El estadio Azteca celebra medio siglo
El estadio Azteca celebra medio siglo
Marcado por la genialidad de Pelé y Maradona, por la huella de “la mano de dios”, y el eco del gol del siglo en sus tribunas de concreto, el Azteca de la Ciudad de México cumplió 50 años siendo uno de los estadios históricos del fútbol mundial.
Textos. José Antonio Torres. Fotos. EFE.

Vista general del Estadio Azteca en Ciudad de México.
La historia del estadio Azteca está plagada de momentos memorables. Los goles de Pelé en el Mundial de 1970 y los que Maradona plasmó para los libros de historia en la Copa Mundial de 1986 -de la que pronto se celebrarán 30 años- y recuerdos inolvidables de los dos grandes del fútbol con el trofeo de campeón en sus manos.
“O REI” EN EL COLISEO MEXICANO
El Mundial de 1970 fue el primer gran torneo en el Azteca y su protagonista fue Pelé (Edson Arantes do Nascimiento), que aquí cerró su laureada trayectoria en Copas del Mundo, con 14 partidos, de ellos 12 ganados, un empate y una derrota. Además hizo 12 anotaciones y levantó tres títulos.
La “canarinha” de Pelé, Rivelino, Tostao, Gerson y Jairzinho jugó todo el torneo en el estadio Jalisco de Guadalajara, pero fue en la final en el Azteca donde recogió la Copa Jules Rimet, que se disputó durante cuatro décadas y ocho Mundiales, desde 1930 a 1970.
Pelé anotó el primer gol de la final Brasil-Italia, después siguieron los tantos de Gerson, Jairzinho y Carlos Alberto. El resultado final fue favorable de 4-1. Por Italia anotó Roberto Boninsegna.
LA “MANO DE DIOS” Y EL GOL DEL SIGLO
En 1986, tal y como lo Brasil lo hizo en 1970, la selección de Argentina, entrenada por Carlos Salvador Bilardo, y liderada por Diego Armando Maradona, fue la primera en llegar y la última en salir de México.
El Azteca fue la fortaleza en la que batió a sus rivales ingleses en un partido donde se anotaron el gol del siglo y el de la “mano de dios”.
Maradona emergió como figura mundial de este partido de cuartos de final que se jugó el 22 de junio de 1986, un día que puede considerarse como la gran fecha del fútbol argentino por todo lo que rodeaba al partido contra Inglaterra.
En el Azteca, Maradona hizo cuanto quiso con sus rivales, les marcó el gol del siglo en una serie de jugadas donde dejó sembrados a ingleses por todo el campo, y llevó a la cumbre la picardía al hacer el gol más polémico de la historia, el de la “mano de dios” (ver recuadro “Mi mundial, mi verdad”.
Quien se plantea ¿Quién es el mejor futbolista de la historia, Pelé o Maradona?, tendrá que ir a internet y volver a ver las genialidades del brasileño y del argentino en México, en el Estadio Azteca, para replantearse su sentencia final.
Maradona tiene una historia de 8 goles en 21 partidos de las Copas de Mundo de 1982, 1986, 1990 y 1994, y ha conseguido dos campeonatos.
OTROS MITOS DEL AZTECA
Entre las huellas de genialidad futbolística que guarda entre sus muros, también destaca una placa de metal que recuerda al mexicano Manuel Negrete como el autor del gol más bonito del mundial de México 1986, el de la media tijera, el del tirón de mechón que le dio Javier Vasco Aguirre para celebrarlo.
En este marco histórico, el estadio Azteca celebra 50 años de historia, todo ello en medio de una remodelación que reducirá a 85.000 su capacidad de asientos en pos de una necesaria modernización que lo lleve por el siglo de la tecnología.
En la cancha del Azteca tuvo lugar un partido que en su momento mereció ser llamado el juego del siglo, entre las selecciones de Alemania y de Italia, en el Mundial de 1970.
El alemán Franz Beckenbauer terminó con el brazo vendado y Alemania avanzó a semifinales al ganar 4-3 en tiempos extras.
La selección de México también tiene una rica historia en el Azteca, su casa por antonomasia, porque aquí ganó, en 1999, la Copa Confederaciones, en un partido contra Brasil en el que destacó Cuauhtémoc Blanco.
EL MÁS GRANDE
El Azteca fue construido entre 1962 y 1966 con la mayor capacidad del mundo en su momento -105.000 aficionados sentados- solo detrás de lo que fue el Maracaná de Brasil.
El empresario de la televisión mexicana, Emilio Azcárraga Milmo, quien en 1958 compró al equipo América, impulsó la construcción de este coloso de cemento y acero con la visión de verlo como escenario del fútbol mundial.
El entonces presidente de la FIFA, Stanley Ross, estuvo presente para colocar la primera piedra en lo que eran los Ejidos de Santa Úrsula, en el sur de la Ciudad de México.
El estadio nació grande y ha sido sede de Juegos Olímpicos, dos Copas del Mundo, las de 1970 y de 1986, y numerosos torneos internacionales.
Su inauguración está fechada el 29 de mayo de 1966 con el partido entre el América de México y el Torino de Italia. El primer gol fue obra del brasileño Arlindo, jugador del América, y el resultado de ese partido fue un empate a dos goles.
El Azteca fue diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien también levantó la Basílica de Guadalupe y el Museo Olímpico de Lausana (Suiza).
Su construcción comenzó en 1962 y se terminó en 1966, cuatro años antes de la Copa del Mundo de México 1970 y el estadio es y ha sido siempre la casa del equipo América desde 1966, pero también lo ha sido, a lo largo de su historia, de los clubes Necaxa (1966-1971 y de 1982-2003), Atlante (1966-1983, 1996-2000 y de 2004-2007) y el Cruz Azul (1971-1996).
En el Azteca, Maradona hizo cuanto quiso con sus rivales, les marcó el gol del siglo en una serie de jugadas donde dejó sembrados a ingleses por todo el campo.
EMBLEMA DEL PAÍS
Fuera del deporte, el Azteca ha sido un escenario polivalente con funciones de boxeo, con conciertos especiales, como los cinco que Michael Jackson ofreció entre octubre y noviembre de 1993 y en los cuales reunió en total unas 500.000 personas, y con reuniones trascendentales como la visita del Papa Juan Pablo II de 1999.
El 14 de octubre de 1967, el Azteca puso un ring en su centro del campo para la pelea en la que el mexicano Vicente Saldivar ganó el título mundial de peso pluma al vencer al inglés Howard Winstone.
Desde el 22 de febrero de 1993, el Azteca posee el récord mundial de más público reunido en una pelea de boxeo al haber recibido a un total de 132.247 aficionados para ver al peleador Julio César Chávez vencer por K.O. al estadounidense Greg Haugen.
La reciente despedida del cantante Vicente Fernández ha sido el último de los grandes conciertos que han tenido como sede el estadio Azteca, que también ha convocado a espectadores de deportes como el fútbol americano. El American Bowl de la NFL se ha jugado en 1994, 1997, 1998 y 2000, y en noviembre volverá nuevamente con el partido de Raiders de Oakland ante los Texanos de Houston.
Meses antes del concierto de Fernández, el Azteca acogió también un homenaje póstumo de cuerpo presente a la estrella de la televisión en español, Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, al que acudieron miles de personas.
Una encuesta de 2008 de la FIFA estableció que el Azteca es el estadio que le trae “los mejores recuerdos” a los aficionados del fútbol en todo el mundo.

