El recuerdo del 15 de noviembre de 2011...
La tarde del despegue de Messi y el equipo con Clemente en la cancha
- La selección —y El Litoral— vuelven a un estadio en el que se dio una circunstancia muy parecida a la actual: llegábamos con la soga al cuello y fue el partido que marcó un antes y un después.
Cuatro años no es nada
Sergio Agüero, Lionel Messi y, un poco más atrás, Clemente Rodríguez, el actual marcador de punta de Colón. La selección perdía y Sabella estaba más afuera que adentro. El segundo tiempo fue muy bueno, dio vuelta el partido y empezó a escribirse la verdadera historia del subcampeón del mundo. Foto: Archivo El Litoral
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Barranquilla, Colombia)
Calor, lluvia y un pronóstico de tormentas que se amplía para el resto de la semana. Típico clima tropical de una ciudad que es la predilecta de los colombianos para hacer jugar a su selección. Ni Bogotá, ni Cali ni Medellín, más grandes y populosas. Barranquilla es el lugar elegido para hacer valer no sólo la localía sino los rigores de un clima generalmente caluroso y húmedo. De todos modos, la historia reciente marca que no nos fue mal. Con Passarella de entrenador, fue victoria con el gol del Piojo López; y después también ganamos con Bielsa y la última fue en una circunstancia casi igual a la actual: en noviembre de 2011, al año siguiente del Mundial de Sudáfrica y con un equipo que había arrancado tambaleante, llegamos a Barranquilla lleno de necesidades. El equipo respondió, Messi jugó un gran segundo tiempo y Argentina ganó 2 a 1. Fue hace cuatro años, pero el recuerdo para quienes estuvimos esa tarde en el Metropolitano de Barranquilla, está muy fresco todavía.
“Se jugaban por entero todos. Los jugadores, porque está muy claro que hay rechazo del hincha argentino hacia esta Selección; y Sabella, porque en el armado del equipo saca imprevistamente a uno de los mejores jugadores ante Bolivia: Fernando Gago. Para colmo de males, Colombia se puso arriba en el marcador frente a una Argentina extremadamente leve y sin profundidad en el primer tiempo, casi dedicándose de lleno a hacer circular la pelota como si enfrente hubiese un rival pero sin arcos. Sin embargo, la Selección sacó a relucir inteligencia, talento, despliegue físico inconmensurable, dio vuelta el resultado y jugó un segundo tiempo que seguramente quedará en el recuerdo de muchos y por mucho tiempo”, se escribió aquella vez desde Barranquilla.
Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Federico Fernández, Nicolás Burdisso (que esa tarde se rompió los ligamentos cruzados) y Clemente Rodríguez (el actual marcador lateral izquierdo de Colón); José Sosa, Rodrigo Braña, Javier Macherano y Pablo Guiñazú; Lionel Messi y Gonzalo Higuaín, fueron los once que arrancaron el partido. Pero todo se empezó a definir en el entretiempo. Argentina perdía 1 a 0 con un gol en contra de Mascherano en el epílogo del primer tiempo, pero en el segundo tiempo, Messi y Agüero lo dieron vuelta. Sabella toqueteó el equipo en el entretiempo. Sacó a un improductivo Guiñazú para colocar a Agüero con la firme premisa de convertirse en más ofensivo. Cambió de posición a Sosa y lo potenció al extremo de llevarlo a ser una de las figuras. Se defendió bien y atacó con decisión. Literalmente superó en todos los aspectos a Colombia, inclusive en el ámbito que en teoría podía favorecer al local, que fue el del calor y la altísima humedad.
A propósito de Clemente Rodríguez, el hoy lateral rojinegro había sido uno de los pocos rescatables cinco días antes, cuando la selección apenas empató en el Monumental ante Bolivia y se despidió en medio de silbidos. El y Gago fueron los que zafaron de la crítica generalizada que también incluyó a un apático Messi. “No es fácil dirigir hoy a la Selección argentina. La ausencia de un “patrón” en el fondo y de un libreto más aceitado en el manejo de la pelota, tornan complicado el crecimiento de este equipo. Los dos partidos que se ganaron fue con el 4-4-2 de arranque, pero ayer se definió el partido cuando el equipo atacó con tres”, escribió este enviado especial aquella vez, cuando fue testigo presencial en Barranquilla de la victoria ante Colombia que ahora, indiscutiblemente, se necesita imitar.
Por aquellos tiempos, Zabaleta y el Kun Agüero estaban muy cuestionados; Di María no aparecía en el equipo; Sabella jugaba con un 4-4-2; Guiñazú, Desábato, el mismo Clemente y el Principito Sosa tenían su lugar entre los 11; nadie preguntaba todavía por Lavezzi, nadie sabía de la actualidad de Garay y empezaba a mencionarse el nombre de Basanta, casi tibiamente, pensando en el momento de ir a jugar a la altura de La Paz. El fútbol, se sabe, es muy dinámico y entre esa selección colmada de dudas y la que luego fue subcampeón del mundo, pasaron casi tres años que modificaron muchísimas cuestiones pero, sobre todo y a partir de este triunfo ante Colombia, le dio aire y confianza a un técnico (Sabella), que llegaba con el agua al cuello, no exento de resistencia y obligaciones. Como el Tata ahora. Ni más ni menos.