
¿Qué llevamos las mujeres en la cartera?
¿Cuánto cabe en el bolso de una mujer? La mayoría confiesa que incluso a ellas mismas les sorprende todo lo que pueden llevar en sus carteras. Pero cargar con mucho peso puede tener serias consecuencias para la salud.
Textos. Romina Santopietro. Fuente. DPA.
Puede ser difícil resistir la urgencia de amontonar todas tus pertenencias en un bolso. Después de todo, ¿qué tal si necesitás un pañuelo? ¿Y si te da hambre? ¿Si vas a un baño público y no hay papel? ¿Qué tal si querés usar alcohol en gel o una bufanda o tomar agua, o un medicamento? Podríamos seguir durante horas pensando en todas las cosas que queremos usar cuando salgamos de casa, pero en la realidad, probablemente estás cargando mucho más de lo que podrías necesitar.
Un estudio realizado en Alemania desató la intriga: ¿qué llevamos las mujeres en las carteras? Más de la mitad de las encuestadas por el instituto alemán GfK (62 por ciento) miran sorprendidas el misterioso contenido de sus bolsos. Mientras, la mayoría de los hombres (81,7 por ciento) se asombran por todo lo que puede llegar a llevar una en la cartera.
Entre las razones de este caos que supone el interior de un bolso de mujer se alzan casi por igual la planificación y estar preparadas para ofrecer ayuda.
No es un secreto que mientras más grande es el bolso que portamos, más cosas le podemos cargar.
Más de la mitad (55,1 por ciento) de las mujeres encuestadas aseguraron que les gusta estar preparadas ante cualquier tipo de eventualidad que pueda surgir y por ello llevan también con frecuencia cosas que no necesitan tan habitualmente.
Un encuesta rápida en Facebook y en la redacción arrojó estos resultados: cargadores y pilas entran en la categoría de reservas energéticas junto con caramelos, chocolates y puchos. Aros de distintos pares. Una patilla de lentes de sol, sin el resto de las gafas. Papelitos arrugados. Potecitos de alcohol en gel. Juguetes de los hijos, la agenda “de papel”, aunque tengamos todos los teléfonos en el celu. Fotos de los afectos. Un libro, pañuelos descartables “por si hay que llorar”, decía mi abuela, o para limpiar una mesa o manos o “algo”. Perfume, maquillaje, espejito y cremas varias. Manteca cacao. Un neceser con productos de higiene. Una bombacha “la rosada que me regalan en navidad”. Medias. La billetera sin plata. El celu viejo, “si te asaltan, le das el señuelo”. Una lima de uñas. Un ganchito porta-cartera. Broches, hebillas, peine, colitas. Un mini costurero. Todo, por las dudas. Tres lapiceras que no escriben y una que sí pero que siempre se esconde en el fondo del bolso. Moneditas. El repelente aulogelio de los chicos. Cepillo de dientes. Sobrecitos de té y un frasquito con yerba para el mate. Las bolsitas ecológicas y la lista para el súper. Los auriculares y el mp3. El ojito de gato de la bici. Gas pimienta. Un rosario y amuletos de la suerte. ¡Hasta pelusas!
Silvina confiesa llevar la casa completa, por las dudas. Por eso rompe las tiras de las carteras.
Claudia y Carolina cargan con el maquillaje, las pinturitas de uñas y la planchita para el pelo, los días viernes.
Luciana carga con un libro por si tiene que afrontar una espera, y algo dulce. Nunca falta una bufanda en su bolso.
Gise descubrió que por “arte de magia” el control remoto del tele había aterrizado en su cartera.
Vero lleva “de todo”, hasta un fibrón indeleble, aunque confiesa no saber para qué.
Y después están las herramientas de cada profesión: tensiómetro, carpetas, pinceles, memorias usb, cámara de fotos, tablet, netbook, laptop, e-book... Y si sos mamá de un bebé, ni hablar.
Las mujeres cargamos con un verdadero universo en el cual buceamos cada vez que queremos “pescar” algo en la infinitud de nuestros bolsos.
Claro que llevar una tonelada de cosas atenta contra nuestra pobre y sufrida espalda.
RENUNCIÁ A TODO EL PESO QUE PUEDAS
Claro, dicho así, suena terrible. ¿Qué sacamos, si usamos tooodo? El mejor modo de aliviar la espalda es aligerar el bolso. De este modo se reduce el estrés de la espalda y se minimizan los problemas de postura que afectan al cuello y a la columna vertebral.
Casi todas cuando cambiamos de cartera nos limitamos a volcar el contenido de una en la otra, sin “limpiar” ni descartar nada. Peeero... hay que hacerlo.
Una de las consecuencias de llevar una cartera pesada al hombro es un desorden en la postura. Cuando la cartera es colocada sobre un solo lado del cuerpo, esto impide que una mano se mueva como debiera hacerlo, mientras que la otra se mueve más.
Muchas mujeres tienen problemas para sujetarse por causa de esto.
Dado que el peso de la cartera es una carga sobre el hombro que se coloca asimétricamente, esto hace que puedan resultar trastornos en la postura. La mayoría de la gente lleva carteras en el lado dominante del cuerpo, si uno es zurdo la usará en el lado izquierdo. La consecuencia será un desarrollo más fuerte de los músculos de ese lado, lo que significa que los músculos de la espalda deben compensar el peso, y eso lleva a dolores de espalda.
Usar una cartera pesada puede causar dolores en el hombro y los músculos localizados en el cuello. Esto puede causar entumecimiento o insensibilidad en la parte alta de la espalda, los hombros y el cuello.
En algunos casos, cargar mucho peso en un lado puede causar dolores de cabeza.
¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA REDUCIR LAS CONSECUENCIAS DAÑINAS?
-Elegir una cartera con una correa ancha: Esta distribuirá el peso de mejor forma y protegerá las partes de los hombros donde pasan los nervios que van de las manos hacia la nuca.
- Aunque parezca una tontería: usar una cartera más chica. Que el límite de lo que podemos llevar lo imponga el tamaño del bolso.
- Usar la cartera en ambos lados, alternando, para que los hombros puedan compartir el peso y puedan reposar de vez en cuando.
- Evitar los tacos altos si se está usando una cartera pesada, para poder mantener mejor el equilibrio.
- Si es posible, optar por una mochila: al usarla verás que el peso estará bien distribuido en ambos lados.




