Audiencias a puertas cerradas

Una única testigo acusó a los Cronos por el crimen de Barco

Con un careo entre la única testigo de cargo de la fiscalía y una vecina de la villa del Centenario que la desacredita, terminó el debate. El lunes a las 9 serán los alegatos.

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Cuatro personas están siendo juzgadas desde el lunes por un homicidio ocurrido en octubre de 2014, en la villa del Centenario. Foto: Flavio Raina

 

Juliano Salierno

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Una testigo de cargo señala a los Cronos como los autores por el homicidio de Ernesto Fabián Barco, ocurrido el 25 de octubre de 2014, en un pasillo de la villa del Centenario. La mujer, cuya identidad se reserva, declaró este martes en una audiencia oral a puertas cerradas, sin la presencia de público y con los imputados en una habitación contigua.

La misma metodología -a puertas cerradas, sin la presencia de público ni los imputados- fue utilizada para realizar un careo que tuvo lugar esta mañana, cuando la única testigo directa aportada por la fiscalía se enfrentó con una vecina que la desacredita.

Las dos vivían en la villa cuando ocurrió el crimen de Barco. Es más, se sabe que son primas, aunque ahora se encuentran enfrentadas, porque una de las dos no dice la verdad.

Los apodos

Según fuentes del caso, la primera narra que esa madrugada salió a comprar cigarrillos a un almacén que está a unas cuadras y cuando regresaba vio a cuatro muchachos armados, a los que identificó por sus apodos -Cabe, Cusi, Bebi y Rober- que perseguían y disparaban hacia el pasillo que da a la escuela Nuestra Señora de Itatí.

A unos pocos metros y en penumbras, Ernesto Barco cayó malherido de un disparo de calibre 22 que le impactó en la espalda. El hombre de 38 años fue cargado en la chata de una camioneta de la policía, pero llegó muerto al Hospital Cullen pasada la una de la madrugada. La testigo dijo que se asustó y que regresó sobre sus pasos para volver a su casa por otro pasillo de la villa.

Estaba durmiendo

Por contrapartida, la testigo de la defensa sostiene que esa noche había llegado de cirujear y estaba en el patio de su casa cuando se escucharon tiros y las consecuentes sirenas de la policía primero y luego de la ambulancia.

“Yo venía de cirujear como a las 12 de la noche y viene un chico corriendo y me dice que había un muchacho tirado en el pasillo” a la altura de calle Colón al 3000, contó la vecina que asegura que “a Chuchi la desperté yo”, en referencia a la otra mujer. “Vive al lado de mi casa, nos separa un tejido” y “estaba cerrado con candado”, recordó; y dijo que la despertó arrojándole “ladrillos al techo”.

“¿Por qué razón la llamó?”, preguntó el fiscal Jorge Nessier, interesado en desmontar un testimonio presuntamente direccionado a mejorar la situación de los acusados. “Porque siempre que pasa ‘esto’ vamos a ver”, dijo la testigo con naturalidad, refiriéndose a los muertos y heridos de bala en la vía pública como algo frecuente.

Temor a represalias

Durante el careo de esta mañana, ninguna de las dos cambió su versión. La testigo clave se mantuvo en su postura acusatoria, que le costó haber tenido que abandonar el barrio y mudarse en sucesivas ocasiones por temor a represalias. De hecho su padre, que sí vive en la villa, brindó una declaración temerosa el miércoles, cuando antes de que el tribunal le diera la palabra a las partes para que lo entrevistaran se despachó diciendo que “de eso yo no vi nada”, “yo no estaba”, afirmó el hombre.

“Vos no viste nada, no sé por qué estás mintiendo” le reprochó la segunda esta mañana. A lo que la testigo le dijo: “¿Quién te manda a decir estas cosas?”.

El juicio

Juan Pablo Rodríguez (Cabe), Luis Exequiel Lugo (Cusi), Juan Alberto Benítez (Bebi) y Roberto Andrés Osuna (Rober) están siendo juzgados desde el lunes por un tribunal pluripersonal, conformado por los jueces Sergio Carraro, Néstor Troncoso y Alejandro Tizón.

Los cuatro se declararon inocentes este miércoles y sus respectivas defensas, ejercidas por los abogados Héctor Tallarico -por Rodríguez y Lugo- y Matías Spadaro del Servicio Público -por Benítez y Osuna-, desistieron hoy de realizar los careos con la testigo de cargo por falta de garantías en el acto, que se pretendía fuera mediado por videoconferencia y no cara a cara.

Durante el juicio pasaron alrededor de 30 testigos, entre policías, peritos y vecinos. Como es un clásico en estos casos, nadie vio ni escuchó nada en un barrio dominado por bandas delictivas, que imponen su ley a fuerza de balas.

Alegatos finales

El próximo lunes serán los alegatos finales, previstos para las 9 de la mañana en la Sala Nº 1 del subsuelo de tribunales y que según se espera, serán de acceso público. Allí los fiscales de la Unidad Fiscal de Homicidios, Jorge Nessier y Cristina Ferraro, deberán ratificar la promesa del inicio, de tratar de demostrar que los imputados son culpables y merecen la pena de prisión perpetua.

Por su parte, los defensores centrarán su alegato en los puntos flacos de la investigación, y pondrán en jaque la pretensión fiscal para postular la inocencia de los encartados.

Finalmente, será el tribunal el que una vez concluido el acto pasará a deliberar, para dar a conocer la sentencia el 15 de junio en horario a confirmar.


En cifras

2

juicios

orales por homicidio fueron realizados hasta ahora en la primera Circunscripción Judicial desde la puesta en marcha del nuevo sistema, el 10 de febrero de 2014.