El futuro de los barrios costeros

Diez medidas que podrían mitigar los problemas hídricos en la Costa

  • Dos expertos del Instituto Nacional del Agua (INA), que están elaborando el Plan de Ordenamiento Hídrico de la Costa, le explicaron a El Litoral qué es lo que se puede hacer para reducir el impacto de las lluvias en Colastiné Norte y Rincón.
  • A pesar de la vulnerabilidad de la zona, el aumento de la capacidad de bombeo, la ejecución de nuevos desagües —y su mantenimiento intensivo— y la conformación de un comité de gestión hídrica solucionarían muchas dificultades.
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Colastiné Norte. La mayoría de las calles quedó con sectores intransitables y con más de 40 centímetros de agua de lluvia.

Foto: Flavio Raina

 

Gastón Neffen

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En las últimas dos semanas, las constantes lluvias que acumularon más de 230 milímetros, aislaron a los vecinos de Villa California, Colastiné Norte, el Bañado y la Vía Muerta, entre otros barrios de Santa Fe y la ciudad de Rincón, que no podían llegar a sus casas —algunas con agua dentro— y se quedaron con sus autos en calles de arena (algunas rellenadas con greda y material arcilloso) que parecían arroyos y traicioneros pantanos.

En medio de la emergencia, que todavía sigue, los vecinos hicieron lo que pudieron. Se convocaron para hacer zanjas bajo la lluvia, juntaron plata para rellenar algunos puntos con arena —para poder pasar con los autos—, compraron bombas y reclamaron, con protestas en la Ruta 1, asistencia al municipio.

En la Costa, las calles se volvieron intransitables y los patios se llenaron de agua porque la combinación de las lluvias con la crecida del Paraná —que lleva más de tres meses por encima de los 5 metros— elevaron el nivel de la napa freática a una cota de 14,80 IGN (Instituto Geográfico Nacional), según datos del Instituto Nacional del Agua (INA), y entonces el agua de lluvia no escurre a través de lo que suele ser un permeable suelo de arena.

En los barrios costeros, la mayoría de las viviendas se construyó en zonas con cotas que van desde los 14 IGN hasta los 17 IGN (también hay barrios radicados por debajo de cota 14 IGN, por ejemplo Los Espinillos en Rincón). Todas las viviendas que están por debajo de cota 15 IGN tienen la napa a nivel de superficie (la Ruta 1 tiene una cota de 16,5 IGN). Por eso se inundan los patios y las calles (ver infografía).

Entonces, ¿no hay nada que hacer?, más que comprender la vulnerabilidad de una zona que está en el medio del valle aluvional del Paraná, defendida por terraplenes que protegen de las crecidas del río pero complican el escurrimiento del agua de lluvia.

Las 276 páginas de la segunda etapa del Plan Director de Drenajes de la Costa —sin contar anexos y la primera etapa del plan—, que la Municipalidad de Santa Fe le encargó al Instituto Nacional del Agua (INA), demuestran que hay muchas obras y políticas que se pueden llevar adelante para mitigar el impacto de las lluvias intensas en Colastiné Norte y Rincón. El Litoral las analizó junto a los ingenieros Carlos Paoli, director del Centro Regional Litoral del INA, y Héctor Bianchi, director del Plan de Desagües de la Costa.

Las principales medidas y desafíos que tiene la zona se pueden resumir en 10 puntos:

1Sistematizar un mantenimiento intensivo de los desagües y canales que hay en la zona. Se necesita personal especializado y capacitado en el manejo de las máquinas (y que conozca las características del lugar). La limpieza de los canales debe ser constante porque hay mucho material suelto —arena, ramas y restos de poda— y llevarse adelante con responsabilidad (en calle Los Urunday al 5200, por citar sólo un ejemplo, la tierra que se sacó de la zanja se dejó sobre la calle e impide el escurrimiento del agua hacia el canal).

2 Reforzar el bombeo en las estaciones de la Costa. El mejor ejemplo son las mejoras que ha logrado la ciudad en el cordón oeste, con los protocolos de manejo de reservorios y estaciones de bombeo sobre la circunvalación. En la zona costera, durante esta emergencia, el municipio santafesino debió reforzar el bombeo con cuatro bombas más. Además, la estación de bombeo Colastiné Norte (a la que lleva el agua el troncal de Los Jazmines) no logró sacar los excedentes a pesar de que cuenta con uno de los mejores desagües de la Costa. Algo parecido sucedió en la estación de Villa Añatí en Rincón, en donde también se hizo lento el escurrimiento del agua (el INA calcula que lleva 6 horas bajar 10 centímetros el nivel del reservorio), una situación que complicó sectores con muy buenos desagües y reservorios, como el loteo Lomas de San José. En el límite entre Rincón y Colastiné Norte, el problema es que la estación Los Naranjales está construida en una cota alta y falta mejorar la conducción hídrica hacia un muy mal reservorio —en realidad está al lado de un basural— desde Callejón Laborie y Los Urunday.

3 Ejecutar las canales troncales que define el Plan Hídrico. Son desagües a cielo abierto —para facilitar su limpieza en una zona con mucha arena y materiales sueltos— que llevan los excedentes pluviales a los reservorios. En la zona hay muy pocos que ya se realizaron (por ejemplo, el de Los Jazmines, Los Algarrobos y Las Moras) y están previstos en Callejón Laborie, Los Zorzales, La Sombra, Los Urunday, Lagos e Ibirá Pitá, entre muchos otros. La segunda etapa del plan de desagües, a punto de firmarse entre el municipio y el INA, va a establecer toda la red de desagües complementarios.

