El sábado, en el Centro Cultural Provincial

“¿Qué hay de nuevo, viejo?”

Pasamanos, “la banda nativa”, celebrará sus 30 años de existencia mostrando al mismo tiempo las canciones de su más reciente material, junto a ex integrantes y otros invitados.

“¿Qué hay de nuevo, viejo?”

Ignacio Agrafogo, Marcelo Heer, Eduardo Gaviola y Mario Ludueña, artífices de la formación actual del proyecto.Foto: Gentileza producción

 

Ignacio Andrés Amarillo

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“Pasamanos se remite a la infancia y al desafío que significaba, en las plazas, cruzar por ellos; el mismo desafío que se necesita para mantener vivo el espíritu de una banda y su continuidad en el tiempo”, reflexionaba Eduardo Gaviola ante El Litoral (en la nota “Cinco lustros montando el salmón”), en ocasión de que “la banda nativa” celebrase 25 años del debut de su primera formación, en el Cafetín Bohemio de San Jerónimo y Suipacha.

Hoy, la apuesta se redobla al celebrar las tres décadas presentando su más flamante placa: “¿Qué hay de nuevo, viejo?”, con invitados del pasado y el presente. La cita es para este sábado desde las 21.30 en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457). Las anticipadas a 80 pesos más el CD de regalo se consiguen en el CCP, en La Torre de Babel (9 de Julio 1843), en Megaforce (local 32, Galería Colonial), Junín Sessions (Junín casi esquina San Jerónimo), o a domicilio escribiendo al Facebook “Pasamanos La Banda Nativa”.

Al estudio

En la previa de la celebración, El Litoral dialogó con Gaviola (miembro fundador, voz y guitarra) y Marcelo Heer (batería), la mitad de una formación que se completa con Mario Ludueña (bajo y coros) e Ignacio Agrafogo (primera guitarra).

—Llevó un tiempo hacer este disco.

Gaviola: —Sí, porque somos medio complicados con los tiempos. Empezamos grabando bases durante una semana, después volvimos a los meses a meter arreglos, y a los meses a meter la voz; por temas laborales. Lo que empezamos a tocar, después cuando lo terminás...

Heer: —Pasó un año (risas).

Gaviola: —Ésa es la realidad nuestra. Funcionamos así. Hicimos temas clásicos que queríamos grabar sí o sí con este sonido, que estaban en discos anteriores pero que siempre te falta algo, por H o por B. Nos gustó el sonido actual, entonces vamos a hacerlo, qué se yo: capaz que es lo último que hacemos, entonces vamos a hacerlo con esta impronta más piola. Igual que la tapa, el packaging.

—Está la cuestión de que hay temas que tienen años y ese disco la gente no lo tiene, ¿cuántos tienen “Medios seductores”?

Gaviola: —Tal cual. Horacio (Bidarra) siempre me dice: “Es mejor perfeccionar lo que tenés y darle, a hacer cosas nuevas para probar”. Trece temas más un bonus track, nos gusta el sonido.

—El bonus track es...

Gaviola: —“Montados al salmón”. Que no está dando vueltas: está perdido en un CD. Éstas son ediciones más profesionales.

Heer: —Cada época es distinta. La primera época en que lo tocábamos teníamos otra formación, otro sonido, otra impronta. Lo que está pasando ahora es totalmente (ese sentido) distinto. Queríamos justamente plasmar eso, y dentro de los temas nuevos hacer la parte “antigua” del grupo. Hay temas que hablan de hace 20 años, 25, que son muy actuales.

—Cuando grabaron “Arde Bagdad” había pasado otra guerra en Irak desde que lo empezaron a tocar (risas).

Heer: —Por eso, es actual.

—¿Los temas nuevos ya estaban?

Gaviola: —Sí, salvo el primero, “Pero qué bien que estás”, que lo terminamos en el estudio, estaba dudoso si iba y nos gustó la frescura que tiene y es amplio para muchas orejas. Grabamos en Santa Fe Recording, con los amigotes de siempre: grabamos todo ahí menos “La suerte está echada”, que la hicimos con Marcelito Cornut en Sonic Wave. Desde el primer casete: estrenamos la máquina de 16 canales, con la cinta abierta que nos dieron para hacer el master del disco.

Uno no se da cuenta, pero 30 años es mucho tiempo. Eso será lo que nos hará seguir haciendo lo que sentimos y nos gusta.

—De los 30 años, vos llevás...

Heer: —Veinticinco.

Gaviola: —Y Marito también. Al principio, hubo unos abandonos, por temas de tiempos y laborales; no mala onda, porque todos quieren tocar o venir al show. Nacho hace seis o siete años que está.

—Hay gente que nació mucho después de que ya estaban tocando.

Heer: —El otro día me encuentro con Agustín Rodríguez, con quien tocaba, y me dice: “30 años... ese año nací yo. Así que los voy a ir a ver”.


