SOBRE “LOS BESOS EN EL PAN” (2015), DE A. GRANDES

La felicidad, otro modo de resistencia

La felicidad, otro modo de resistencia

La escritora española.

Foto: ARCHIVO

 

Por María Luisa Miretti

En esta oportunidad, Almudena Grandes (Madrid, 1960) nos permite respirar, ya que su novela no tiene la magnitud de obras anteriores que nos dejaban sin resuello por su extensión, sin embargo quienes la seguimos y fuimos conociendo de cerca a través de la magnífica trilogía de la guerra civil española ofrecida, ahora nos sorprende con la problemática presente en la que, sin desprenderse del contexto socio-político español, entra de lleno en la crisis actual, en la que confluyen sus personajes, víctimas de un consumismo salvaje bajo la sonrisa perversa de los poderosos.

Tierna, dura, feroz y por momentos tragicómica es una descripción descarnada de la sociedad de consumo capitalista que ha mantenido en vilo a España en estos últimos tiempos a través de sucesivos despidos, de intimaciones inmobiliarias, encajes bancarios, préstamos hipotecarios convertidos en desahucios, familias enteras que tuvieron que arrebujarse y depender de la pensión de los abuelos, feroces éxodos migratorios, sumado a la aparición de la marea china y la oferta de mano de obra pelirrubio durante las 24 horas, más una desleal oferta de trabajo.

Pero todo esto es apenas parte de la historia. Lo más valioso de la novela -más allá del estilo y del compromiso ideológico de la autora siempre reiterado y manifiesto en toda su obra- es la recuperación de una tradición: los vínculos con el pasado, con una cultura y una identidad a punto de extinguirse.

“Si nuestros abuelos nos vieran, se morirían primero de risa, después de pena. Porque para ellos esto no sería una crisis, sino un leve contratiempo. Pero los españoles, que durante muchos siglos supimos ser pobres con dignidad, nunca habíamos sabido ser dóciles. Nunca, hasta ahora”.

Y esto en clara referencia, a que siempre fueron pobres, a que vivieron en un país pobre, incluso en una época en que los reyes de España se creían los amos del mundo y que el oro de América pasaba directamente a Flandes a pagar las deudas de la Corona. Siempre vivieron al amparo de la pobreza y saben lo que es pasar frío y pedir limosna, aunque era una pobreza digna y si se caía un pedazo de pan al suelo, obligaban a los niños a levantarlo y darle un beso antes de colocarlo en la panera.

Pero luego, alguien pidió que todo esto se olvidara y los vínculos con la tradición se fueron perdiendo, para dar paso a la globalización, a la modernidad y la posmodernidad, de la mano del dolor y la destrucción.

En ese contexto, aparece en escena una abuela que adelanta la navidad adornando el árbol para cambiar el clima familiar, o se escucha sollozar a un hombre su soledad detrás del tabique, o se ven mudarse en el barrio unas chinas, en un negocio, que en horas se convierte en peluquería o en manicura, siempre bajo el ojo sensible de una autora a la que no se le escapa ningún detalle, especialmente los padecimientos del ciudadano común de un Madrid posmoderno, donde en apariencia todo brilla pero en su interior se resquebraja.

De fuerte connotación social, es una novela coral que refleja el universo creado por los integrantes de una familia madrileña y su entorno: vecinos, amigos y el barrio, incluida la maravillosa peluquera con sus clientas chinas y la asistenta, nada escapa a ese mundo representado que no es otro, que la prolongación de la realidad.

En palabras de la autora: “Hemos perdido un capital, las referencias y los vínculos con el pasado”. Siempre es la voz narrativa la que marca, denuncia y señala, ya sea el hambre infantil en las aulas, el desmantelamiento de la sanidad pública, las estafas bancarias, la burbuja inmobiliaria, por lo tanto a medida que van apareciendo las situaciones, los tipos que las caracterizan adquieren la relevancia dramática de cada una de ellas. Es una novela de contrastes, muy llevadera, con toda la impronta de la oralidad y la observación directa, en la que aparece una enorme variedad de registros, otorgándole ritmo, fuerza y dinamismo.

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