editorial

  • El Colegio de Médicos de Rosario afirma no haber encontrado irregularidades entre sus matriculados en la firma de licencias docentes.

Investigar a fondo

A principios de agosto, las máximas autoridades del Ministerio de Educación de la Provincia se reunieron con representantes de los Colegios de Médicos de Santa Fe y Rosario, para pedirles que investiguen si un grupo de 50 matriculados incurrió en algún tipo de irregularidad en el otorgamiento de licencias laborales a docentes.

La solicitud se produjo luego de que desde la cartera se detectara una serie de conductas sospechosas, como el caso de un médico que durante el año pasado llegó a rubricar 2.000 licencias para maestros.

Un mes después, desde el Colegio rosarino aseguran que no encontraron hasta el momento ninguna situación sospechosa, luego de haber evaluado el desempeño de 15 profesionales que integraban aquel listado.

De todos modos, la investigación no parece haber sido demasiado rigurosa. “En todas las entrevistas, los médicos han expresado que extendieron certificados conforme las patologías que presentaban los pacientes y recomendaron las licencias que profesionalmente correspondían, no advirtiéndose ninguna irregularidad”, informa la entidad, que aglutina a más de 12 mil profesionales.

Por lo visto, el Colegio de Médico de Rosario se limitó a tomar el listado entregado por Educación, luego convocó a los médicos y les consultó sobre los motivos por los que otorgaron las licencias. Como era de esperar, los profesionales negaron cualquier tipo de irregularidad o connivencia con los docentes beneficiados por los permisos para no trabajar. Esta metodología no parece ser suficiente para detectar algún tipo de mal desempeño por parte de algún matriculado.

Desde el Colegio de Médicos de Santa Fe, marcaron diferencias con sus pares rosarinos. Advirtieron que están dispuestos a realizar una investigación más profunda. Para eso, continúan esperando que el ministerio les entregue información complementaria para evaluar cada caso.

Hasta el momento, sólo cuentan con el listado de médicos bajo sospecha. Pero la entidad santafesina plantea, con razón, que estos datos resultan insuficientes y que se hace necesario acceder a más detalles como, por ejemplo, los docentes que recibieron las licencias, supuestas patologías, lugar de residencia y cantidad de días otorgados, entre otros datos fundamentales para analizar seriamente el desempeño de los profesionales.

Frente a la posibilidad cierta de que realmente se indague a fondo sobre el accionar de los profesionales santafesinos, urge que el Ministerio de Educación entregue los datos reclamados. Sin ellos, apenas es posible aspirar a un simulacro de investigación.

Según estadísticas oficiales, el nivel de ausentismo docente en la provincia varía entre el 15 y el 18 por ciento. El año pasado, hubo docentes sospechados de haber adulterado constancias para justificar sus asistencias a clases.

En julio de este año, la discusión sobre esta problemática se recalentó luego de que el Ministerio elaborara una “tablita” con un listado de enfermedades, acompañados por la cantidad de días de licencia que teóricamente requiere cada una de las patologías.

Esta decisión provocó el inmediato rechazo de los gremios docentes, desde donde se argumentó que no resulta posible tabular de manera matemática cuestiones vinculadas con la salud de las personas.

Si bien los sindicatos mantienen su rechazo a la ya famosa “tablita”, esta vez aceptaron que resulta sospechoso el accionar de los médicos incluidos en el listado elaborado por el Ministerio de Educación. Y, en este sentido, insistieron en la necesidad de que se investigue lo sucedido hasta las últimas consecuencias.

Desde el Colegio de Médicos de Santa Fe marcaron diferencias con sus pares rosarinos.