Un sueño hecho realidad

Un sueño hecho realidad

Grupo argentino con el Papa Francisco. Foto. Gentileza Servicio fotográfico del Vaticano L’osservatore Romano.

La Asociación Suiza Helvetia de San Jerónimo Norte presentó en su sede social el espectáculo exhibido en Suiza por el cuerpo de bailes Schweizer Blumen. En esta nota, su autora recuerda el viaje concretado por un grupo de sanjeronimenses, en ocasión de los 200 años de la incorporación de Suiza a la Confederación Helvética y las emociones vividas en tierras de sus antepasados.

 

TEXTOS Y FOTOS. SUSANA ANDEREGGEN.

¡Qué increíble sonido tienen los acordes de un malambo a más de diez mil kilómetros de casa! Y qué profundos son los colores celeste y blanco de nuestra bandera cuando su presencia asoma en un escenario lejano.

Un grupo de turistas -en su mayoría descendientes de valesanos cuyos ancestros provienen del Cantón Wallis/Valais, de Suiza- y el cuerpo de bailes “Schweizer Blumen” de la Asociación Suiza de San Jerónimo Norte, Santa Fe, hace unos pocos días regresamos de Suiza. Éste es un año muy especial para ese cantón, ya que el 7 de agosto se conmemoraron los 200 años de la incorporación de este territorio a la Confederación Helvética.

Sintiéndonos parte de esa bendita tierra emprendimos el camino de regreso a casa, aunque sea por unos pocos días, pero seguros de reencontrarnos con nosotros mismos. Los preparativos para la celebración del Jubileo de los 200 años comenzaron en Wallis con mucha anticipación. No nos sorprende de un pueblo organizado y para nada improvisado.

Las primeras noticias llegaron desde el pueblo de Simplon (Simplon Dorf) a través de Klaus Arnold, quien había participado en la selección de proyectos de actos de adhesión al evento, con la autoría de una obra teatral en memoria de las familias emigradas de ese pueblo a San Jerónimo Norte. Fue una gran oportunidad de poder compartir con los amigos de Simplon este acontecimiento tan importante y que tan cerca nos llega.

UNIR TRADICIONES

Y nosotros, ¿qué podríamos aportar a ese evento? Schweizer Blumen, el cuerpo de bailes de la Asociación Suiza de mi pueblo, ¿cuántas veces soñó con la idea de mostrar en Wallis cómo las tradiciones de nuestros ancestros siguen vivas en San Jerónimo Norte a través de su música y de sus danzas? Y cuando los sueños se unen parece más sencillo que puedan convertirse en realidad.

Y comenzó la aventura. Primero en Simplon y luego en cada pueblo donde iríamos de visita, la propuesta sería llevar un espectáculo que uniera las tradiciones valesanas con las argentinas y contar lo que en realidad sucedió en nuestro pueblo, la preservación de la cultura valesana y la integración con las tradiciones del país que había cobijado a estos inmigrantes.

Fue un gran desafío para músicos y bailarines. Fueron muchas horas de ensayo y estudio. Una marzurka que se convertiría en ranchera, unos suizos devenidos en gauchos, en compadritos, en chamameceros, en actores. Una carta que es leída en el dialecto valesano (Walliser Titsch). Y un final que los uniera a todos.

El espectáculo quedó ensamblado en 40 minutos en los que la orquesta estable del grupo ejecuta en vivo y sin cortes, la música valesana y la argentina. Además, en el medio del show se emite un audio con la voz de Gerardo Eggel quien ha traducido del español al dialecto valesano, la letra de la canción “A nuestras Familias”, del músico y autor Dardo Kuchen. Decía así: “A nuestras familias lejanas, que un día partieron de Suiza, buscando nuevos caminos con amor y mucha esperanza. Partieron de un puerto lejano dejando su tierra querida. Una pregunta, lo que vendría..., un desafío por mejorar sus vidas. El mar lo estaba abrazando y cuando amanece otro día, el sol se hermanaba en un grito: Gringos, vengan, vengan, vengan... !”.

UN RECUERDO LATENTE

Nos pusimos en camino hacia nuestras raíces. Fueron días muy intensos de encuentros con amigos y familiares que, en cada pueblo, iban acercándose para compartir el espectáculo o simplemente para abrirnos las puertas de sus maravillosos lugares.

Desde Torino, Italia, y por el paso del Simplon cruzamos la frontera. A lo lejos veíamos cómo flameaba la bandera de Suiza y, una vez que pisamos el suelo helvético, la emoción podía percibirse en el aire. Alguna lágrima también se hizo presente y el recuerdo de nuestros antepasados estaba latente.

El sonido del corno de los Alpes nos daba la bienvenida al pueblo de Simplon. Entre las callecitas iban y venían los lugareños convertidos en actores aprontándose para el inicio del show en la plaza de la aldea. Este “teatro al aire libre” involucra prácticamente a todo el pueblo que interviene en la obra escrita por Klaus Arnold y que cuenta la historia de ese mismo pueblo, que en 1865 vio partir a 33 de sus habitantes a un lugar casi remoto, hoy conocido como San Jerónimo Norte.

