las Mujeres no presentó ese plan y nos parece que no existe. Hay muchas cosas previstas allí; entre otras, la asignación de recursos. Desde ese lugar no se ha hecho gran cosa. Sí se presentó un proyecto de ley muy interesante de patrocinio jurídico gratuito para mujeres víctimas de violencia, del senador Juan Manuel Abal Medina que tiene dictamen de comisión. Lo festejo y lo apoyo, pero me parece que es insuficiente.

- ¿En qué se avanzó desde la marcha?

- Cambiaron algunas cosas a nivel social, me parece que ése es el gran triunfo. La tolerancia al machismo es menor socialmente; de hecho se habla de machismo, que antes era impensable. Y se habla de femicidio y no de crimen pasional y en eso hay un cambio importante.

Me imagino que en el poder judicial, que es muy estanco y conservador, están habiendo algunos cambios. Hay más interés por lo menos en informarse sobre cómo trabajar con perspectiva de género. Pero hay otra gran deuda con las víctimas: la cantidad de laberintos judiciales, agentes sin formación, sin consideración por las víctimas. De los últimos casos de víctimas de femicidio, por lo menos dos tenían orden de restricción: el de Claudia Schaefer y el de María Belén Morán, las dos de Pilar, una del country Martindale y la otra de barrio Manzanares, lo que a su vez habla de que es un tema transversal y que no tiene que ver con los estratos sociales.

Sí avanzó el tema del compromiso de los políticos, creo que todos los candidatos que superaron las PASO firmaron el compromiso.

- ¿Cómo sigue Ni una Menos?

- Es muy difícil hablar por el conjunto porque somos diversas y tenemos distintas opiniones en algunas cosas. No sabemos cómo seguimos. Me cabe el título de haber sido una de las organizadoras del acto del 3 de junio pero Ni una Menos está lejos de ser nuestro: no nos pertenece, ésa es una ventaja. El tema de mantenerlo activo y monitorear nos excede bastante. Sigo manteniendo el interés en el tema y militando desde mi lugar en el periodismo; lo hacía antes pero ahora lo hago con más énfasis. También me interesa mantener una especie de tarea “pedagógica”, que tiene que ver con difundir este mensaje de terminar con el machismo.

En cuanto a los colegas varones, toman el tema de maneras diferentes. Tiene que ver con un ápice de cambio cultural y se miden más. A veces usan el humor y dicen: “Si le decís eso, te arman un Ni una menos”. Y está bien, es el poder que te confiere haber puesto el cuerpo a esto.

- ¿Te imaginaste que la convocatoria del 3 de junio iba a ser tan grande?

- Lo empecé a intuir unos días antes, pero nunca pensé que iba a ser lo que fue. Superó mi imaginación y aún hoy me parece algo ajeno. Esto que digo es personal: una de mis funciones ese día era encontrarme con las personas que iban a leer el documento, en un hotel ubicado a una cuadra y media del Congreso (que era el lugar de concentración), y llevarlos hasta el escenario. Pensé que en 15 minutos llegábamos, pero era imposible atravesar esa distancia por la cantidad de gente que había. Llegué hasta el escenario y dije: “Esto ya no es mío, hice lo que tenía que hacer”.

Es un orgullo lo que aprendí en estos últimos tiempos, a vincularme de manera tan directa con las víctimas, con sus historias, con los problemas de fondo... Antes no hilaba tan fino. Además, es importante esta tarea docente, “pedagógica”; uno de los placeres es cuando me llaman de una escuela para hablar sobre este tema. Es una militancia.

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EN LAS REDES

En Facebook: Ni Una Menos.

En Twitter: @niunamenos_

CONTACTO

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foto: mauricio garín.

“En los medios asoman algunos cambios que tienen que ver con la utilización de palabras como femicidio en lugar de crimen pasional; se discute el tema de emoción violenta. Pero nos falta recorrer un camino enorme: en el caso de Claudia Schaefer se habló de ‘femicidio vip’. Hay una intención de ser políticamente correcto pero no hay convicción en general y, en algunos casos, los hechos se tratan con morbo y sin una perspectiva de género real”.

Ingrid Beck

Periodista, una de las organizadoras de “Ni Una Menos”.

UN REGISTRO COMO INSUMO

En la página web del Consejo Nacional de las Mujeres (www.cnm.gov.ar) figuran los primeros resultados del registro único de casos de violencia contra la mujer, presentados el pasado 23 de septiembre.

La población objetivo incluye a mujeres y trans de 14 años y más, víctimas de violencia basada en el género, que se encuentran registradas por haber realizado la denuncia del hecho y/o por haber solicitado algún tipo de asistencia (jurídica, legal, sanitaria, entre otras) por ellas mismas o por un tercero (familiar o no) ante organismos estatales.

De los 50.703 registros obtenidos en dos años y medio (2013 y 2014 hasta julio de 2015) surgen estos datos:

• Casi la mitad de los casos denunciados refieren a mujeres de entre 30 y 49 años.

• 8 de cada 10 mujeres tienen estudios medios o superiores.

• En la mitad de los casos, las víctimas no están ocupadas, es decir que no poseen un ingreso laboral propio.

• El 93,9 % de los casos reporta la agresión por parte de la pareja o novio (50,2 %) o ex pareja (33,7 %).

• El 56,8 % convive con el agresor.

• El 74 % de los registros corresponden a violencia física, más del 68 % a violencia psicológica, el 15,1 % a violencia económica y el 7,8 % a violencia sexual. Pueden registrarse formas combinadas de violencia.

• Uno de cada cuatro casos reportados refieren a una situación de violencia que lleva más de diez años.

• En el 95,1 % de los casos, el agresor es varón y más de la mitad tiene entre 30 y 49 años.

• 7 de cada 10 agresores tienen estudios medios o superiores.

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foto: pablo aguirre.

• opinión

“Violencia que mata y duele”

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María Claudia Albornoz

Foro Santa Fe contra la Trata

• Ni Una Menos, dijimos. Éramos más de cien ciudades en el país, dijimos Ni Una Menos y desde el 3 de junio siguen abusando, violando, desapareciendo y asesinando a mujeres y niñas. La violencia machista no para, no se detiene; tal vez las estrategias para que se detenga no son las que piensan y llevan adelante los gobiernos. Mucha gente gritó, visibilizó el Ni Una Menos y no pasa nada, no pasa nada de parte de los que tienen responsabilidades políticas. Seguimos sin estadísticas oficiales que muestren claramente lo que sigue pasando a cada hora en cada clase social, y sin generar una política clara para terminar con esta violencia que mata y que duele.

Ingresar en un refugio para proteger a una mujer sigue siendo una tarea tan complicada como que el violento entienda que no tiene que pegar y que esa mujer no le pertenece. Sí, las organizaciones de mujeres ya entendimos: el “Ni una menos” es una mentira.