El dÍa despuÉs

Francia vive la peor pesadilla terrorista de su historia

Estado Islámico reivindicó la autoría de los ataques terroristas que anoche causaron en París al menos 128 muertos y 250 heridos, muchos de los cuales se encuentran en grave estado. “Ocho hermanos ataviados con cinturones explosivos y ametralladoras atacaron objetivos seleccionados con precisión en el corazón de la capital francesa”, señaló el EI en un comunicado.

Redacción El Litoral

Agencias EFE/DPA

La ciudad de París amaneció hoy tras vivir anoche la peor masacre terrorista de la historia de Francia, con un balance provisional de 128 muertos y 250 heridos, de los que 90 se encuentra en estado grave.

A menos de tres manzanas de donde se encuentra la redacción de “Charlie Hebdo” anoche volvió a desatarse el terror. Solo habían pasado diez meses desde el ataque a la revista satírica.

Este viernes, en la sala de conciertos “Bataclan” en el distrito 10 de la capital francesa, unas 1.500 personas escuchaban a la banda de hard rock estadounidense Eagles of Death Metal.

Al comienzo del sexto tema hombres vestidos de negro y a cara descubierta ingresaron en la sala y comenzaron a disparar con ametralladoras Kalashnikov indiscriminadamente a su alrededor al grito de “Alá es grande”, según relató un testigo.

El periodista Julien Pearce de la radio Europe 1, quien también estaba en la sala, informó: “Tenían ametralladoras tipo Kalashnikov y de inmediato comenzaron a disparar. Esto duró unos 10, 15 minutos”, añadió.

“Fue muy violento y había mucho pánico. Todos corrían hacia el escenario. Los atacantes recargaron al menos tres veces sus armas. No estaban enmascarados. Eran muy jóvenes y actuaron muy tranquilos”, agregó. Al lograr ingresar a la sala, desde policías hasta ministros no lograron salir de su asombro ante lo que todos calificaron como “una verdadera carnicería”.

Pero la pesadilla traspasaría los muros de la sala de conciertos. En los alrededores del estadio Stade de France, donde se disputaba un amistoso entre Francia y Alemania, en Saint Denis, más 78.000 personas disfrutaban el partido cuando se escucharon tres explosiones: la primera a 21:16, la segunda seis minutos después y la tercera entre las 21:45 y las 22.00 horas.

Los agresores perpetraron cuatro ataques más, casi simultáneos en la capital, que consistieron en tiroteos en varios bares y terrazas del centro.

En total, siete de los ocho terroristas fueron abatidos, según informó hoy la Fiscalía: tres de los cuatro asaltantes que irumpieron en la sala Batalclan llegaron a activar sus cinturones explosivos. El cuarto fue abatido durante el asalto que lanzaron las fuerzas especiales en ese teatro del centro de París. Otros tres atacantes murieron al detonar las bombas que portaban en las inmediaciones del Estadio de Francia.

El presidente de Francia, François Hollande, compareció dos veces ante los medios de comunicación tras la tragedia, primero desde el Palacio del Elíseo, donde anunció el cierre de fronteras y el estado de emergencia y después, desde la sala de conciertos, aseguró que “no tendrá piedad” con los terroristas.

Además de cerrar los pasos fronterizos, Francia ha movilizado a 1.500 militares, ha establecido protocolos de urgencia en los hospitales y ha prohibido que se celebren espectáculos en París, al menos, este sábado.

“Acto de guerra”

Mientras tanto, durante las primeras horas del día de hoy Estado Islámico reivindicó la autoría de los ataques. Una acción que el presidente francés, François Hollande, calificó de “acto de guerra contra Francia”.

“Ocho hermanos ataviados con cinturones explosivos y ametralladoras atacaron objetivos seleccionados con precisión en el corazón de la capital francesa”, señaló el EI en un comunicado difundido por internet.

Poco antes, en una declaración pública, el presidente francés aseguraba: “Lo que se produjo ayer en París y en Saint Denis es un acto de guerra, y frente a la guerra el país debe tomar las decisiones apropiadas”.

Anunció además que comparecerá el lunes ante el Parlamento para informar de las medidas que planea adoptar, con una movilización de las fuerzas de seguridad y del Ejército “al mayor nivel de sus posibilidades”, lo que significará que en los próximos días los militares patrullarán por las calles de París.

La oleada de ataques en París se produjo horas después de un bombardeo estadounidense contra la ciudad de Al Raqa, principal bastión del EI en Siria, y que terminó con “una certeza razonable”, según Washington, de haber matado a Mohamed Emwazi, conocido como “Yihadista John”, que alcanzó notoriedad tras aparecer en varios videos decapitando a rehenes occidentales.

“Esto es por Siria”, fue una de las frases que según algunos testigos de la matanza en la sala de fiestas Bataclan pronunciaron algunos de los terroristas que entraron en el local cuando estaba abarrotado de público que asistía al concierto de un grupo estadounidense.

 

¿Por qué Francia?

• No es casual que los terroristas hayan elegido Francia para desplegar toda su furia e instalar el miedo durante este año en dicho país. Desde el 27 de febrero de 2015 la fuerza aérea francesa ataca objetivos de la milicia terrorista Estado Islámico en Siria.

