editorial

  • La Corte Suprema de Justicia de la Nación acaba de declarar que la ley santafesina es constitucional.

Aval a la ley antitabaco

La Corte Suprema de Justicia de la Nación brindó su aval a la ley antitabaco que desde hace diez años rige en Santa Fe. La decisión se produjo a partir de una demanda que la empresa tabacalera Nobleza Picardo había iniciado contra la provincia.

Según la visión de la multinacional, la norma sancionada en la Legislatura que establece prohibiciones y limitaciones a la publicidad de los cigarrillos es inconstitucional. Sin embargo, el máximo Tribunal sostuvo lo contrario.

En su fallo, la Corte Suprema destacó que “el poder de policía en la materia le corresponde a las provincias y ésta ha prestado especial atención al derecho de la salud”.

Hoy, parece un pasado lejano. Sin embargo, hasta hace apenas diez años los no fumadores de la provincia de Santa Fe -como los de la mayor parte del resto del país- estaban condenados a sufrir las consecuencias nefastas que produce el cigarrillo cada vez que decidían realizar alguna actividad en espacios públicos cerrados. En estos momentos, suena descabellado pensar en una situación semejante.

Cuando la ley fue aprobada, existieron muchas dudas sobre la verdadera posibilidad de que fuera respetada. Incluso, se plantearon multas y sistemas de control. Sin embargo, la sorpresa fue grande cuando no resultó necesaria la participación del Estado para garantizar el cumplimiento de la norma.

A decir verdad, rápidamente se generó un cambio cultural profundo. Y frente a quienes deciden hacer caso omiso a la letra de la ley, el control social terminó siendo un límite natural.

Las estadísticas vinculadas con los perjuicios que provoca el cigarrillo son arrolladoras. También lo son las evidencias que demuestran las ventajas de abandonarlo a tiempo.

A nivel nacional, la ley antitabaco se sancionó recién en 2011. Santa Fe lo logró en 2005. Desde aquel momento, los ambientes cerrados pasaron a estar libres de humo.

El autor de la ley es el ex diputado provincial del PJ, José Francisco Pividori, un bioquímico (doctor en Química de la UNL), que fue director de la Escuela de Alimentos de Reconquista de la Universidad Nacional del Litoral, ex presidente del Círculo Católico de Obreros, ex secretario de Salud de la provincia, integrante de la Asociación Libre de Humo en la Argentina y diputado por dos mandatos.

Por entonces, gobernaba Jorge Obeid y su ministro de Salud era Juan Héctor Sylvestre Begnis, ex diputado nacional, médico oncólogo y sanitarista.

Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas, de las que más de 5 millones son consumidores del producto y más de 600.000 son no fumadores, pero se ven expuestos al humo de tabaco ajeno.

Casi el 80% de los mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, por lo que Naciones Unidas considera al tabaco como una de las mayores amenazas para la salud pública que debe afrontar el mundo. Los consumidores no sólo mueren de forma prematura, sino que al hacerlo privan a sus familias de ingresos económicos, aumentan el costo de la atención sanitaria y dificultan el desarrollo de políticas de salud en otras áreas.

El humo del tabaco contiene más de 4.000 productos químicos, de los cuales se sabe que al menos 250 son nocivos, y más de 50 causan cáncer.

Apenas 1.300 millones de personas (el 18% de la población mundial) están protegida por leyes nacionales integrales sobre espacios sin humo.

Apenas 1.300 millones de personas (el 18% de la población mundial) están protegidas por leyes nacionales integrales sobre espacios sin humo.