editorial

Es momento de trabajar unidos

  • Frente a la emergencia, no hay lugar para visiones políticas sesgadas.

Todo indica que los peores momentos del fenómeno de El Niño comienzan a quedar atrás en una amplia región del país que se vio arrasada por los efectos de este período de lluvias extraordinarias.

La ciudad de Santa Fe no es la excepción. Tanto es así, que el intendente José Corral acaba de anunciar un plan de reconstrucción del casco urbano que incluye reparación y ejecución de pavimentos, recuperación de arbolado, instalación de luminarias y construcción de viviendas.

Se trata de una inversión cercana a los 700 millones de pesos, lo que representa un enorme presupuesto que está muy lejos de las posibilidades económicas del municipio. Por ese motivo, será imprescindible el aporte conjunto del gobierno de la ciudad, el gobierno provincial y la administración nacional.

Para reparar calles de asfalto, de hormigón, de tierra y de arena -en la costa- la Municipalidad prevé destinar $ 30 millones propios, $ 50 millones suministrados por la Provincia y otros $ 82 millones que llegarán a través de créditos.

También habrá nuevas calles pavimentadas, con una inversión de $ 181 millones ($ 128 millones provienen de fondos provinciales por el Acuerdo Capital y $ 53 millones a través del Promeba).

La construcción de viviendas será fundamental para relocalizar a familias que hoy viven en zonas inundables y que actualmente se encuentran evacuadas. Por ese motivo, el plan incluye levantar 280 casas, con una inversión de $ 348 millones: $ 220 millones que vendrán de la Nación y $ 128 de la provincia. El municipio otorgará las tierras.

El 19 de febrero pasado, un temporal azotó a Santa Fe y destruyó nada menos que 2.000 árboles de la ciudad. En este sentido, dentro de este proyecto de reconstrucción se anunció la plantación de 10 mil nuevos ejemplares y el mejoramiento de espacios verdes, lo que insumirá una inversión de $ 3.200.000.

Finalmente, habrá que destinar $ 4 millones para reparar las 1.000 luminarias que permanecen dañadas por estos fenómenos climáticos.

La situación del interior provincial no es mejor. Dieciocho de los diecinueve departamentos de Santa Fe son considerados zona de desastre en estos momentos. Otra vez, sólo será posible salir adelante si los gobiernos de Provincia y Nación trabajan en conjunto.

El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, visitó recientemente la provincia y anunció decisiones concretas que en los ámbitos de la producción se esperaban desde hace tiempo. Entre otras medidas, la postergación de vencimientos impositivos hasta junio de 2017 y la suspensión de los juicios iniciados por la Afip a productores.

También se establecieron nuevos plazos para los vencimientos impositivos nacionales en Ganancias, Bienes Personales, Ganancia Mínima Presunta y para impuestos provinciales como, por ejemplo, el Inmobiliario. A todo esto se sumarán créditos a tasas subsidiadas.

En medio de la emergencia, no hay margen para ningún tipo de diferencia político-partidaria. No importa el color político de quienes gobiernan la ciudad, la provincia o la Nación.

Frente a circunstancias extraordinarias que mantienen a enormes sectores de la población sumidos en situaciones desesperantes, el Estado, en todos sus gradientes, debe reaccionar de manera eficiente y homogénea. Los efectos devastadores de este tipo de fenómenos climáticos no pueden ser evitados. Sin embargo, sí es posible -e imprescindible- trabajar con celeridad en todos los frentes para que la recuperación resulte lo menos dolorosa posible y pueda concretarse cuanto antes.

El Estado en su conjunto debe reaccionar de manera eficiente y homogénea.