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Un tuituero septuagenario: Trump sería el presidente más viejo de los EE.UU.

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Donald Trump. Foto: Agencia EFE

 

Anne K. Walters

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dpa

¿Qué se puede regalar por su 70 cumpleaños a un magnate que lo tiene todo? Donald Trump espera que la respuesta sea la presidencia. De ser elegido en noviembre, el casi seguro candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca, que cumple 70 años el próximo martes, sería el presidente de mayor edad que ha tenido nunca el país.

Ronald Reagan, que asumió la presidencia poco antes de su 70 cumpleaños en 1981, restó importancia a las preguntas sobre su edad con una pulla inteligente durante un debate en 1984. “No haré de la edad un tema de esta campaña”, dijo. “No voy a explotar con propósitos políticos la juventud e inexperiencia de mi oponente”.

Sin embargo no se espera que Trump sea preguntado al respecto por su rival, la demócrata Hillary Clinton, que es sólo un año menor que él y que cumpliría 69 justo después de su eventual elección a la Casa Blanca.

Hace precisamente un año, Trump era visto como un candidato a la nominación muy poco probable destinado a desfinflarse antes de que se depositaran los primeros votos y el debate se centró más bien en si Clinton tendría que enfrentar a un oponente mucho más joven y dinámico, como Marco Rubio o Ted Cruz.

“La obvia diferencia generacional será un tema inevitable”, advertía entonces el analista Geoffrey Skelley.

Sorpresa tras otra

Pero en lugar de eso, las dinámicas tradicionales de joven-viejo, experiencia-inexperiencia se abandonaron con Trump, un neófito político que cambió radicalmente la idea de cómo debería ser un candidato a la presidencia.

Trump dio incluso la vuelta a las suposiciones sobre la edad, atacando a Jeb Bush, más joven, como una persona con poca energía, y utilizó un lenguaje similar sobre Clinton.

El polémico millonario rompió con la imagen de un contenido hombre de estado de avanzada edad, se deleitó con el combate cuerpo a cuerpo con sus contrincantes y se adaptó a las herramientas de los jóvenes para descargar sus golpes.

Además, desplegó gran parte de su bravuconería en Twitter y otras redes sociales y se vanaglorió de su alto número de seguidores en las mismas.

“Saben, si tuiteo algo, CNN y Fox dicen de repente, ‘tenemos breaking news’ (noticia de última hora)”, dijo en referencia a la atención que despiertan sus palabras. “Estoy sentado aquí tuiteando, bing, bing, bing. ‘Donald Trump acaba de emitir un gran comunicado’ “.

Además rechazó las críticas que señalan que no debería estar usando Twitter, cuando él mismo sugirió que no sería adecuado para un presidente descargarse en la red social. “Dicen, ‘no deberías usar tu Twitter‘. Y yo digo... ¿por qué? (...) Usaremos todo lo que tenemos para ganar”.

Por su parte Clinton se ha adaptado también a las redes sociales, pero su “naturaleza digital” es mucho menos marcada. Incluso el presidente Barack Obama bromeó al compararla con una tía de avanzada edad intentando utilizar Facebook “por primera vez”.

“Hillary intentando apelar a los jóvenes votantes es un poco como tu familiar que acaba de abrirse una cuenta en Facebook”, dijo entre risas en su monólogo en la cena de corresponsales de la Casa Blanca.

“Querida América, vieron mi mensaje?, ¿Aparece en su muro? No estoy segura de estar usándolo correctamente. Con cariño, la tía Hillary”.

Tanto Trump como Clinton llevan décadas en el escenario nacional, Trump como magnate del sector empresarial immobiliario de Nueva York y estrella de reality de televisión y Clinton como primera dama y después como senadora y secretario de Estado.

Clinton intentó jugar la carta de sus años de experiencia frente a Trump, al que declara ‘temperamentalmente no apto‘ para servir como presidente. Y en lugar de temer que su edad sea un lastre, ha destaco con frecuencia su papel como abuela mientras intenta ablandar su dura imagen.

Tanto Clinton como Trump forman parte de la generación baby boom nacida tras la Segunda Guerra Mundial y se formaron en los tumultuosos años 60. De hecho, su elección marcaría un cambio generacional hacia atrás respecto a Obama.

Los dos candidatos están en buen estado de salud para servir como presidentes y su esperanza y calidad de vida ha mejorado en el último siglo, por lo que la edad podría ser una cuestión menos importante que en el pasado.

Pero para los votantes de mayor edad, que son los que más suelen votar, un candidato que hable directamente de reformas de las pensiones o atención sanitaria para los mayores podría tener ventaja. Trump por su parte ya ha prometido que no cambiaría los programas más populares al respecto pese a los llamamientos dentro de su partido para hacerlo.