Anoche, en la posta corta

Bolt rubricó su obra maestra

  • El mejor velocista de la historia ganó su tercera medalla dorada en Río de Janeiro, con el equipo de Jamaica en el relevo 4x100. De este modo, llegó a nueve en competiciones olímpicas.
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Dueños de la velocidad

Como una ratificación ideal del poderío jamaiquino, Yohan Blake, Nickel Ashmeade, Asafa Powell y Usain Bolt celebran la estupenda victoria en la posta 4x100 metros.

Foto: efe

Redacción de El Litoral

dpa/efe

Como era dable esperar, a pura jerarquía, Usain Bolt cerró anoche de manera exitosa su trilogía de gloria olímpica, al conseguir la tercera medalla de oro en Río de Janeiro 2016, las que junto con las conquistadas en Beijing 2008 y Londres 2012, suman doce en su notable historial deportivo.

La de la víspera fue a través de la victoria de la posta 4x100 metros de Jamaica, que obviamente se suma a las obtenidas en los 100 y 200 metros llanos.

* “Ahí lo tienen, soy el más grande... Estoy aliviado, ya pasó todo y estoy orgulloso de mí mismo. El sueño se hizo realidad, lo veo como un objetivo cumplido”, reseñó en sus palabras iniciales.

El magnífico equipo caribeño se impuso con 37 segundos 27 centésimas. Segundo fue el admirable Japón, que a pura perfección en el paso del testimonio, logró un histórico segundo puesto, con 37 segundos 60 centésimas; relegando al poderoso Estados Unidos, que debió conformarse con el tercer lugar en el podio.

Algunos dirán que en Brasil, Bolt no pudo conseguir mejorar sus propios récords mundiales y que sus registros fueron inferiores a los de Beijing y Londres; sin embargo, en ninguna de las tres competencias que disputó estuvo en duda su victoria final.

Con esta despedida triunfal del territorio brasileño, el caribeño igualó el número de metales dorados de otras dos leyendas del atletismo: el finés Paavo Nurmi y el estadounidense Carl Lewis.

El escandinavo lo hizo en el fondo, el mediofondo y el cross en tres participaciones olímpicas, entre 1920 y 1928. El norteamericano, que participó en cuatro Juegos entre 1984 y 1996, ganó sus medallas en velocidad y salto en largo.

Vale recordar que en Seúl 1988, Lewis terminó segundo en el hectómetro, pero la descalificación por doping de Ben Johnson le permitió subir posteriormente un peldaño y revalidar su título olímpico, algo nunca logrado hasta entonces.

Bolt, cuya relación con el estadounidense es de un desprecio mutuo, pulverizó la hazaña. En Atenas 2004, con 18 años y lesionado, pasó inadvertido en sus primeros JJ.OO., pero cuatro años después su explosión resonó en todo el planeta.

En Beijing, ganó su primer triplete dorado, nada menos que con tres récords mundiales. Su frescura y descaro fueron además una revolución en un especialidad marcada por la testosterona y la tensión. Bolt iniciaba de ese modo una trilogía que hasta entonces parecía imposible en velocidad, un terreno reservado generalmente para jóvenes, donde mantener la hegemonía a largo plazo era casi imposible.

Usain no sólo lo hizo sino que no perdió ninguna carrera desde entonces en todos los campeonatos importantes. Su única mácula fue la final de los 100 metros del Mundial de Daegu 2011, donde fue descalificado por una salida nula.

El resto fue siempre de oros: nueve olímpicos y 11 mundiales. En 2009, además, llevó los récords mundiales del sprint a unos límites hasta entonces inimaginables: 9 segundos 58 centésimas y 19 segundos 19 centésimas. En Londres 2012, donde con sus triunfos se consideró en el derecho de autoproclamarse “leyenda”, corrió en 9.63 y 19.32, respectivamente. En Río de Janeiro, ratificó su vigencia, pese a que el natural paso del tiempo se reflejó en el Estadio Engenhao, donde sus marcas quedaron en “modestos” 9.81 y 19.78, en 100 y 200 metros llanos, respectivamente.

La despedida

La posta 4x100 era quizás la prueba donde el jamaiquino, que no dependía sólo de sí mismo, era más vulnerable. Sin embargo, Asafa Powell en la partida; Yohan Blake en el segundo relevo y Nickel Ashmeade en el tercero, llevaron el testimonio lo suficientemente rápido para que Usain pudiera sellar una victoria inobjetable.

* “Finalmente se acabó...”, expresó momentos después, arrodillado sobre el andarivel por el que había corrido quizás su última competición olímpica; mientras era aclamado por el estadio carioca. Usain Bolt parece cansado, pero es consciente de que el atletismo no lo quiere dejar ir: ni su agente, ni sus patrocinadores, ni la Iaaf.

A punto tal, que es una incógnita si estará o no el año venidero en el Mundial de Londres. Lo que sí parece tener absolutamente en claro, es que en Tokio 2020 está demasiado distante....

 

En las demás definiciones

En lo que respecta a las demás competiciones, vale comenzar con la posta 4x100 femenina, donde las jamaiquinas no pudieron repetir el éxito de sus pares masculinos y tuvieron que conformarse con la medalla de plata, con un registro de 41 segundos 36 centésimas.

El triunfo fue para el notable equipo de Estados Unidos, que conquistó el oro con el segundo mejor tiempo de la historia: 41 segundos 01 centésima; mientras que Gran Bretaña se llevó el bronce, con récord nacional de 41.77 segundos.

* Por su parte, la keniata Vivian Jepkemoi Cheruiyot impidió que la etíope Almaz Ayana conquistara el doblete en el fondo, imponiéndose en los 5.000 metros llanos, con 14 minutos 26 segundos 17 centésimas, nuevo récord olímpico.

Ayana, campeona en los 10.000, fue tercera, con 14:33.59; mientras que segunda culminó la también keniata Hellen Onsando Obiri, con 14 minutos 29 segundos 77 centésimas.

* En lanzamiento de martillo, el oro fue para Dilshod Nazarov, de Kazajstán, con 78 metros 68 centímetros.

* Por último, en el día del anuncio de la retirada de Yelana Isinbayeva, el salto con garrocha damas fue para la griega Ekaterini Stefanidi, que se impuso con 4 metros 85 centímetros.

Con idéntica marca, la estadounidense Sandi Morris fue segunda, por diferencia de nulos; mientras que la medalla de bronce quedó en poder de la notable jovencita neozelandesa Eliza McCartney, con 4 metros 80 centímetros.