ABRIRÁN SU TEMPLO EN LA NOCHE DE LOS MUSEOS

Las herramientas principales de la masonería son los símbolos. Por eso, el templo de la logia edificado en la ciudad contiene muchos. También ocupa un espacio destacado el retrato de José de San Martín, prócer que fue masón.

Fotos: Guillermo Di Salvatore

Juan Ignacio Novak

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El peatón sagaz que recorra calle 9 de Julio advertirá que la puerta que corresponde al número 2454, en apariencia común y corriente, posee en sus paneles una figura muy particular: un compás y una escuadra. Si ese eventual caminante pudiera franquearla, se sorprendería al descubrir el extraño templo que allí se erige. Es que en ese punto del microcentro de la ciudad está enclavado, desde hace más de un siglo, el lugar en el cual se juntan para sus “tenidas” (reuniones) los masones que integran la Logia Nº 99 Armonía, fundada en enero de 1890.

Este espacio será abierto por primera vez para que el público “no iniciado” lo visite durante la Noche de los Museos, el próximo sábado a la noche. Los visitantes que se atrevan a ingresar en esa especie de cápsula del tiempo (se mantiene prácticamente igual que hace un siglo) podrán apreciar objetos, muebles, pinturas, fotografías y libros pertenecientes a las logias masónicas locales. A las 20, el itinerario incluirá una charla a cargo de Rogelio Alaniz: “La masonería y el Bicentenario de la Declaración de la Independencia”.

Aunque es inédita en Santa Fe, esta iniciativa encuentra varios antecedentes. En Buenos Aires, por ejemplo, desde hace años los ámbitos masónicos fueron abiertos al público en el marco de diferentes actividades. Germán y Damián (quienes integran la Logia Armonía y solicitaron que solamente se consignen sus nombres de pila) explicaron los fundamentos de la apertura que harán en la Noche de los Museos. “Nuestra idea es abrirnos a la sociedad y mostrar nuestro local, parte de la simbología que tiene con ver con la masonería y con las actividades que desarrollamos. Y como tema central, la apertura del templo masónico que existe en nuestra ciudad y la mayoría de los santafesinos no conoce”.

Esta postura “aperturista” se inscribe en una premisa asumida por la masonería a nivel nacional. “Desde hace un tiempo, la Gran Logia Argentina, institución madre de la masonería nacional, tiene esta actitud de pasar de un modelo secreto a otro distinto, que llamamos discreto. Que tiene que ver con no mantener ocultas las cosas de la masonería, a lo sumo mantener la discreción en el sentido de que cada miembro sea libre de decidir si revela o no su identidad respecto a su participación en la logia. Esa discreción también implica que no haya una actitud de salir a decirlo activamente, o de mencionar las actividades y los temas de las reuniones”, indicaron.

La pretensión es adaptarse a los tiempos y avances de la sociedad. “La masonería tiene cuatro mil años de funcionamiento y, si bien se mantienen los mismos rituales y formas de trabajo, desde 2010 en nuestro país bajó veinte años el promedio de edad de los integrantes activos, que pasó de 52 a 31 años. Eso le ha dado un empuje importante a la masonería, con universitarios y jóvenes profesionales”, indicó Damián. Pero aclaró que esa apertura se produce sin perder el eje central. “La esencia se mantiene, cambia la forma de comunicarse”, apuntó.

A través de sus hombres

La masonería y sus prácticas estuvieron, históricamente, asociadas al secreto. Inclusive, en muchos momentos de la historia, resultaron perseguidos. Sin embargo, muchos de sus miembros tuvieron roles clave en el desarrollo de la humanidad. “La masonería actúa a través de sus hombres. Lo que se trabaja en el taller tratamos de replicarlo fuera. La función básica es formar hombres moralmente elevados, para después llevar los valores a la sociedad”, explicó Damián.

“La masonería es una escuela moral -coincidió Germán-. Lo que se pide a los miembros es el apego a un núcleo moral riguroso, que hace al perfeccionamiento personal y de los lugares en los que esa persona se desarrolla. Que es uno de los fines de la mayoría de las organizaciones civiles. Lo que tiene de particular la masonería es que desarrolle esa moral a partir del estudio de símbolos que se trasmiten de generación en generación”.

—¿Y ese día la gente que se acerque podrá conocer alguno de estos símbolos?

Germán: —Los miembros de la masonería prestan un juramento de no revelar determinadas cosas de la institución, pero sí queremos abrirnos y mostrar parte de ese cúmulo de símbolos.

Hombres destacados

—¿Cuál fue el papel de la masonería en Santa Fe?

Germán: —Hace un tiempo que venimos haciendo un trabajo de investigación relacionado con la labor de la masonería en la sociedad civil, en la esfera pública santafesina. Eso dio como resultado un libro escrito por un grupo de investigadores de la UNL (“Logia Armonía, masones y librepensadores en la esfera pública, Santa Fe 1889-1921” de Eliana Bertero, Valeria Pini y Matías Vicentín). La masonería tuvo una influencia muy grande a principios del siglo XX, constituyendo muchas de las asociaciones e instituciones de caracter público de la ciudad. Colaboraron por ejemplo con la fundación del Colegio Nacional y la UNL, donde miembros de la Logia Armonía tuvieron un rol de liderazgo.

Damián: —A finales del siglo XIX, principios del XX se produjo la secularización del Estado provincial. Empezó con Nicasio Oroño, quien fue miembro de la logia Estrella del Progreso, que funcionaba también acá en Santa Fe. Ahí, comienza un proceso de separación de la Iglesia y el Estado. El Nacional fue el primer colegio secundario público. Y la UNL es la primera universidad reformista. Dentro de esos procesos, los hombres que formaban la Logia Armonía fueron los que estuvieron llevando a la cabeza todas esas luchas.

50 miembros

• integran actualmente la Logia Armonía de Santa Fe, la mayoría activos. Los requisitos para ser masón son: ser un hombre libre y de buenas costumbres; tener más de 18 años, inteligencia y cultura necesarias para comprender y practicar las virtudes masónicas y medios de subsistencia para sufragar sus necesidades y la de su familia.