4 Mantener en forma permanente las calles. Es probable que la transitabilidad de las calles en Las Paltas, lo mismo que otras zonas de Colastiné Norte, y Villa California hubiera resistido mucho mejor si las calles de arena estuvieran abovedadas, bien mantenidas —los pozos que no se reparan se convierten en lagunas— y con cunetas. Con una red de canales y zanjas (con troncales y secundarios) conectada a las estaciones de bombeo la capacidad de la zona para mitigar estos escenarios es mucho mayor.

5 Cuando se hacen reparaciones en las calles, utilizar “materiales” apropiados. Los vecinos antes “pasaban” con el auto porque las calles de arena, aunque estén inundadas, estaban “firmes” debajo. En los últimos años hay muchos puntos que se rellenaron con “tierra del bañado” (tiene mucha greda y arcilla) y eso convirtió en un lodazal muchas caminos por los que antes se podía circular.

6 Es clave conformar un Comité de Riesgo Hídrico para Colastiné Norte, Rincón y Arroyo Leyes. La Costa debe ser pensada como una unidad de funcionamiento hidrológico, con una gestión integrada de la que participen la provincia, los municipios, las vecinales y entidades de la zona. El Comité de Riesgo Hídrico tiene que contar con oficinas, con personal especializado y con toda la información de las cuencas de la zona (mapas de cotas, curvas de nivel, estaciones de bombeo, desagües, etc.) que estén a disposición de los funcionarios que ejecutan las obras, pero también de los vecinos para que puedan monitorear que los trabajos se hacen. Este comité, además, podría controlar que los nuevos loteos se planifiquen con desagües y respetando las políticas sobre los terrenos (sólo se puede levantar el sector en el que va la casa, para no “tirarle el agua” a los vecinos).

7 El costo de las obras en la Costa es menor que en el casco central de la ciudad. La definición de las prioridades de obras de la ciudad es un punto delicado —en el norte de Santa Fe hay problemas complejos en barrios densamente poblados— pero un punto a favor de la Costa es que hay trabajos que se pueden hacer que no tienen costos millonarios, ya que intervenir en el casco central de la ciudad (en donde hay asfalto y servicios de cloaca y agua) supone inversiones más importantes que las que se necesitan para hacer canales y zanjas a cielo abierto en suelos arenosos en la costa.

8 ¿Tiene sentido asfaltar o colocar pavimento articulado en algunas calles? Para los especialistas del INA, es una hipótesis a debatir. Quizás puede ser una alternativa para las calles que tienen desagües troncales, pero es una cuestión que debe ser analizada a fondo desde el punto de vista técnico y también consultar a los vecinos y organizaciones de la Costa. En Rincón, hace unos años el concejal Raúl Rivas (PJ) propuso pavimentar algunas calles en Villa California para que la gente que tiene sus viviendas más alejadas de la Ruta 1 no tenga que recorrer tantos tramos de “tierra-arena” cuando llueve. A muchos vecinos no les gustó la idea porque cambiaría la identidad de la zona.

9 Fortalecer el anillo de defensa que protege La Guardia, Colastiné Norte y Rincón. Hay puntos que no tienen canal de guarda para recolectar las filtraciones y conducir excedentes de lluvia. En Rincón hay barrios enteros en zona de reservorio (Acería, Los Espinillos y Villa Añatí) y viviendas que se construyeron en el talud del terraplén. En forma constante aparecen cárcavas —la defensa es de arena y tierra compactada— que deben ser reparadas y hay lugares de riesgo junto al muelle de la Acería en Rincón y la toma de agua sobre el río Colastiné (que se reforzó con un tablestacado).

10 Profundizar las políticas de concientización y educación. En la Costa hay vecinos que no cuidan sus propios desagües (arrojan restos de poda, escombros y basura) y que no conocen la forma en que escurre el agua en su zona, a qué cota viven y qué estación de bombeo les corresponde (por eso se necesita que esa información sea accesible). Además las calles también se rompen porque hay quienes desagotan las piletas en la calle.

Hay un punto más que preocupa: en marzo de 2007, el 50% de la Costa se inundó porque se acumularon más de 300 milímetros en sólo dos días (los ríos también estaban altos en ese momento, según los datos del INA), pero esta vez la zona “colapsó” con algo más de 250 milímetros que se repartieron en 12 días, lo que implica que con una red más eficiente para conducir y bombear el agua tal vez este escenario se hubiera podido “aguantar” mejor.

40.000

personas

viven en Colastiné Norte, La Guardia, la Ciudad de Rincón y Arroyo Leyes, aproximadamente, por el boom inmobiliario que densificó la población en el corredor costero durante los últimos 15 años.

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Una odisea. Para salir del barrio, los vecinos se comunican por grupos de whatsapp para encontrar calles apenas transitables. Muchos autos se quedaron.

Foto: Flavio Raina

 

Un plan estratégico para la Costa

La primera etapa del Plan de Ordenamiento Hídrico de la Costa se le presentó al entonces intendente Mario Barletta, que encargó este trabajo al Instituto Nacional del Agua (INA), en diciembre de 2011. En este primer estudio se realizó un diagnóstico de los problemas hídricos en Colastiné Norte, La Guardia y Rincón, y también se recomendaron obras para mitigar estas dificultades.

Tres años más tarde, en diciembre de 2014, el INA entregó al municipio la segunda etapa de este plan hídrico, que define, entre otras obras, cuáles son los canales troncales que se necesitan en los barrios de la Costa, como el que se hizo en calle Los Jazmines.

Ahora, el municipio y el INA están por firmar el acuerdo marco para realizar la tercera etapa de esta planificación, en la que se van a analizar y definir los desagües secundarios que se necesitan en cada subcuenca de la Costa y elaborar un anteproyecto ejecutivo para estas obras.