El lunes, en el Centro Cultural
El lunes, en el Centro Cultural
Sebastián Presta es “Bruto”
El ganador del Martín Fierro a la Mejor Labor Humorística 2016 presenta su apuesta teatral, con el mismo humor que lo consagró en “Prestico”.

“Creo que el humor me atrapó a mí... ahora que lo pienso soy tímido, tranquilo, pero la gente se ríe. Era actor y se me fue yendo para el lado del humor”, cuenta Presta. Foto: Gentileza producción
Ignacio Andrés Amarillo
Sebastián Presta llega a Santa Fe con “Bruto”, el espectáculo que llevó a las tablas el humor ácido de “Prestico”, que le valió un Martín Fierro. Será este lunes, desde las 21, en el Centro Cultural Provincial Paco Urondo (Junín 2457), con dirección de Martín Zalazar (fundador de Los Macocos).
En la previa, Presta dialogó con El Litoral sobre el oficio de hacer reír con aspereza.
El salto
—¿Cómo salió este proyecto escénico?
—Me fue muy bien con “Prestico”, en la sección que hacíamos en “Duro de Domar”, pero se empezó a viralizar de una manera que lo veía mucha gente; no solamente de acá de la Argentina, sino todo lo que era de habla hispana: me llamaban amigos de Barcelona, gente en Miami, Colombia, Chile, Uruguay. Y una cosa trajo a la otra. Varios productores me habían dicho de hacer algo en el teatro, y me costó un poquito hasta que me decidí, por productores amigos que conocía y empezamos a trabajar con esta especie de “Prestico” teatral, porque los sketches duran un minuto y medio, y había que pasarlos al teatro, un formato más largo. Así que nos pusimos a laburar con varios guionistas: no fue nada fácil.
—¿Los mismos guionistas de la tele?
—De los dos uno pudo y el otro no, quedaron Diego Alarcón y Pablo Mir. Tuvimos la suerte de que se incorpore Martín Zalazar de Los Macocos en la dirección. Ahí ya empezó a tomar un lindo rumbo. Estrenamos en enero en el Metropolitan, y nos quedaron 12 sketches de humor, algunos tienen que ver mucho con “Prestico”. Como por ejemplo una Abuela Cocainómana, que en la obra no participa.
Somos Soledad García de Quirós, que es mi compañera de “Prestico”, Guido Losantos, otro amigo actor que también ha hecho sketches con nosotros, y Ranatronic, el cuarto integrante, que es músico. Entre sketch y sketch, sale Rana (que es el que hizo la música) con la guitarra y mientras nos cambiamos nosotros y se cambia la escenografía toca un poco, todo muy rápido.
Hay algunos personajes de “Prestico” y otros no: aparece el Doctor Prejuicio, el farmacéutico que es bastante malvado; aparece “Jimmy Falo, el stripper que anota mal las direcciones”. No falta el primo del Coco Sily, que a mucha gente le gusta mucho (risas), que lo único que hace es decir: “¿Y?”. Nosotros hacíamos “Decisiones de mierda” y en la obra es “Decisiones de mierda en la historia de la humanidad”. Así se van conformando los 12 ó 13 sketches: nosotros nos divertimos mucho, y por suerte la gente también.
—La Abuela no...
—Tenemos una pantalla... no quiero hablar mucho porque es sorpresa, pero un par de personajes por pantalla, que la gente los conoce. Aparece la Abuela Cocainómana en un momento, está encerrada en un hotel con un amigo, y al amigo la gente lo va a súper conocer.
En equipo
—¿Qué podés decir de Soledad y Guido como profesionales?
—Que son muy buena gente (risas). La verdad es que son muy buenos, por eso los elegí. Soledad dirigía conmigo en “Prestico”, lo hacíamos entre los dos, así que nos súper llevamos bien, nos entendemos muchísimo. Guido trabajaba menos con nosotros, pero venía a hacer sketches. Y son excelentes actores.
—¿Cómo abordan con los guionistas los temas? “Sobre esto podemos hacer humor de esta manera y sobre esto no”.
—Por lo general “con esto no”, no. En “Prestico” íbamos para adelante, y en un momento el productor del programa nos decía “con esto no, chicos”. En un momento hicimos uno que se llamaba Zombie Legrand, que se comía a sus invitados a la mesa. Estuve como tres horas maquillándome, un maquillaje increíble; estuve grabando toda una tarde y cuando lo llevamos me dijeron que no: eso fue bastante triste, nunca salió al aire.
La verdad es que no tenemos problemas. Por lo general es más la autoridad la que nos para que nosotros mismos. Y por lo general ya vienen los chicos con ideas para hacer, los guionistas. Puedo llegar a proponer yo, como en el caso del Doctor Prejuicio, que me lo contó un amigo: tenía un tío que tenía que pasar Año Nuevo de turno en una farmacia, y me lo imaginé a este señor con más ganas de estar con la familia que atendiendo por el cuadradito. Ahí se lo comuniqué a un guionista, que empezó a escribir.
En “Prestico” todos participaban: los productores tiraban ideas, los editores, y los guionistas le iban dando la forma. En el caso de “Bruto” todos participamos, todos tiraron ideas. Igual creo que es un gran trabajo de los guionistas, de Martín Zalazar, y algún cambio que hago yo. Pero es un trabajo en equipo.
Estrenamos en enero, y desde entonces fueron cambiando cosas, como dice el refrán, en el camión se acomodan los melones (risas). Se fue acomodando así que está a punto caramelo, estamos muy contentos de salir de gira.
Recorrido
—¿Cómo fuiste llegando al humor?
—No sé, se fue dando solo. Creo que el humor me atrapó a mí... ahora que lo pienso soy tímido, tranquilo, pero la gente se ríe. Era actor y se me fue yendo para el lado del humor. Yo hacía “Kitsch” con Sebastián Wainraich, ya estudiaba teatro, pero empecé a trabajar en producción para ganarme la vida, y el productor le fue ganando al cómico y al actor.
Después cuando llegó Sebita a “Duro de Domar” empezó a salir el actor de nuevo. Hicimos “Kitsch”, después “The Presta Show”, ya sin Sebita (ahí empecé a hablar, porque en “Kitsch” era mudo): no lo vio nadie. Después surgió “Prestico”, segmentos muy cortitos que se viralizaron y fue un despelote. Creo que “Kitsch” como “The Presta Show” me sirvieron para aprender cosas y romperla con “Prestico”. Este año tengo ganas de volver: no creo que se vuelva a llamar “Prestico”, pero quiero hacer secciones de humor. Me doy cuenta de que más allá de que tengo ganas hay un público que me está esperando, y eso me pone muy contento.
La verdad es que no sé cómo fue. De muy joven me llevó una vecina por primera vez al teatro a ver a Los Macocos, que hacían humor y tocaban música; yo tocaba la batería. Ahí hubo algo que me marcó. Pero creo que tengo más ganas de estudiar ahora que antes. Tengo la sensación de que crecí más como persona que como actor. Me gané un Martín Fierro hace poco, no lo podía creer: me considero un actor normal, bastante básico.