Argentina levantó su nivel y mereció ganarle a Brasil, pero empató...

La preocupación no se acaba con la mejoría

• Sólo un gol en tres partidos y apenas dos puntos. Estamos penúltimos y, como hace cuatro años, es imprescindible ganar en el calor de Barranquilla. Falta mucho, pero...

De la alegría...

... Con el gol del Pocho Lavezzi, en un primer tiempo que invitaba a la ilusión. Puso justicia y premió a la superioridad de Argentina sobre Brasil en esos primeros 45 minutos. Foto: DyN

... A la desazón

Los rostros de los jugadores argentinos lo dicen todo en el final. Brasil consiguió su premio y Argentina, que mereció más aunque sin descollar, no pudo establecerlo en el resultado. Foto: DyN

Enrique Cruz (h)

Se mejoró, pero varias cosas no cierran, empezando por el resultado. Un empate no servía de antemano ni tampoco ahora, que está puesto. Tendrá valor si ganamos el martes en Barranquilla, aunque las exigencias no disminuyan ni siquiera ganando en el calor colombiano. Está claro que la derrota inicial con Ecuador y el empate ante una Paraguay que no inspira los temores de antes, aumenta presiones y necesidades. Después está el análisis futbolero y allí viene la parte de la mejoría. Argentina había jugado mal con Ecuador y sólo tuvo un leve repunte, aunque con falta de puntería, frente a Paraguay. Y Brasil, aún disminuido en su potencial como está en este momento de su historia, siempre es un rival de cuidado, un clásico, uno de esos partidos en los que ganar es lo que más importa, por encima del cómo se juega. Pero se jugó mejor, sobre todo en el primer tiempo.

Bien Di María, dándole la razón al técnico respecto de ese empecinamiento en jugar con un zurdo por derecha. Esa condición, la de zurdo nato, hace que, por ejemplo, deba desbordad y enganchar inevitablemente hacia adentro antes de patear al arco, como pasó en aquella jugada del primer tiempo que cruzó todo el arco de Allison. Pero jugando por allí tiene un panorama de cancha al enganchar hacia su zurda que le permite, por ejemplo, ver la excelente diagonal de Higuaín en la jugada del gol de Lavezzi, en un movimiento ofensivo notable del equipo. Como también lo fue aquella maniobra en la que Higuaín salió del área y se volcó a un costado para devolver de taco una pared y allí apareció Banega para utilizar la franja que dejó libre el centrodelantero y meter un remate que pegó en el palo. Era el 2-0 y seguramente se terminaba todo.

Me gustaron algunas cosas del equipo. Por ejemplo, lo compacto que se hizo a la hora de defender, función para la cuál todos colaboraron. Esto es algo indispensable aún en equipos ofensivos que, supuestamente, van a buscar una defensa con la pelota en su poder (que es la mejor de todas, sin dudas). Se puede jugar con tres delanteros como juega Argentina, sin resignar solidez y firmeza para recuperar el balón. Eso pasa cuando los delanteros entienden que son los primeros a la hora de defender. Como también es bueno que si un equipo se para con tres volantes en el medio, de los cuáles dos son de marca y el otro sin demasiado talento (por Banega) para el desequilibrio individual, se comprometan en el armado del juego. Lo hizo bastante bien Banega, inclusive con mucha predisposición para jugar a espaldas de los dos volantes centrales de Brasil. Es decir, no jugó de Banega, sino que lo hizo de Pastore, o de cualquiera que Martino pueda encontrar para que se encargue de llevar y hacerle llegar la pelota lo mejor posible a los de arriba. Bien por Banega también.

Faltó ganar y mereció hacerlo. Coincido con el Tata que frente a estos equipos como Brasil, es inevitable que en algún momento algo pase. Por ejemplo, que no se pueda sostener una iniciativa constante y que en ciertos pasajes del partido se le regale la pelota y el terreno. Es peligroso. Anima al rival. Pero también digo que muchas veces resulta inevitable. Después de aquella ocasión de Banega (también hubo una clarísima de Rojo en el segundo tiempo), Brasil infló el pecho y apareció una jugada notable, en la que Neymar y Dani Alves demostraron lo bien que le pegan a la pelota para que luego la pelota le llegue a un increíblemente solitario Douglas Costa, quien cabeceó y en el rebote, Lucas Lima se encargó de marcar ante muchas piernas y el propio Romero que no pudieron desviar el remate.

A la idea, Martino no piensa negociarla y está bien por más que muchos le pidan más cautela y cuidados. No cierra que un equipo ofensivo sólo haya convertido un gol en tres partidos. Es decir, si la idea es ir al ataque, hay que hacerlo con funcionamiento y eficacia, no sólo profesándolo en las palabras o sumando delanteros porque sí. La falta de eficacia se sintió mucho contra Paraguay, pero no ante Ecuador en lo que no hubo nada para rescatar. Ayer, dio la sensación de que la idea tuvo sus matices. Se vio, como se expresó más arriba, un equipo más compacto, más sólido, más preocupado y ocupado por todas las cuestiones que hacen al juego, sin abandonar ni traicionar la idea. Habrá que ver y esperar. Y ganar en Barranquilla. No queda otra. Como la última vez, cuando Sabella y sus jugadores llegaron condicionados y necesitados de ganar. Y ganaron.

Un pedido hecho ruego

Los hinchas se manifestaron fielmente con el mejor jugador del mundo. Cuando en el Monumental se dio a conocer la formación del equipo, Mascherano y Di María fueron los más aplaudidos. Claro, no estaban ni Messi ni Tevez. Foto: Efe

El Litoral en Barranquilla

El Litoral acompañará con su mirada santafesina a la selección nacional en el encuentro del martes que viene ante Colombia por la cuarta fecha de las Eliminatorias para el Mundial de Rusia de 2018.

Por tal motivo, nuestro jefe de Deportes, Enrique Cruz (h), viajará a Barranquilla para la cobertura del encuentro, con envíos especiales desde mañana y un suplemento especial que saldrá a la calle con nuestra edición del miércoles venidero, con análisis, entrevistas y todo lo que ocurra en tan importante partido.

Tal como es costumbre desde hace 97 años, El Litoral sigue acompañando la pasión futbolera de los santafesinos con Unión, Colón y también con el equipo de todos: la selección argentina.