Mundial México 1970. Pelé en acción durante la final de la IX Copa Mundial de Fútbol disputada contra la selección italiana en el Estadio Azteca. La selección brasileña venció por un rotundo 4 a 1.

El capitán italiano Giacinto Facchetti comete una falta al brasileño Pelé, durante la final del Campeonato del Mundo, que enfrenta a las selecciones de Brasil e Italia, en el estadio Azteca.
Mi mundial, mi verdad
A 30 años del triunfo argentino en México 86, Diego Maradona cuenta detalles inéditos de aquel campeonato inolvidable en su libro “México 86. Mi mundial, mi verdad” (Editorial Sudamericana).
Luego de tres décadas de aquella consagración, que se dio en el marco del Estadio Azteca, “el 10” revisa y relata, con voz inconfundible, el momento más brillante de su carrera, cuando lideró al seleccionado argentino hacia un título del mundo que no se ha repetido hasta hoy.
Mirada desde el presente, aquella hazaña histórica alcanza ribetes de leyenda: cómo lo logró, junto a sus compañeros, contra todo y contra todos, narrado en primera persona: “Llegó la hora de contar las cosas como fueron. Aquel fue el verdadero campeonato del mundo de los argentinos: el más luchado, el más sentido y el más merecido. Pienso y hablo en presente de México 86 y se me ilumina la cara. Ese Mundial fue el momento más sublime de mi carrera. Éramos veintidós locos dispuestos a ir a la guerra, y logré instalar la idea de que jugar con la camiseta de la selección era lo más importante, aunque la guita la hicieras en un club europeo. Hace treinta años ganamos la Copa del Mundo, la última que levantó un seleccionado argentino, con 25 dólares de viáticos por día. Llegó también la hora de hablar más del plantel de jugadores y menos del planteo de Bilardo. Después del partido contra los ingleses, Valdano me dijo: ‘Diego, a partir de hoy, sos el mejor jugador del mundo’. Jugamos contra los ingleses después de una guerra en la que los chicos argentinos fueron a pelear en zapatillas: eso, los padres se lo contaron a sus hijos, y los hijos se lo contarán a sus hijos. Pasaron treinta años y lo siguen contando”.


Hace 30 años, en 1986, Diego Maradona celebraba la consecución de la Copa del Mundo después de que Argentina venciera a Alemania en la final.