LOS NO OLVIDABLES

María Granata, escritora

Por María del Carmen Villaverde de Nessier

Qué bueno es encontrar ese espacio mágico y verdadero que se produce en el lector al tomar contacto con ese libro que se quería leer, con esas palabras llenas de supervivencia que siempre guardamos en nuestro diccionario cerebral. Ese diccionario personal supo acumular entre lo familiar, lo reiterativo, lo trivial, lo extraño y asombroso, aquellas preguntas tantas veces sin respuestas; un verdadero camino de avance en todo esto que se encuentra en la literatura.

María Granata juega en sus obras con muchos de esos espacios que el lector irá disfrutando a medida que avance en la historia que lee; lo logrará tanto en las obras para grandes como en la que escribió para niños. Su literatura pasa del espacio real al lúdico llegando a una agradable figuración seductora de posible identidad porque la literatura es, en diferentes autores, tratada como en este caso, como un instrumento a través del cual se puede llegar a una verdadera presencia histórica.

La literatura de María Granata tiene la sencillez de los grandes con un espíritu dispuesto y entusiasta, animándonos a acercarnos a ella, a su ser, a su pensar, a su decir y a sus accesibles registros poéticos: “El color era apagado y convulso como el que toma el bosque en un otoño gigantesco... Se está convirtiendo en algo que no es persona, en tierra, sí, en una tierra que anda...”. (“Viernes de la eternidad”; libro premiado y llevado al cine con mucho éxito).

En general, en sus textos narrativos, se combinan silenciosamente seres con particular magnetismo, casi únicos, para que a través de ellos se puedan sentir todas las circunstancias que los envuelven cuando el autor trata de representar a través de ellos, un orden inteligentemente dirigido: “... fue como un repaso de hechos comunes a la que de verdad fuera su vida...”. Lo mismo se puede captar en su obra: “El sol de los tiempos - El éxodo” y en “El jubiloso exterminio”.

Granata dedicó un importante tiempo de su quehacer literario a la literatura infantil y juvenil, quehacer comenzado en los años caracterizados en la Argentina por la aparición de nuevos y valiosos autores dedicados a esta temática: las décadas del '60 y el '70. Cuántos de nosotros hemos gozado leyendo y acercando a los niños y jóvenes, obras como “La ciudad que levantó vuelo” (una búsqueda juguetona sobre los temas del amor, la comprensión y la alegría compartida), siempre queriendo llegar al contagioso acto de la palabra-expresión, de la palabra entera, con sus envolventes arrullos de color, imágenes lúdicas, personajes casi reales, descubrimientos y ensoñación.

No podemos dejar de nombrar: “El ángel que perdió un ala”, “El bichito de luz sin luz”, “El perro sin terminar”, “Los niños que bajaron del cielo”. Libros llenos de suma belleza que conducen a los lectores a pasear por las tramas propuestas deseosos de meterse en ellas y transformarse en un personaje más. “En este mundo de las lecturas para compartir desde los primeros años, el hecho creativo está directamente vinculado con la energía vivencial, el deseo de imitar y por supuesto esa innata voluntad de sentir el latido de la palabra que se hace así fuego vivo del ir siendo, no en una sociedad alienisante, sino en el activo acto necesario de la socialización personal”. (“Circunnavegando la palabra desde la lengua materna”. M. del C. Villaverde de Nessier).

En toda la producción de María Granata es posible sentir esa multiplicidad semántica que envuelve a cada lector al leer e interpretar una obra y que podemos palpar también en “Pretéritas palabras”, editada en el 2011. Su primera obra, “Umbral de la tierra”, fue galardonada con el Premio Municipal y el Premio Martín Fierro, escribiendo de ella Luis Soler: “Poeta en sentido verdadero, mira las cosas y las traspasa...”. La Fundación Konex la distinguió con el Diploma al Mérito, recibiendo luego el gran Premio de Honor de la Sade. Estuvo aquí respondiendo a la invitación que le hiciéramos desde la Asociación de Lectura para inaugurar las “Jornadas de Lectura y Literatura Infantil” en el año 1994 compartiendo activos y memorables encuentros con adultos, niños y jóvenes. Una escritora argentina. No olvidable.

La literatura de María Granata tiene la sencillez de los grandes con un espíritu dispuesto y entusiasta, animándonos a acercarnos a ella, a su ser, a su pensar, a su decir y a sus accesibles registros poéticos.