A un año del crimen

Vecinos de Ceres marcharon por María Fernanda Chicco

Bajo la consigna “Basta de impunidad” se congregaron hoy frente al Juzgado de Menores de Rafaela. El domingo, unas 3.000 personas acompañaron a la familia Chicco en su pedido para que la asesina de su hija no esté libre.

Juliano Salierno

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“Basta de impunidad”, “Legisladores escuchen al pueblo” y “Justicia por Fer”, son algunas de las leyendas que desde hace trece meses acompañan a la familia de María Fernanda Chicco, la joven de 18 años asesinada en Ceres el 15 de febrero del año pasado, a manos de una menor de edad. Este domingo, la comunidad ceresina dijo presente una vez más, en una marcha en la que se congregaron 3.000 personas, que en silencio enarbolaron carteles, banderas y pancartas para visibilizar su reclamo. Aunque en menor número -hubo 250 personas-, la marcha se replicó esta mañana en la ciudad de Rafaela, frente al Juzgado de Menores -Aristóbulo del Valle 538- que le concedió la “libertad asistida” a la imputada.

Ambas manifestaciones dejan expuesta una realidad palpable, que tiene su reflejo en las redes sociales, donde el último domingo se desarrolló una “marcha virtual” bajo el título “Justicia por María Fernanda”, de la que participaron más de 2.000 internautas de todo el país con fotos y mensajes de aliento.

Si bien pasó un año desde el crimen de la adolescente, la población volvió a movilizarse, indignada cuando trascendió que la presunta autora del crimen fue liberada. “La menor asesina goza de libertad asistida, está viviendo en su casa, bajo tratamiento”, explicó Claudia Iturre, periodista local y amiga de la familia Chicco.

Sin condena

“Nos enteramos porque es un pueblo chico y el rumor de que le habían dado la libertad para pasar las fiestas del 24 de diciembre al 1º de enero, indignó a Ceres”, dijo Claudia, que esta mañana mantuvo una entrevista con la jueza de Menores de Rafaela, María Feraudo de Platini.

La imputada, que cumplió la mayoría de edad el pasado 5 de marzo, estuvo diez meses privada de la libertad en la Alcaidía de la Unidad Regional V, del departamento Castellanos y a partir del otorgamiento de la libertad se fue a vivir a Rosario con su madre, que emigró a esa ciudad luego del trágico suceso. Allí, recibe “un control semanal”, “con entrevistas de una psicóloga y una terapista ocupacional” que se encargan del seguimiento.

Esta mañana, la jueza Feraudo le dijo a los manifestantes que la joven “no está condenada”, aunque fue descubierta a través de las cámaras de seguridad que registraron el encuentro con la víctima en el lugar donde fue hallado su cadáver el 17 de febrero del año pasado. Si bien “diagramó el asesinato casi perfecto, la delataron las cámaras”, reconoció la entrevistada, aunque “la jueza nos acaba de decir que todavía faltan pruebas”.

Por otra ley

En definitiva, “la gente se manifiesta pidiendo el cambio de la Ley de Minoridad, no puede ser que Santa Fe no tenga un lugar para los menores que delinquen”, afirmó Iturre, quien agregó que “la marcha es también para pedir que se condene a Karen por el asesinato”.

Una íntima amiga de Fernanda, Alina Martoglio, escribió en una carta dirigida a El Litoral: “Necesitamos que se conozca la noticia, y sobre todo el reclamo de una modificación en la Ley de Minoridad, para que aquellos menores que roben, violen o asesinen tengan una condena justa y no queden libres sólo porque no son lo suficientemente ‘maduros’”.

A propósito de ello, “el año pasado varios candidatos se acercaron y pidieron una reunión con la familia, pero fue para la foto, porque era época de elecciones”, recordó la entrevistada. Este año, la única que mostró cierto interés en el reclamo fue la diputada Claudia Giaccone, del Bloque Juntos por Santa Fe (FJPV), que la semana próxima se reunirá con Silvia y Javier, los padres de María Fernanda y con el Dr. Hugo Parma, representante legal de la familia.

Juzgado de Menores. Una nueva marcha se concentró hoy con un mensaje claro para los legisladores: “Escuchen al pueblo”.

Foto: Gentileza Claudia Iturre

El dato

María Fernanda Chicco

tenía 18 años y estudiaba Cine y Televisión en la provincia de Córdoba. Había viajado a Ceres para pasar unos días en familia, pero el domingo 15 de febrero desapareció de los lugares que solía frecuentar sin dar aviso. El 17 de febrero su cuerpo fue hallado en un corralón ubicado sobre Ruta Nacional 34 y calle Blas Parera, en las afueras de Ceres. La autopsia reveló que el deceso se produjo por asfixia, producida por un alambre que rodeaba su cuello. La principal hipótesis afirma que fue engañada por su asesina, una chica de entonces 16 años, que la citó en el lugar donde le dio muerte utilizando el celular de un muchacho con el que ambas habrían mantenido una relación.