Las múltiples pantallas desafían la TV tradicional

Por Gonzalo Andrés (*)

Las nuevas formas de consumo audiovisual están poniendo en jaque a la televisión tradicional. A partir de las innovaciones tecnológicas, las pantallas se multiplicaron: ya no existen solamente el cine y el televisor, sino también las computadoras, las tablets y los celulares. Lentamente, Internet le está quitando tiempo al televisor, sustituyéndolo principalmente para el consumo de series y películas.

Si bien es cierto que el nivel de penetración de la TV por cable o satelital en Argentina es muy elevado (llega a más del 80% de los hogares, el índice más alto de América Latina), actualmente están en expansión distintas alternativas para acceder a contenidos audiovisuales.

La TV tradicional está sufriendo una merma de espectadores. Actualmente, los programas con mayor rating tienen en promedio unos 20-22 puntos. Ya quedaron en la historia aquellos programas como “Amigos son los amigos” o “Grande, pa” que alcanzaban picos de 50 puntos.

En los últimos años, los servicios audiovisuales por Internet han ganado muchos adeptos: el consumo de video on-line, ya sea a través de descargas o por servicios on demand o en streaming, tuvo un crecimiento exponencial. El video on-line es el indicado para el consumo basado en la demanda, antes que oferta. Le permite al usuario un acceso a un menú de contenidos superior al de cualquier propuesta de TV paga tradicional.

El ejemplo paradigmático de este fenómeno es Netflix, una empresa estadounidense que brinda servicios de entretenimiento mediante el pago de una tarifa mensual. A través de una conexión a Internet, permite ver contenidos audiovisuales en cualquier horario y sin publicidad.

Dos de las principales novedades de los nuevos formatos son -por ahora- la escasez o ausencia de publicidad y la posibilidad de ver programas, series o películas cuando una persona lo disponga. Esta flexibilidad y ubicuidad le permite al usuario disponer de sus tiempos y los momentos para empezar, cortar o retomar su consumo televisivo.

Lo interesante de esta situación es que, así como surgen nuevos formatos, también aparecen nuevos tipos de consumidores. Es decir, para ver su programa favorito, el televidente on demand no necesita esperar hasta la próxima semana, a la misma hora y por el mismo por el canal. Puede verlo cuándo y cómo quiere y desde el dispositivo que quiere. Por eso, como hipótesis los especialistas auguran el paso del prime time al my time. Lentamente, los cambios tecnológicos están cambiando la estructuración de los modos de ver.

Es cierto que este fenómeno es propio de todos los segmentos etarios pero, de acuerdo con los especialistas, este tipo de consumo es más frecuente entre los jóvenes de las clases media y alta urbana. Esto se debe a que se criaron en un contexto de expansión tecnológica: desde niños se acostumbraron a ver videos en la computadora, en la intimidad de sus dormitorios.

El actual contexto donde los contenidos se desplazan, ya que los consumidores más jóvenes los llevan consigo adonde vayan. En este marco de multiplicación de pantallas, las debilidades de la TV tradicional comienzan a hacerse cada vez más evidentes. Al compararla con los servicios on-line, podemos decir que su formato se caracteriza por la rigidez en la emisión, con una oferta más acotada y exceso de publicidad. Con una programación establecida, el televidente tiene que ajustar sus días y horarios.

Aunque estos procesos son todavía incipientes, es probable que vayan creciendo a partir de que las nuevas generaciones vayan adoptando sus propias decisiones de consumo. Por lo tanto, esta situación implica un desafío para la televisión, que tendría que buscar alternativas para no quedar marginada. Quizás una posibilidad sea que potencie sobre su principal característica: la transmisión en vivo. La cobertura de noticias y de espectáculos deportivos en directo es una característica que diferencia -por lo menos, por ahora- a la TV tradicional de los otros canales de servicios audiovisuales.

(*) Lic. en Comunicación Social (Uner). Becario doctoral de Conicet. En Twitter: gonza_andres.

Lo interesante de esta situación es que, así como surgen nuevos formatos, también aparecen nuevos tipos de consumidores.