Entrevista con la escritora Elsa Osorio

Un libro y una declaración recuperan la historia de “Mika” Feldman

La figura de Micaela Feldman Etchebéhère, capitana de una columna de milicianos del Poum en la Guerra Civil Española, fue recuperada en “Mika”, de la escritora Elsa Osorio, y en un proyecto en Diputados que la declara Ciudadana Destacada de la provincia. Aquí, una mínima reconstrucción de la historia de esta mujer que nació en Moisés Ville a comienzos del siglo XX y cuya trayectoria, de tan intensa, apenas cabe en un libro y mucho menos en esta nota.

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“Una novela absolutamente documentada”. Así define Elsa Osorio a su libro "Mika", sobre la vida de Micaela Feldman.

Foto: Guillermo Di Salvatore.

 

Nancy Balza

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Una historia inmensa es la que decidió contar la escritora Elsa Osorio con su libro “Mika”. Inmensa por la trayectoria de la protagonista del libro, Micaela Feldman Etchebéhère, como por el tiempo que le demandó investigar sobre una vida que comenzó en Moisés Ville (Santa Fe) en 1902 y terminó en París, en 1992, pero que parece haber transcurrido en mucho más que 90 años.

La autora estuvo en Santa Fe en ocasión de presentarse el proyecto para declarar a Mika Feldman Ciudadana Destacada de la provincia, a partir de la iniciativa del diputado provincial por el Frente Social y Popular Carlos Del Frade. Luego, dialogó con El Litoral acerca de cómo llegó a la historia (o, según se verá, de cómo la historia llegó a sus manos y ya no se despegó) y de cómo reconstruyó una vida a partir de papeles sueltos y no tan sueltos, de testimonios directos y de recorridos por los sitios de Madrid, París y Berlín que habitó y transitó su personaje que, de tan heroico, no lograba humanizar.

Pero, ¿quién fue Mika Feldman? La reseña del volumen editado por Seix Barral en 2012 señala que “fue amiga de Julio Cortázar y de Alfonsina Storni y estuvo en contacto con los grandes revolucionarios de su época. Fue dentista en la Patagonia en los años ‘20, estuvo en París en los ‘30 y en 1933 en Berlín, en pleno ascenso del nazismo. Sin embargo, es durante la Guerra Civil Española, en agosto de 1936, cuando se viste con las ropas del mito”. Mika pasa al frente de una columna del Partido Obrero de Unificación Marxista “que acata su mando con la misma naturalidad con la que se dejan guiar por ella en las batallas”. Y así fue como nace Mika “capitana”, la única mujer con rango militar durante una lucha “que hizo tan suya como la urgencia de libertad en cada uno de sus actos cotidianos”. Esa imagen, la de Mika con milicianos del Poum, es la que ilustra la portada del libro.

—¿Cómo llegó a esta historia?

—Juan José Hernández, un genial escritor y narrador, poeta y traductor, me habló de una mujer que había comandado una columna en la Guerra Civil Española. Al día siguiente, lo llamé para preguntarle quién es Mika, un personaje de quién. Me dijo que era una mujer que vivía en París, a quien había ido a visitar con otro escritor, “Pepe” Bianco, y me dio el libro que ella había escrito 40 años después de la guerra. Lo escribió en francés porque vivió más de la mitad de su vida en Francia. Después fue traducido y se llama algo así como Esta guerra tan mía. Leí el libro y me extrañó no conocerla y no haber escuchado de ella. Escribí varios artículos para distintas revistas y en el primero ya encontré un escollo que, en este largo camino, encontré varias veces. Me preguntaban si era trotskista y como les decía que no, me preguntaban por qué escribía esto. Digo que es un escollo porque parece que en la historia siempre hay que etiquetar.

En Madrid, llegué a una amiga suya de París y por ella a otra, y fui armando una cadena hasta que finalmente encontré documentos. Sabía que escribía por su libro y porque cuenta que cuando estaba entre una batalla y otra dejó sus papeles en tal lugar. Me imagino que una persona que escribe entre las bombas, escribe. De hecho esos papeles hacen que ella sea perseguida por los franquistas como una persona peligrosa entre los rojos, y como ella estaba en el Partido Obrero de Unificación Marxista (Poum) era perseguida por los republicanos por ser antistalinismo.

—De alguna manera, ella también fue etiquetada.

—Después de investigar durante muchos años, encuentro que no perteneció a ninguna organización más que un corto tiempo. Estuvo menos de un año en el Partido Comunista. Ella y su compañero Hipólito Etchebéhère eran revolucionarios “puros”; les interesaba la revolución pero no por una cuestión de poder.

—¿Cuánto tiempo le demandó este proyecto?

—Mucho tiempo. Lo abandoné muchas veces, pero siempre algo del azar me hacía volver. En un momento, cuando estaba en París a punto de volver a vivir a la Argentina, alquilé un departamento, salía al balcón y me daba cuenta de que, en cruz, estaba la casa donde había vivido Mika. Allí fue cuando decidí desempolvar los archivos que tenía en la computadora y empecé a caminar por esas calles. Vi el lugar donde había vivido y me volví a conectar con la historia. Recorrí todos los lugares donde vivió con su marido, fui a todas las casas donde estuvieron en París y, en Berlín, donde supe cuál había sido su barrio, que por supuesto fue destruido por la guerra.

—¿La suya es una novela histórica?

—Es una novela histórica; en realidad elijo los materiales en función de lo narrativo, pero respetando absolutamente la historia. Es decir que si cuento una guerra no voy a decir que ganaron una batalla que perdieron. Pero sí trato de poner este personaje que para mí era demasiado heroico y no podía humanizar, y en un momento invento un personaje secundario. Tuve la posibilidad de leer sus cuadernos y cada vez que tenía la posibilidad, investigaba. Encontré cartas de Mika en Francia y el lugar donde vivió en Buenos Aires, a partir de un papel donde puso la dirección. Fue una investigación de años, y después decidí hacer esta novela porque era tanto el material que había acumulado que tenía que convertirlo en algo legible. Eliminé mucho, pero con respecto a la historia estoy mucho más segura.

—No tiene fin esta historia, porque si bien Mika murió en 1992, seguramente siguen apareciendo más datos de una vida tan intensa.

—Su familia fue a vivir a Rosario y sé que su hermana tenía una hija; me gustaría mucho encontrarla pero desconozco el apellido.

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Mika “capitana” con milicianos del Poum, la imagen que ilustra el libro de Osorio.

“El libro es de 2012 y se publicó en Italia, en Francia, Holanda, Suecia y España, donde hay gente que la conoció a Mika, gente ligada a la fundación Andreu Nin y que ahora denominaron una calle con su nombre”.

 
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Un retrato de Micaela Feldman Etchebéhère.

“Un modelo de vida”

El diputado provincial por el Frente Social y Popular, Carlos Del Frade, presentó el proyecto para declarar como Ciudadana Destacada de la provincia de Santa Fe a Micaela “Mika” Feldman Etchebéhère, iniciativa que fue ingresada a la Cámara Baja aunque aún no fue tratada.

El autor de la iniciativa explica que esta historia llegó a sus manos a través de la militante del MST (integrante del Frente Social y Popular), María Fernanda Martinelli, “y realmente nos apasionó, en especial por el compromiso revolucionario de Mika, de subordinar sus propios deseos personales en pos de una sociedad más humana y menos feroz”. Nacida en Santa Fe, concretamente en Moisés Ville, “quisimos destacarla para que su figura se enseñe en las escuelas como modelo de vida que va más allá del dinero, el individualismo y el consumismo”, explicó el legislador.