Pasó por Gálvez y San Cristóbal

Buryaile escuchó a productores santafesinos

El Ministro de Agroindustria de la Nación anticipó medidas para el sector, pero sobre todo “le puso la oreja” a los planteos frente a la desesperante situación que atraviesa el sector por causa de la crisis hídrica.

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Lleno total. Más de 300 personas se acercaron a la Sociedad Rural de Gálvez para encontrarse con el funcionario nacional.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Juan Manuel Fernández

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El paso por la provincia, el miércoles 27 de abril, del Ministro de Agroindustria de la Nación Rircardo Buryaile pareció una reacción ante las críticas que le llueven al gobierno de Cambiemos sobre la falta de gestión política. El funcionario vino con las manos vacías en materia de recursos o anuncios concretos. En cambio, se puso al nivel de los productores -en más de una oportunidad les remarcó su condición de criador en Formosa- y “les puso la oreja” para que hicieran propuestas, críticas o sólo catarsis ante la desesperante situación que atraviesan por efecto de la catástrofe hídrica. Pero también les transmitió los lineamientos que, en el futuro, desembocarían en acciones de gobierno en beneficio del sector: cambios de criterio en el Banco Nación para que productores en emergencia puedan tomar préstamos aún si hubieran refinanciado uno previo; un seguro multirriesgo; créditos a valor producto; y modificaciones en los mecanismos de control del mercado de granos.

Acompañado por el Secretario de Lechería provincial, Pedro Morini; el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa; y el titular de Carsfe, Gustavo Vionnet, el funcionario nacional aterrizó primero en Gálvez, donde lo esperaban unos 300 productores reunidos en la Sociedad Rural cerca de las 10.30hs. Desde ahí partió, pasado el mediodía, hacia San Cristóbal para tomar contacto con damnificados por la crisis hídrica de esa zona.

Créditos para refinanciados

El encuentro en Gálvez lo abrió Vionnet, quien proyectó un cuadro con unos u$s 2.700 millones en pérdidas estimadas por Carsfe en la provincia. Luego de eso, Buryaile se atajó ante al nutrido auditorio: “vengo a hablar con ustedes, a tomar conocimiento de la situación; sabemos de la gravedad pero nada mejor que dialogar sobre lo que viene, que será un período mucho más difícil de lo que está”.

El funcionario optó por esperar a que las cuestiones de la emergencia las planteen los asistentes. Antes, se refirió a las medidas que el gobierno nacional viene tomando, como la quita de retenciones (“un impuesto a la distancia”, por la incidencia sobre quienes cosechan lejos de los puertos) o el freno al cobro compulsivo de Monsanto por el canon tecnológico de Intacta (“somos nosotros como Estado los que ponemos las reglas”).

También se refirió a la lechería, por lejos el sector más complicado, no sólo por el agua sino por los eternos problemas estructurales que marginan al productor en el reparto de la renta. “Es cierto que el precio está dentro de la cadena, pero no es tan fácil resolverlo”, dijo, y reflexionó: “si las cosas se arreglaran con prepotencia, hace tiempo se hubieran solucionado”.

Como “anuncio” anticipó que analizan con técnicos del Banco Nación la posibilidad de que productores en emergencia que aún estén pagando una deuda previa puedan tomar un nuevo crédito. “Quien esté refinanciando deudas y tenga la carpeta en condiciones va a poder tomar un préstamo”, afirmó, en oposición al criterio contrario que había adoptado la entidad en los últimos años. También adelantó “un paquete de medidas con cuantiosos fondos”, aún no cuantificados, para reactivar la capacidad productiva, que “se va a lanzar en los próximos días”. Sólo adelantó que se destinarían a financiación “a largo plazo y tasa baja”; y estimó que “seguramente vamos a tener que tomar préstamo internacional para emergencia”.

Gracias por el respeto

Al momento de las preguntas de los asistentes, la primera apuntó a saber si al gobierno nacional le interesa implementar un seguro multirriesgo. Buryaile afirmó que sí -él como diputado nacional presentó un proyecto de ley tres años atrás- y agregó: “la queremos (a la ley) mandar este año (al Congreso)”. Y amplió que debería incluir incentivos fiscales, la prima debería correr en parte por parte del Estado Nacional (“pero habría que debatir también el rol de municipios y comunas”) y adelantó: “tiene que cubrir por lo menos los costos”, en base a rendimientos promedio por zonas.

Luego llegaron los reclamos lecheros. “La devaluación y la quita de retenciones agudizaron nuestros problemas”, le espetó un tambero, que también bramó: “¡el productor no tiene más tiempo!” para esperar que lleguen las soluciones estructurales. Buryaile reconoció que las primeras medidas (compensaciones sobre el litro de leche) se tomaron pensando que el mercado subiría, pero que luego bajó. “Se que los recursos no son suficientes”, aceptó. Y, en respuesta al reclamo sobre la inutilidad de los créditos con tasa subsidiada para tamberos en crisis, adelantó: “pensamos volver a la línea de créditos a valor producto más un 5% anual, pero hay que modificar una ley que le impide al Central prestar de esa forma”. Mientras tanto, dijo estar trabajando en forma coordinada con Cancillería para abrir mercados a los lácteos argentinos.

Al cierre del encuentro, el ministro pareció respirar aliviado. Así como lo había hecho al responder algunas preguntas, insistió en agradecer “el respeto” de los asistentes pese al evidente estado de desesperación en el que se encuentran por la gravedad de la crisis.

El dato

Respuesta a productores porcinos

  • Al planteo sobre la importación de carne de cerdo y el riesgo sanitario que denuncian desde la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP), el ministro Buryaile contestó poniendo en contexto el conflicto. Primero explicó que las compras externas no superaron el 7% de la producción nacional en 2014, año en que ingresaron 7.500 toneladas (contra una producción de 500.000 toneladas). Luego desmintió que este año ya hayan ingresado más carne que en 2015 (2.000 toneladas, contra 5.000 de año pasado). Y respondió que el riesgo de ingresar PRRS (Síndrome Reproductivo y Respiratorio del Cerdo) no es tal respecto de Brasil, donde la enfermedad no fue detectada. “Senasa no quiere poner barreras sanitarias porque quieren ser serios”, disparó. Además, explicó que la relación con el vecino es de negociaciones por productos, por lo que cerrar el ingreso de alguno podría implicar una réplica sobre los artículos que se les venden, por ejemplo la leche o automóviles. “Hay que bajar costos y ganar eficiencia”, les dijo a los productores.