“U Hampfluta Simpilärhäärd” es el título de esta representación con actores, músicos y cantantes que nos hicieron emocionar con esta historia, nuestra propia historia, ahora contada desde el “otro lado”. Y que, a pesar de desarrollarse en alemán y en dialecto valesano, no necesitamos de ninguna traducción para comprender los sentimientos de aquellas personas que debieron dejar su tierra de Simplon para radicarse en nuestro pueblo, porque algunos de esos actores representaban a nuestros abuelos.

En ese mismo escenario se presentó el cuerpo de bailes “Schweizer Blumen” y su actuación tuvo una gran repercusión en todo el Wallis.

UNIDOS POR EL PASADO

Las visitas por los pueblos continuaron por Naters, Brig y Raron, poblaciones a las que nos une también nuestro pasado de inmigrantes.

Naters: el recorrido por el pueblo en compañía de los lugareños terminó con el clásico “Apero”, un brindis con el vino blanco de la región y el obsequio para todos los visitantes del libro del Padre Erwin Jossen, una obra literaria que nos muestra todos los aspectos sobresalientes de este, como dice Jossen, “gran pueblo del Wallis”. Allí, también tuvimos la posibilidad de escuchar a la Landwerkstatt Oberwallis, orquesta que interpreta música valesana con instrumentos tradicionales: clarinete (Ivo Ruppen y Klaus Schmid), contrabajo (Osi Bumann), Hackbrett (Edmund Volken), violín (Paul Locher) y Schweizerörgeli (Marcel Volken).

Brig-Glis: fue la siguiente parada, en las arcadas del patio del famoso palacio barroco “Stockalper”. Este magnífico patio está rodeado de galerías abiertas de dos o tres alturas en forma de arcadas de estilo renacentista toscano. El recorrido por el castillo nos remonta a la época en la que era considerada como una de las mayores residencias privadas de Suiza. Construida por el hombre de mayor predicamento comercial en el siglo XVII, Kaspar Jodok von Stockalper. De la ciudad de Brig y de Glis provenían las familias pioneras de San Jerónimo Norte.

Raron: en la explanada de la iglesia nueva actuó la Schweizer Blumen. Un mágico telón de fondo lo conformaba la entrada de este nuevo templo esculpido en la roca de la montaña en la que se asienta el antiguo templo. Desde los jardines de la antigua iglesia nos vigilaba la tumba de Rainer Maria Rilke, uno de los poetas más importantes en alemán y de la literatura universal. Esta actuación -de la que participó gran parte del pueblo- fue presenciada además por el Nuncio Apostólico en Argentina Monseñor Emil Tscherrig, quien se encontraba de paseo por su tierra natal.

OTROS DESTINOS

Los actos centrales de aquella conmemoración se llevaron a cabo en la capital del cantón en la ciudad de Sion el 7 de agosto pasado. Al día siguiente visitaron Zermatt y Törbel y luego el grupo se dividió: los integrantes de la Schweizer Blumen visitaron y actuaron en Evolene, Visperterminen, Steg, Stalden y Grengiols, del 9 al 15 de agosto; y los turistas visitaron Ernen (todavía cantón Wallis) y luego Italia, donde se encontraron con el Papa Francisco el 12 de agosto. Regresaron juntos el 16 de agosto.

Zermatt: gracias al Matterhorn, la célebre montaña de forma piramidal, ícono de Suiza, se ha convertido en una de las principales ciudades turísticas de Suiza. Combina la belleza de su geografía natural con una oferta de servicios turísticos a nivel de las grandes ciudades del mundo. Para llegar ahí se debe tomar un tren en la estación de Täsch donde se dejan los vehículos, ya que por la ciudad no circulan los autos para evitar la contaminación ambiental. Turistas de todo el mundo, hablando las más diversas lenguas, la recorren.

Durante nuestra visita se desarrolló el “Swiss Food Festival”, donde también se presentó la Schweizer Blumen. Y a la conquista de la montaña siguió el recorrido por el sinuoso camino que sube hasta el pueblo de Törbel, donde parece se pueden acariciar las nubes. La bienvenida estuvo a cargo del presidente comunal Urs Juon (casado con una sanjeronimense, Belen Kohlbrenner), con el clásico “Apero” y un recorrido por el pueblo de la mano de los lugareños. Una visita a una casa tradicional valesana nos muestra cómo era la vida cotidiana en el tiempo de nuestros abuelos, donde uno se ve reflejado en aquellas costumbres. La tarde soleada nos encontró en la cancha de fútbol, donde el ballet “todo terreno” ofreció su espectáculo con el piso de césped y el telón de las montañas. Una experiencia increíble a casi 1500 metros de altura.

