ESTRENAN “REGRESO CON GLORIA”

Donde mueren las palabras

Protagonizado por Bryan Cranston, se trata de un biopic del guionista de cine Dalton Trumbo, acusado de comunista y perseguido por el macartismo en el Hollywood de los ‘50. Debió firmar sus trabajos con seudónimos y recién en los ‘60, pocos años antes de su muerte, fue reivindicado.

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El actor Bryan Cranston, muy conocido por “Breaking Bad”, personifica al guionista que fue incorporado a las listas negras por el macartismo a fines de los ‘40.

Foto: Gentileza Alfa Films

 

Juan Ignacio Novak

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El nombre de Dalton Trumbo es conocido entre los aficionados al cine norteamericano de los ‘40 y ‘50. No sólo por sus guiones (varios de ellos excelentes) sino porque formó parte de “los Diez de Hollywood”, denominación que usó el periodismo para designar a un grupo de artistas contestatarios que, en pleno ascenso del macartismo, se negó a declarar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses, que investigaba la presencia comunista en la industria cinematográfica. Y recibió como contrapartida el hostigamiento, la obstrucción de posibilidades laborales y hasta, en algunos casos, la cárcel.

Justamente un biopic de Trumbo se estrenará el próximo jueves 31 de marzo en los cines argentinos bajo el título “Regreso con gloria”. El protagonista es Bryan Cranston, conocido por personificar a Walter White en la serie “Breaking Bad” y lo secundan Helen Mirren y Diane Lane. La película está dirigida por Jay Roach, conocido por la serie “The Brink”, por haber dirigido a Ben Stiller y a Robert De Niro en “La familia de mi novia” y por parodiar a James Bond en “Austin Powers”.

Es probable que el peso de la propia (e injusta) historia de Trumbo haya opacado un tanto el valor de sus libretos. Sin embargo, está considerado uno de los más importantes de su tiempo. En efecto, en un documental de 2007 escrito por el hijo del guionista, Christopher Trumbo, dirigido por Peter Askin, Michael Douglas, Joan Allen, Donald Sutherland, Liam Neeson, Nathan Lane, Brian Dennehy, Paul Giamatti, Josh Lucas, David Strathairn y Danny Glover leen fragmentos de su puño y letra a la vez que reconocen el valor de sus legado.

No es para menos: desde fines de la década del ‘30 hasta entrados los ‘40 Trumbo escribió “Five Came Back” (1939), de John Farrow, donde un grupo de personas debe afrontar un drama cuando su avión se estrella en la selva; “Kitty Foyle: The Natural History of a Woman” (1940), de Sam Wood, drama romántico protagonizado por Ginger Rogers, sobre una joven humilde que se debate entre dos amores; “Dos en el cielo” (1943), con Spencer Tracy, drama bélico emparentado con el cine fantástico y “Treinta segundos sobre Tokio”, de Mervyn LeRoy, de nuevo con Tracy, pormenorizada reconstrucción de una misión estadounidense sobre Japón tras la invasión de Pearl Harbor, considerada la mejor película bélica rodada durante la Segunda Guerra Mundial.

Ironía

Tras su caída en desgracia y sus años de cárcel, Trumbo se exilió en México. Gracias a su amistad con personalidades de la industria cinematográfica, siguió escribiendo. Pero debía firmar con seudónimos y aceptar pagos bajísimos. De esta época son “Deadly Is the Female” (1950) de Joseph H. Lewis, un film noir sobre un hombre obsesionado con las armas que se deja arrastrar al mundo del crimen por una femme fatale; “The Prowler” (1951), de Joseph Losey, sobre un policía que se obsesiona con un caso que involucra a una mujer acosada por un merodeador y “Cowboy”, de Delmer Daves, con Glenn Ford y Jack Lemmon en un implacable duelo actoral.

Irónicamente, la misma industria que lo había relegado, premió en esta época dos de sus guiones, que vieron la luz con otras firmas: el de la entrañable “Roman Holiday” (1953), de William Wyler, con Gregory Peck y Audrey Hepburn en una de las comedias románticas de los ‘50 que hoy se han trocado en leyendas. Y el de “The Brave One” (1956), de Irving Rapper, sobre la amistad entre un niño mexicano y un toro bravo al que cuida desde su nacimiento.

Crepúsculo

Recién en los ‘60, progresivamente, Trumbo logró emerger del ostracismo y volver a escribir sus libretos sin necesidad de ocultarse. Así adaptó la novela de León Uris en “Éxodo” (1960) de Otto Preminger; redactó la monumental “Spartacus” (1960) de Stanley Kubrick, con un elenco de estrellas encabezado por Kirk Douglas, Tony Curtis, Laurence Olivier, Peter Ustinov, Charles Laughton y Jean Simmons; trazó los westerns “The Last Sunset” (1961), de Robert Aldrich y “Lonely are the Brave” de David Miller, ambos con Kirk Douglas y “The Sandpiper” (1965) melodrama de Vincente Minelli con la famosa pareja Richard Burton - Elizabeth Taylor, quien personifica una pintora inconformista y talentosa.

Entre sus últimos trabajos figuran “Executive Action” (1973) de David Miller, donde arriesga hipótesis sobre el asesinato de John F. Kennedy y “Papillon” (1973), de Franklin J. Schaffner, con Steve McQueen y Dustin Hoffman en la impactante historia de un condenado a prisión con ansias de libertad. Recién al promediar los ‘70 la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood reconoció a Trumbo como el ganador del Oscar por “The Brave One”. Y pasaron varias décadas hasta que le acreditaron la autoría del guión de “Roman Holiday”. Al punto que su propio hijo, quien luchó para lograrlo, murió antes de ver concluida su odisea. Un modo de clausurar un capítulo doloroso de la historia del cine, que el propio guionista hubiera podido incluir en un libreto.