Aporte técnico
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El rol de los agrónomos frente a El Niño
Según los especialistas el fenómeno aumentará la cantidad de precipitaciones y posibles tormentas. Ante esta situación se vuelve a pensar en cómo los profesionales pueden buscar certezas ante estos escenarios.
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Idea. Con suelos cubiertos, con rotación de diferentes usos, rastrojos y raíces -que aumenten la eficiencia del uso de la radiación, las lluvias y los nutrientes- se puede lograr un mejor balance hídrico de los suelos.
Foto: Archivo
Campolitoral
“Los suelos locales desde hace décadas se encuentran sometidos a un tipo de agricultura con escasa rotación de cultivos (carentes principalmente de gramíneas), con alta preponderancia de soja, baja reposición de nutrientes y pobres condiciones superficiales de rugosidad y cobertura, que los someten a un estado de desprotección frente a lluvias extremas y resistencia a escurrimientos rápidos y caudalosos”, afirmó el ingeniero agrónomo Sergio Montico, integrante de la Cátedra de Manejo de Tierras de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR.
En tal sentido, también mencionó que existe una baja proporción de ganadería extensiva bovina, “la cual comienza a recuperar espacio en la región, pero que aún no logra intervenir de forma decisiva en la actual dinámica hídrica”. En general, aseguró que prevalecen sistemas productivos simplificados y muy especializados en pocos comodities que transforman al territorio en un espacio “sumamente vulnerable desde la dimensión social, económica y ambiental”.
Por su parte, el ingeniero agrónomo Martin Silva Rossi, asesor profesional en la zona de la cuarta circunscripción, agregó: “al norte y al este de Venado Tuerto, los suelos presentan un exceso hídrico con condiciones de saturación a partir de los 40 ó 60 cm; en las mayoría de los casos, bajo estas condiciones la ocurrencia de precipitaciones normales de primavera provocaría condiciones de anegamiento en una gran proporción de las tierras. Las bajas precipitaciones ocurridas en los meses de septiembre y octubre vienen atenuando esta situación”.
En tano, desde el norte de la provincia, el ingeniero agrónomo Luciano Nicolas Mieres, becario en Investigación y Experimentación en Manejo de Suelos en Sistemas Mixtos y miembro del laboratorio de Suelos, Agua y Vegetales de la Estación Experimental Reconquista del INTA, ofrece una mirada alentadora de lo que son los cultivos y la situación con la lluvia caída. “En el norte de la provincia las lluvias se están presentando con gran frecuencia. Si bien los volúmenes son importantes en cantidad y las acumulaciones mensuales superan las medias, todavía no se generaron excesos muy importantes como en otras campañas”.
Qué pueden hacer
El doctor en Ciencias Meteorológicas (Universidad de Buenos Aires) y director científico de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), José Luis Aiello afirmó que el Niño está decididamente instalado, tiene una intensidad entre fuerte y moderada y seguirá hasta por lo menos abril del 2016. “Es claro -afirmó- que la campaña gruesa 15/16 se desarrollará con un Niño de las características anteriores”. También explicó que este no es el único fenómeno para comprender las lluvias, sino que hay otros índices y efectos regionales que dependen del Atlántico y de mecanismos dinámicos de la atmósfera. Estos pueden incrementar o amortiguar el efecto “Niño” y son fenómenos no pronosticables.
Para Sergio Montico “es imperioso intentar armonizar el balance hídrico climático con el balance hídrico de los suelos”. Respecto al segundo, propuso hacerlo a través de esquemas productivos que incrementen la materia orgánica, aumenten la porosidad y construyan mayor estabilidad estructural. “Concretamente, suelos cubiertos, con rotación de diferentes usos, rastrojos y raíces, que aumenten la eficiencia del uso de la radiación, las lluvias y los nutrientes”, detalló.
Relató que manejar ambientes sujetos a la envergadura de estas dos dinámicas hidráulicas, es sumamente complejo, pero afirmó que existen técnicas probadas y de reconocida efectividad.
“La visión del ordenamiento territorial debe ser fuerte y decididamente implementada. Entendida como la expresión geográfica de las diferentes políticas, planes y programas de intervención, se orienta al equilibrio de los usos múltiples del territorio con dos fines supremos, la preservación ambiental y la mejora de la calidad de vida de la sociedad”, concluyó.
Por su parte Mieres agregó: “creo que si bien en el país ha avanzado en la evaluación de prácticas de manejo que dan más sustentabilidad a los esquemas productivos, aún faltan pasos importantes para dar y tienen que ver con la promoción y el control. Es en ese espacio donde el profesional Ingeniero Agrónomo aporta muchísimo, pero puede hacerlo mejor aún. Tal vez no estemos tan lejos de ese momento donde una ley regule la tierra. Uruguay transitó el proceso de tener un sistema legal donde la preservación del recurso es central, con planes de manejos certificados con un profesional”.
Mieres también hizo hincapié en determinar pautas a largo plazo con planes de manejo, sean certificados o no, ya que será visto como algo positivo para el sector y para la sociedad.
La visión del ordenamiento territorial debe ser fuerte y decididamente implementada. Entendida como la expresión geográfica de las diferentes políticas, planes y programas de intervención