editorial

  • El presidente Macri promulgó la ley que fija el feriado del 17 de Junio, en honor a Martín Miguel de Güemes.

El impacto del nuevo feriado

Finalmente, el Senado de la Nación aprobó el proyecto que establece un nuevo feriado en la Argentina. Esta vez, para conmemorar el fallecimiento del General Martín Miguel de Güemes, el salteño que con valor, bravía y escasísimos recursos, logró contener el embate de los ejércitos realistas que intentaban avanzar desde el Alto Perú durante la guerra de la Independencia.

Murió el 17 de junio de 1821, con apenas 36 años. Su deceso se produjo por una bala enemiga que recibió en plena batalla. Así, se convirtió en el único general argentino caído en acción contra un enemigo extranjero. La historia dice que falleció en Cañada de la Horqueta, cerca de la ciudad de Salta.

En un principio se dijo que el presidente Mauricio Macri vetaría esta ley. No porque creyera que la figura de Güemes no merece un feriado nacional, sino porque el próximo viernes 17 de Junio se sumará al sábado, al domingo no laborable y al feriado del 20 de Junio, cuando se conmemorará el Día de la Bandera por el fallecimiento de su creador, Manuel Belgrano. Esto implicaría un cese casi total de actividades durante cuatro días.

Otra alternativa que se barajó fue que Macri no tomara ninguna decisión al respecto y que la ley terminara siendo promulgada de manera ficta. Pero, en este último caso, el proceso se completaría luego de transcurridos los diez días hábiles desde la aprobación de la ley, por lo que el feriado recién se hubiera hecho efectivo el año próximo.

Sin embargo, en las últimas horas, el presidente Macri promulgó la norma sancionada el miércoles y, de esta manera, el feriado se aplicaría desde este año.

La situación genera una lógica preocupación en el comercio de aquellas ciudades donde el turismo no representa una actividad central. Desde el Centro Comercial de Santa Fe reconocen el valor de la figura de Güemes en la historia argentina, pero advierten que el sector viene sufriendo el impacto de la recesión y del incremento de los costos producidos durante los últimos meses.

Cuatro días sin actividad -o con actividad reducida- podrían representar un duro golpe para algunos comercios. Especialmente, porque en este caso el sector aguarda con expectativa las jornadas previas al Día del Padre que se celebra el domingo 19 de junio, ya que esta fecha podría contribuir al incremento de las alicaídas ventas.

Al confirmarse la promulgación de esta ley, hasta fin de año la Argentina tendrá diez feriados, que se sumarán a los ocho que ya se produjeron desde el 1º de enero.

En épocas de crisis como la que en estos momentos vive el país, no es un dato menor. Es que si bien los principales centros turísticos disfrutan de los beneficios del cronograma de feriados, en el resto de los centros urbanos la realidad es diferente.

En zonas que no son turísticas, los comerciantes que deciden mantener cerradas las puertas de sus locales sufren la pérdida de ingresos, que en muchos casos resultan imprescindibles para sostener el equilibrio económico de sus negocios. Si las abren, las ventas son bajas debido a la escasez de clientes y los costos fijos se incrementan por el pago diferencial a los empleados que trabajan durante el feriado.

Se trata de una cuestión realmente delicada. Por ende, desde los órganos del Estado deberían plantearse alternativas que permitan recordar a los próceres de la Patria, sin que esto represente un problema para los que día a día pelean por subsistir.

La situación genera una lógica preocupación en el comercio de aquellas ciudades donde el turismo no representa una actividad central.