Ernen: en su comuna, los escudos con los apellidos familiares nos hacen sentir como en nuestra segunda casa. Participaron numerosos amigos y fuimos recibidos por la presidenta comunal Christine Clausen, quien acompañó al grupo de turistas a la misa celebrada en la antigua iglesia del pueblo.

Últimas paradas: Schweizer Blumen continuó su gira por los pueblos de Evolene, Visperterminen, Steg, Stalden y Grengiols ofreciendo su música y sus danzas y recibiendo el cariño y los aplausos de los numerosos asistentes a los espectáculos. Estas actuaciones contaron con la colaboración de Julian Vomsattel, quien desde hace muchos años trabaja en temas relacionados con las emigración de los valesanos y ha visitado numerosas veces San Jerónimo Norte. El grupo de turistas coronaba su viaje en una Audiencia Papal llevaba a cabo en el Vaticano el 12 de agosto.

Festejos oficiales

El 7 de agosto resplandecía un sol intenso que nos acompañó durante toda la jornada de los festejos oficiales en Sion. Autoridades nacionales, cantonales y de la región acudieron a los actos y desfile que se desarrollaron en la capital valesana.

Considerada una de las ciudades más antiguas de Suiza, Sion goza de un emplazamiento privilegiado. Cuando uno se dirige a esta hermosa ciudad de pronto se nos presentan dos colinas rocosas coronadas en sus cimas con la Iglesia de Vàlere (Basílica, antiguamente residencia de los obispos de Sion) y el Castillo de Tourbillon. En la primera se encuentra el órgano -en funcionamiento- más antiguo del mundo construido en 1390. Sion alberga importantes museos cantonales, en particular el Museo cantonal de Historia, considerado uno de los más sobresalientes de Suiza.

El 7 y 8 de agosto, la ciudad capital del Wallis/Valais albergó los más diversos eventos consagrados a los festejos del bicentenario de la entrada del Cantón a la Confederación. En la Plaza Roger Bonvin, la organización “Le Botza” presentó su proyecto “El puente”, que simboliza la inmigración. También se presentó el cuerpo de bailes de San Jerónimo Norte.

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Schweizer Blumen, el cuerpo de bailes de la Asociación Suiza de San Jerónimo Norte, mostró en Wallis (suiza) cómo las tradiciones de sus ancestros siguen vivas en esa localidad a través de su música y de sus danzas.

La actual Suiza es una confederación de ciudades y estados cuyos orígenes se remontan a 1291, año en el que los campesinos de los tres cantones fundacionales (Uri, Schwytz y Unterwald) juraron ayudarse mutuamente para liberarse de la servidumbre de los Habsburgo. Fue en el idílico prado del Rütli donde se firmó aquel pacto de alianza de aquellos “Conjurados”, sí, los mismos de los cuales nos habla Borges.

“En el centro de Europa están conspirando. El hecho data de 1291. Se trata de hombres de diversas estirpes, que profesan diversas religiones y que hablan en diversos idiomas. Han tomado la extraña resolución de ser razonables” (extracto de “Los Conjurados”, Jorge Luis Borges).

Luego, la confederación fue nutriéndose de ciudades y territorios hasta que en 1815, Neuchâtel, Ginebra y Wallis se integraron. El último cantón en incorporarse fue Jura, en 1979.

En la segunda mitad del siglo XIX, una serie de hechos fortuitos desencadenó la ola emigratoria más importante de todos los tiempos de la que participó gran número de campesinos empobrecidos del Wallis/Valais hacia América. Muchos de ellos fueron nuestros abuelos.

Países emergentes como Estados Unidos, Brasil y Argentina les abrieron las puertas y miles de ellos dejaron atrás sus afectos, sus montañas, sus costumbres y emprendieron el largo camino; ese camino que no se mide en kilómetros, sino en trozos de nostalgia. Ayer un océano que los separaba. Hoy, un océano que nos une. Transcurrieron más de 150 años, sin embargo, los descendientes de aquellos valesanos, no hemos olvidado nuestras raíces.

Los conjurados de Borges

+ Info

La autora es conductora del programa radial “Encuentro con Suiza” dedicado a la difusión de la cultura suiza. Se emite los domingos de 11 a 12 por la FM 93.7 de San Jerónimo Norte (www.fm937.com.ar).

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Danzas tradicionales

El grupo de danzas Schweizer Blumen cumplió 19 años de su creación. Su objetivo es preservar las danzas tradicionales suizo-valesanas que nos legaron los primeros habitantes de San Jerónimo Norte, oriundos del cantón Wallis.

Los jóvenes y adultos que lo integran muestran en sus presentaciones música y danzas de sus ancestros. La vestimenta que lucen está inspirada en los trajes típicos de dicho cantón. El actual grupo tiene como precedente otras agrupaciones de bailes tradicionales que también formaron parte de la Asociación Suiza, cuya herencia hoy comparten con mucho orgullo. Uno de los recordados instructores fue Luis Girod, abuelo de la actual integrante Micaela Girod.