Ya en octubre de 2014, Francia se sumó a los bombardeos aéreos de la alianza internacional liderada por EE.UU. contra el EI en Irak.

En la actualidad, Francia tiene desplegados en la lucha contra EI seis modernos bombarderos modelo Rafale, que parten desde los Emiratos Árabes Unidos, así como seis Mirage, con base en Jordania.

A ello se suma el avión de reconocimiento aéreo Atlantique 2 y una fragata con un total de 900 efectivos. El diciembre viajará también al golfo Pérsico el portaaviones “Charles de Gaulle”, que ya sirvió de base para los ataques aéreos contra el EI en Irak. De este modo habrá 36 aviones militares franceses en la región.

El jueves, el presidente francés, Francois Hollande, justificó el envío del “Charles de Gaulle” y los barcos que lo acompañan señalando que era necesario aumentar la capacidad de ataque contra el EI.

Desde el inicio de la intervención militar, el Ejército francés ha efectuado más de 1.200 misiones, en las que se han destruido 450 objetivos del EI, según sus datos. Los primeros ataques se dirigieron contra los campamentos de entrenamiento para terroristas que preparaban atentados en Francia y Europa.

En los últimos tiempos también han sido atacadas instalaciones de la industria petrolera en el área en la que el EI ha autoproclamado el califato. El ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, explicó que de ese modo Francia estaba atacando las fuentes de financiación del EI.

análisis

por javier albisu

El año que el yihadismo hizo temblar Francia

• Aunque Francia cuenta con un nutrido historial de muertes terroristas en sus calles, con atentados perpetrados por comandos de ultraderecha, grupos de extrema izquierda, independentistas y religiosos, el 2015 se ha convertido en un año marcado con sangre por el yihadismo.

En los primeros días de enero, entre el 7 y el 9, tres terroristas lanzaron una serie de ataques en París que tenían como objetivo la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, una agente de policía y un supermercado judío.

Se organizaron en dos comandos y atacaron sus objetivos independientemente. El primero lo formaban los hermanos franceses Chérif y Said Kouachi, que penetraron en las oficinas de esa revista armados con subfusiles y mataron a 12 personas, entre ellas varios dibujantes emblemáticos de la cabecera. Al Qaeda de la Península Arábiga reivindicó el atentado. Huyeron y se atrincheraron en una imprenta cercana a París, donde fueron abatidos por la policía dos días después.

Su muerte se produjo casi al mismo tiempo que la de Amedy Coulibaly, otro ciudadano con pasaporte francés que en esos mismos días mató a una agente de policía y a cuatro personas en un supermercado judío del este de París durante una toma de rehenes en la que fue liquidado por las fuerzas especiales.

Aquellos atentados, con un alto contenido simbólico contra la libertad de prensa, generaron una reacción de solidaridad espontánea en todo el mundo que las redes sociales resumieron en la etiqueta #JeSuisCharlie.

El atentado contra Charlie Hebdo desató una indignación sin precedentes en la sociedad francesa, que salió a la calle sin miedo a defender su libertad.

A partir de entonces, París elevó su nivel de alerta antiterrorista y se movilizaron 10.000 militares para proteger el territorio francés, al tiempo que grupos islamistas como el Estado Islámico multiplicaban sus amenazas contra Francia.

En febrero, tres militares que custodiaban un centro judío fueron atacados con un cuchillo por Moussa Coulibaly, un radical de 30 años que había estado sometido a vigilancia policial, sin que los agentes sospecharan que preparaba un atentado inminente.

Dos meses más tarde, el 19 de abril, un estudiante argelino de informática, Sid Ahmed Ghlam, fue detenido en París en posesión de armamento pesado, como sospechoso de haber matado a una mujer y de preparar un atentado contra una iglesia. Confesó que también quería atacar un tren.

Pero el primer atentado mortal tras los ataques de enero no se produjo hasta el 26 de junio, cuando el transportista Yassin Salhi decapitó a su jefe a las afueras de Lyon y dejó el cuerpo rodeado de banderas del EI en una fábrica química contra la que intentó atentar, antes de ser reducido por un bombero.

Tres semanas después, la sombra del terror yihadista volvió a dejarse notar en Francia: cuatro jóvenes de entre 16 y 23 años fueron detenidos y acusados de planear atacar un enclave militar y de querer grabar la decapitación de un oficial en nombre del EI.

También durante el verano europeo, esta vez en un tren de alta velocidad Thalys que viajaba de Ámsterdam a París, el marroquí Ayoub El-Kahzzani, de 26 años, protagonizó una nueva tentativa de ataque. Llevaba un kalashnikov, nueve cargadores, una pistola automática y un cúter, pero tres pasajeros estadounidenses y uno británico lograron reducirle en un acto de heroísmo aplaudido por los respectivos gobiernos.

Fue el último atentado antes de la terrible oleada de ataques de anoche, que han causado más de 128 muertos y dos centenares de heridos, en un año en el que las autoridades francesas han detenido a 370 personas por supuestos vínculos con el yihadismo.