ARTES VISUALES

“Paisajes urbanos”

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Los componentes específicos del lenguaje de la imagen se organizan, por voluntad del autor, y devienen en abstractos diseños que se articulan como visión totalitaria del lugar convocado.

Foto: Gentileza Toda Santa Fe

 

Domingo Sahda

“Entre el cielo y la tierra

la ausencia humana

los reflejos que se dispersan

Y el grito, casi el clamor de aquel que espera ser visto”

(Catálogo de la muestra).

En el local de Toda Mercado Norte Santa Fe, ciudad, el artista plástico Hugo Darío Viñuela, de dilatada trayectoria en el medio docente y artístico santafesino, expone una colección de sus trabajos de reciente data, resueltos sobre el plano plástico, muestra a la que titula “Paisajes Urbanos”.

La muestra precitada gira temáticamente en torno a un asunto: el “paisaje urbano”, el que es interpelado y configurado desde una visión poetizada. Observación cautelosa y poética expresiva plasmada en trabajos que mixturan observación descriptiva e interpretación abstracta del asunto orientándose a la construcción de paisajes imaginados que son proyección subjetiva de los paisajes entrevistos. La referencia visual en ningún momento se orienta hacia descripciones materiales preexistentes, sino que el tópico es disparador subjetivo de sus imágenes, dibujos-color de precisas configuraciones en el plano.

La colección a la vista se integra con trabajos de tamaño medio que giran casi como variaciones en torno a un tema. Los componentes específicos del lenguaje de la imagen se organizan, por voluntad del autor, y devienen en abstractos diseños que se articulan como visión totalitaria del lugar convocado. Los evanescentes timbres cromáticos se organizan como parcialidades descriptivas y las líneas límite definen la articulación de los planos plásticos ensamblados. La “temática central y unívoca”, el “paisaje urbano” aparece como escenario resemantizado por el artista-expositor. Algunas imágenes, en la distancia o en los ángulos, aparecen como indicadores temáticos de referencia visual. La idea de un asunto central explorado visualmente desde distintos ángulos define al conjunto homogéneo de dibujos-color.

El autocontrol expresivo define cada trabajo a la vista, cada uno de ellos impecable en su realización, sin enmiendas ni tachaduras que fracturen la unidad conceptual-expresiva de cada trabajo a la vista. La constante de diagonales rojas, oblicuos trayectos visuales, centran cada conjunto visual construido desde la línea, el plano y el color. Este último siempre se da como proyección plana del tinte. Las leves sombras, sólo ocasionales registros, eventualmente tienden a corporizar cada figura señalada (ejemplo: los pájaros).

Los trabajos plásticos, siempre referidos cual metáforas, como recortes espaciales del infinito. El autor apela a la abstracción cuasi planimétrica con la que procura un distanciamiento subjetivo del asunto. Sólo es el ojo que mira y la mano que construye un territorio emocional convocado.

La impecable calidad de realización se sostiene sin fracturas ni traspiés cromáticos compositivos. La profundidad del plano se organiza por superposiciones. No hay a la vista descripciones visuales de lo preexistente sino que se trata de interpretaciones subjetivas y evocaciones presuntas. La idea de totalidad aparece en cada trabajo a la vista, cada uno de los cuales se concatena subjetivamente con los otros del conjunto a la vista.