SEÑAL DE AJUSTE

Un intenso drama policial y judicial

Un intenso drama policial y judicial

Tal vez como parte de una nueva estrategia, HBO estrenó con anticipación y gratuitamente en su plataforma digital la miniserie “The night of”, que ha comenzado a emitirse los domingos, a las 22, y es una versión de “Criminal Justice” de la BBC. Foto: Gentileza HBO

 

Roberto Maurer

Llegan noticias del lejano Hollywood indicando que HBO estaría viviendo momentos de desconcierto y confusión, no tanto como la AFA, pero que han exigido un replanteo de su política de producción artística. El gigante dominó casi en soledad el mercado de series y telefilms de producción propia de excelencia, o “calidad premium”, pero ya no está solo en esta nueva era conocida como “época de oro” del género en la cual competidores como Netflix, Amazon, Showtime, AMC y FX salieron a la caza de talentos para elevar la calidad de sus productos.

La privilegiada posición de HBO fue lograda por Michael Lombardo, con más de tres décadas en una compañía a la cual encumbró mediante creaciones como “Los Soprano” y “Sex and the city”, y cuya renuncia como presidente de programación se anunció para fin de año, hace un par de meses, por desacuerdos internos con algunas decisiones. Una de ellas fue la de no renovar la segunda temporada de “Vinyl”, la insanamente costosa serie de Scorcese y Mick Jagger recibida con frialdad a pesar de las expectativas, y entre otros traspiés se puede citar también la frustración que provocó la segunda temporada de la exitosa “True detective” seguida por su cancelación (se estudiaría una nueva temporada sin Nic Pizzolatto) y el bajo rating de “The Leftovers”. Además, le frenaron proyectos en avanzado estado de desarrollo y se lo acusó de no diversificar la audiencia por la dependencia creciente de “Game of Thrones”.

No se sabe si se fue o lo echaron, pero nadie duda de que sus zapatos no se los calza cualquiera: es un hombre que transformó la industria.

EL HOMBRE EQUIVOCADO

Tal vez como parte de una nueva estrategia, HBO estrenó con anticipación y gratuitamente en su plataforma digital la miniserie “The night of”, que ha comenzado a emitirse los domingos, a las 22, y es una versión de “Criminal Justice” de la BBC. Aunque la atribución de virtudes del buen cine como forma de elogio a algunas series resulta un lugar común demasiadas veces apresurado, esta vez debe aceptarse que el piloto de “The night of” en sí mismo y de principio a fin puede apreciarse como una excelente película de ochenta minutos de duración que pudo ser realizada por Sidney Lumet. En particular por el tema y su tratamiento entre lacónico y documental: el ciudadano ante las fallas del orden público representado por la policía, la justicia penal y el sistema correccional, o sea una forma de examinar a una sociedad. Ahí está la diferencia de calidad: no se trata de “La ley y el orden”.

La intensa primera entrega describe la dramática noche en que un ingenuo toma decisiones equivocadas, y cuando amanece está preso acusado de homicidio. Se trata de la pesadilla de Nasir (Riz Ahmed), un joven estudiante de origen pakistaní que vive con su familia en Jason Heights, Queens, NY, y un viernes sale sin permiso con el taxi de su padre a una fiesta en Manhattan. Varios pasajeros intentan abordarlo, porque el letrero “fuera de servicio” no funciona, y los rechaza hasta que permite que una jovencita enigmática y atractiva suba al auto. Nasir está siendo arrastrado por las circunstancias.

“No puedo estar sola esta noche”, dice ella, que lo lleva a su casa y, entre juegos peligrosos le brinda drogas, alcohol y sexo. En medio de la noche Nasir despierta, descubre que la muchacha ha sido acuchillada y en estado de confusión huye en el taxi. Lo detiene una pareja de patrulleros por una infracción de tránsito y comienzan a desencadenarse episodios fortuitos. Los policías vacilan, uno quiere liberarlo porque ya están fuera de horario y quiere irse a dormir, llega la alerta por el homicidio de la muchacha, surgen testigos, y Nasir termina en la comisaría donde ni los policías tienen en claro por qué fue llevado, hasta que el detective Box (Bill Camp) anuda hilos con sagacidad implacable: Nasif es como un imán que atrae todas las calamidades.

Sobre el final llega la escena que será el pivote de la historia, cuando aparece merodeando por los calabozos el abogado Jack Stone (1) que ve a Nasir, pasa de largo, vuelve y se interesa, siempre en el borde del azar. Se trata de una enorme interpretación de John Turturro, un leguleyo sacapresos y cínico a la fuerza, mal entrazado, sin afeitar y con sandalias sin medias porque sufre de un eczema que “no es contagioso”, dice, como para tranquilizar al pobre Nasir.

La serie examinará las actuaciones policiales, los procedimientos judiciales y el sistema carcelario cuando el protagonista sea enviado a la prisión para encausados de Riker’s Island. Un joven musulmán es acusado del asesinato de una chica blanca pudiente: la igualdad ante la ley bajo sospecha. “No parecés un ‘teabagger’, precisamente”, ironiza el abogado ante el aterrado joven, “¿cómo te sientes acerca de América?”. (2)

Además del fuerte componente testimonial, hay suspenso: ¿qué pasó esa noche y quién es el asesino?

(1) El papel era para el malogrado James Gandolfini, o Tony Soprano, que alcanzó a filmar parte del piloto antes de morir. Figura como productor.

(2) “Teabagger” es una forma peyorativa de llamar a un simpatizante del derechista Tea Party.