La Banda del "Tuerto" y sus "soldaditos"
Narcos de barrio Centenario siguen “apretando” familias
“Hasta que no saquen a estos mafiosos del barrio, todo esto va a seguir”, dijo Priscila Rojas.
Danilo Chiapello
En marzo este diario publicó la situación de Claudia Suárez (25), la mujer que se atrevió a denunciar a un narco de barrio Centenario y que, a partir de entonces, su vida se convirtió en un infierno.
Los dichos de Claudia apuntaron directamente a una banda de tenebrosos (liderados por un sujeto al que todos conocen como “el Tuerto”), la que centra su accionar en la zona de Nicasio Oroño al 300, esto es, en las inmediaciones de la escuela Ntra. Sra. de Itatí.
Claudia fue amenazada, golpeada y su casa fue tiroteada varias veces. Desesperada, la mujer junto a sus hijos, abandonó el hogar y debió refugiarse en casa de una prima.
Pero lejos de dar por terminado el asunto, “el Tuerto” y sus “soldaditos” , ahora descargan su furia contra quienes ayudaron en su momento a Claudia.
En este grupo, se encuentran el suegro de Claudia, Víctor Hugo Rodríguez, y una prima, Priscila Aldana Rojas (26), quienes por estas horas son blanco de los embates de estos delincuentes.
“Perdí todo”
Lo que sigue es relato desesperado de Priscila:
* “El jueves a las 3.30 de la madrugada me llama mi cuñada diciendome que ‘el Tuerto’ junto a sus ‘soldaditos’, estaban adentro de mi casa rompiendo y llevándose todo. Yo estaba en lo de mi madre, porque desde que empezó todo esto, tuve que irme a refugiar allí.
Me voy a ver qué había pasado y encuentro que mi casa estaba destruida... se habían llevado de todo. Mis cosas y las de mi nena. Nos dejaron literalmente en la calle. Entraron por una ventana del fondo que arrancaron”.
* “Ya desde antes yo no podía entrar a mi casa por la puerta del frente. Tenía que hacerlo por atrás, arrastrándome por unos yuyales para que no me vieran. No sé qué quieren ellos con nosotros. Continuamente nos tiran piedrazos, o nos hacen disparos al aire...”.
* “Ahora se desquitaron conmigo. Me dejaron sin nada. Yo hace desde marzo que estoy viviendo en casa de mi madre, porque tengo una nena de 1 año y medio y no la puedo exponer a esa situación. Por eso, mi casa estaba sola. No había nadie. Perdí todo... lo que no se pudieron llevar, me lo rompieron. Destrozaron el televisor; la heladera; me llevaron el equipo de música, ventiladores, ropa de los chicos; pañales de mi nena, en fin...”.
“Hice la denuncia pero...”
* “Hice la denuncia en fiscalía y en la policía. Llamaron los peritos, que vinieron y sacaron fotos. Pero siento que no sirvió de nada porque todo sigue igual. A mí me dejaron en la ruina. Quedé en la calle. Ahora tengo que empezar todo de nuevo”.
* “El que hizo esto es ‘el Tuerto’ con sus ‘soldaditos’. Él y su banda, donde están ‘el Ojón’; ‘el Menem’, todos ellos... Viven continuamente amenazando y robando a la gente. También atacaron al suegro de Claudia, Víctor Hugo Rodríguez, que tiene su esposa hemipléjica. Llegaron hasta su casa y comenzaron a los tiros. Uno de los disparos entró a la vivienda y pegó en el televisor.
Quieren El Campito
* “Acá todas las noches andan a los tiros. Ellos (por los delincuentes) tienen problemas con todo el barrio. Andan molestando a la gente. Se quieren quedar con El Campito, porque con eso hacen plata. Ahí venden drogas y ‘revientan’ a los compradores. Ahora, se quieren quedar con todas las casas de El Campito”.
* “Todavía nadie vino a ayudarme. Yo fui al Ministerio y me dijeron que me iban a ayudar pero que tengo que esperar unos días. El tema es que yo ahora la tengo a mi nena sin pañales y sin ropa, porque me llevaron todo. A mi casa, no la puedo llevar porque ellos están continuamente amenazando, me dicen que van a prender fuego la vivienda conmigo adentro. También que van a quemar la casa de mi cuñada, de mi suegro. Que nos van a matar a todos. Eso nos gritan siempre”, culminó entre lágrimas.
A Víctor Rodríguez, le tirotearon su casa para que se vaya. Uno de los balazos ingresó al inmueble y pegó en un televisor.
Fotos: Danilo Chiapello
Los daños en la vivienda de Priscila Rojas. “Lo que no se pudieron llevar, me lo rompieron, dijo la mujer.