Emociones

—¿Cómo se logra seguir teniendo ganas, haber estabilizado el grupo?

Gaviola: —Andá a saber qué es lo que se dio, nos lo preguntamos.

Heer: —Podríamos sanatear, pero creo que lo básico es llevarse bien como personas, y no hacer la cosa demasiado densa. Nos juntamos una vez por semana, o cada 15 días, y siempre con las mismas ganas de tocar. Eso genera un feedback.

Gaviola: —Al no tener sello, ningún tipo de obligación, tenemos una libertad absoluta: de componer, de tocar cuando podemos y tenemos ganas. No somos pegotes, de estar todo el día juntos: cada uno tiene su espacio, no nos invadimos. A su vez, cada uno tiene medianamente una función, como en un equipo de fútbol.

Me considero un afortunado, porque realmente me causa placer tocar con tipos desde hace 25 años y sentir lo que siento; no lo toco para que me miren las chicas, sino porque me hace extremadamente bien.

Heer: —Tuvimos un ensayo de trío, porque los otros no podían, y lo que se generó fue impresionante: estábamos los tres erizados porque lo que estábamos tocando era bárbaro. Los temas que vamos a tocar con Ramiro (Gallo) y Pablo (De Luca).

Gaviola: —Esos temas hace 20 años que no los tocamos.

Heer: —Ramiro tiene un concierto el 29, llega el 30, ensaya con nosotros...

Gaviola: —Nos tomamos un par de cervezas; va, toca y se sube al auto porque el lunes tiene otro concierto y después sale de gira. Fijate la onda de vago: hace años que no lo vemos, le chiflamos y dice: “Si me acomodo, me encantaría”.

—Todos quieren volver, pasó en los 25 y ahora de nuevo.

Heer: —Alguna fibra les toca.

Gaviola: —Lo mismo Pablito: en cuanto le hablamos dijo: “Dispongan de mí en lo que pueda”. Y no tenemos relación, pero ahora lo tenemos todos los días. “Ahora toco libre” dice, y va estrenar unos pedales en el show. Parecemos pibes que van a debutar; eso es piola. Es una inquietud como cuando te vas a encontrar con la noviecita. Transpiramos y los pelitos se te erizan. Eso es lo que ha hecho que dure.

Heer: —La ansiedad y la adrenalina están siempre, como estamos ansiosos por este show.

Permanencia

—Santa Fe es medio ingrata. ¿Se reconoce la trayectoria?

Gaviola: —No sé, pero hay un respeto, “cómo la han peleado”.

Heer: —Tampoco somos un grupo popular.

Gaviola: —Nunca lo fuimos.

Heer: —Nunca tuvimos un hit que lo pasen en la radio. Pero a pesar de eso, tenemos temas que los usan muchos de cortina.

—Podrían ser hits...

Heer: —Con una productora, o un sello, sabés cómo... Pero tampoco nos ha preocupado demasiado.

—Tal vez por eso se han dado el “gusto” de ver pasar por delante a muchos que se la creían.

Gaviola: —Ah, ni hablar, ya estaban allá arriba y de golpe “pff”.

Heer: Algunos con los que compartimos escenarios y no te daban bola porque estaban en la cresta de la ola; ahora se disolvieron y nosotros seguimos. Capaz que están atendiendo un quiosco.

Gaviola: —Su negocio o su profesión.

—“Montados al salmón” tenía que ver con el seguir adelante mientras algunos compañeros se bajaban por diferentes cuestiones. ¿Se puede releer pensando en tantos que pasaron por fuera? “Nosotros seguimos acá y ustedes pasan”.

Gaviola: —Y pasarán, creo que seguirá.

Heer: —Tranquilamente, se puede relacionar con eso. Y a pesar de todo, seguimos montados al salmón, ésa es la frase. En ese sentido, somos una de las pocas bandas bajo ese concepto: que a pesar de todo vamos a seguir.

Escenario

—El show va a tener invitados...

Heer: —De lujo: Ramiro Gallo, en violín; Horacio Bidarra, en teclados; Pablo de Luca, en guitarra eléctrica; Lorena “Negra” Niere, en voz (la primera voz femenina en 30 años), tiene muy buena onda. Un show de más de hora y media.

Gaviola: —Vamos a filmar con cinco cámaras (Virginia Calgaro para Estocolmo Producciones), y grabar de la mezcla (Adrián Forni).

Heer: —Va a estar muy bueno, al margen de lo emotivo. Hace 35 años que estoy en la música y escucho pocas bandas con el sonido que tenemos nosotros.

Gaviola: —La entrada es con CD, porque los discos no sirven de nada guardaditos en la sala de ensayo. Que la música gire, porque es de todos: el idioma universal. Más allá del tiempo que haya pasado, de los ritmos, de las modas, de los charts de votación; de las tribus y los gustos de la gente, la vedette de todo es la música.