Sábado y domingo

Bailando con los campeones

La milonga mensual “Taconeando con la Morocha” celebra sus siete años de la mano de la pareja integrada por Cristian Palomo y Melisa Sacchi, ganadores en Tango Pista del Mundial 2016. Carolina Jador, gestora de la milonga, charló con El Litoral sobre una tarea sostenida mes a mes.

E7 - FOTO SOLA CAMPEONES.jpg
 

Ignacio Andrés Amarillo

[email protected]

El fin de semana se celebrará el séptimo aniversario de la milonga mensual “Taconeando con la Morocha”, llevada adelante por la bailarina Carolina Jador. En la ocasión, estarán presentes los campeones de Tango Pista del Mundial de Tango 2016, la pareja integrada por Cristian Palomo y Melisa Sacchi, antes de su viaje a Europa.

En la ocasión, darán una clase (“Caminata, pausa y silencio”) el sábado a las 20 en 1980 Restó Bar (Costanera Este) para iniciar la milonga a las 21.30. El domingo habrá dos clases a las 18.30 (“Musicalidad y abrazo”) y 20 (“Barridas, enrosque y sacada”) en la Sociedad Suiza Helvetia (25 de Mayo 3220). La inscripción y reservas de mesas y entradas se pueden hacer al 154 329253.

“Al ser un evento grande vamos a unificar la parte de adentro con la que da al río”, dice Carolina, que apuesta a una convocatoria mayor. “Estoy haciendo ahí el último domingo de cada mes, con un promedio de 100 personas. Se come muy bien, es amplia la pista” agrega, en referencia al local que la alberga desde hace casi un año, después de seis años en el Club de Regatas.

—Está bueno que los lugares se copen en abrir sus espacios para esto.

—El último domingo es un clásico, ya está, más allá de este evento el 31 de octubre vamos a estar: pueden ir a bailarse unos tanguitos, o a escuchar, porque hemos tenido cantores también y nos regalan su música.

—Tu idea siempre es (además de sostenerla) traer artistas.

—Sí, porque hay distintos públicos. Hay gente que le gusta más ir a escuchar una buena orquesta, un cantante, y disfruta desde ahí; y otros que gustan de tomar clases, porque quieren seguir perfeccionándose: es un camino que cuando lo iniciás no tiene retorno. El tango siempre te espera, y en algún momento de tu vida te encuentra.

Hay gente que dice: “Uy, cómo no arranqué antes”, y se encuentran hoy con 60, 65 y más (tengo gente más grande) que tienen ganas; creo que el baile (cualquier danza) te cambia tu vida y tu ánimo. Así que los invito no al tango sino a que bailen lo que quieran. Pero el tango está comprobado: hay estudios que relatan, como contaba (René) Favaloro, que tiene muchos componentes buenos para el corazón. Hizo un informe muy lindo sobre los beneficios del tango, que son tremendos.

Después tenés el que no le importa ni tomar clases ni escuchar a nadie, quiere ir a bailar nomás. Y no está mal, está bárbaro.

—No hay muchos lugares hoy para bailar.

—No. Acá en Santa Fe está La Portuaria, que la hace la Municipalidad, que funciona en el Puerto los miércoles. Son las únicas dos milongas que tenemos en Santa Fe. No hay un lugar fijo, estaría bueno poder decir que todos los viernes está.

Todo público

—¿Qué público asiste?

—Aparte de dar Tango Salón o Tango Pista (como le pusieron ahora en el Mundial) doy clases de Tango Escenario, entonces abarco otro grupo. Las clases de Tango Escenario van más volcadas a lo que es el show. Este es un grupo de gente joven.

—Algunos vendrán desde la danza...

—Hay de todo, puse “clases” y no “ballet”, porque tengo gente que ya baila y está armando su coreografía para presentar, y gente que se quiere iniciar; así que les doy la oportunidad de probar y que vean si les gusta y les llama la atención. Ahí abarcaría los iniciales.

Quiero formar un grupo acá en Santa Fe para enseñar Tango Escenario: los que bailan ya lo hacen, pero no hay quién prepare.

Tengo una chica que baila árabe, un chico que baila folclore, y alguno de las artes marciales. Porque está todo relacionado: el eje de la respiración, de la concentración para dar un paso. Eso también decía Favaloro: cuando nos ponemos grandes vamos perdiendo la memoria, la capacidad de la pisada. En el tango el pisar nuestro (a diferencia de otras danzas que son más arriba, como la salsa) te da más seguridad al caminar. Y previene enfermedades que tienen que ver con la memoria, como el Alzheimer: por la concentración y las endorfinas que se desprenden en ese momento en que estás con toda tu atención.

El tema del abrazo no es poco, porque hay mujeres que estuvieron toda la vida casadas con una persona y ahora se encuentran con que ahora las tienen que agarrar cinco hombres (porque los hago rotar). Al principio dicen: “No sé si voy a poder”. “Relajate, porque éstos vienen a bailar”; distinto si vas a una milonga o con otra predisposición. Pero en una clase he logrado tener un grupo de compañeros, no hay discriminación: hay dos señoras que tienen Parkinson, les enseño que entre todos compartan su abrazo; obviamente con distintas energías y de distintas maneras.

Porque todos tenemos, como en la vida, ciertas afinidades. En el tango pasa lo mismo. Les digo que se permitan sentirse más cómodos con unos que con otros, más allá de que te puedas adaptar, un tango son tres minutos.

24 x 7

—¿Cómo es dedicarte a esto?

—Hace unos siete años o un poquito más que me dedico profundamente: si bien soy decoradora de interiores, la vida me llevó para este lado (risas).

—Tenés que hacerte tu tiempo para llamar, por ejemplo, a los campeones.

—Si bien eso me da una satisfacción en lo personal (y por supuesto en lo económico, porque vivo de esto) es una adrenalina y una previa. Son muchas cosas que tienen que coincidir: el lugar donde van a bailar, dónde van a comer, dónde se van a hospedar; coordinar las clases, la gente, cobrar las anticipadas. Desde que ganaron, creo que ese mismo día les estaba escribiendo. Ya los tenía de amigos en Facebook: ellos salieron subcampeones el año pasado, eso no pasó nunca hasta ahora, generalmente nunca más.

Creo que eso es una perseverancia mía, de tratar de poner un objetivo y mantenerme fiel a eso. No es fácil la organización, y menos en Santa Fe con el tema de los espacios. Hay milongas que se han caído, porque los alquileres están muy altos, te caen los impuestos, y han clausurado lugares porque los bailes tienen que hacerse afuera (mandaron todos los boliches a la ruta). Eso al organizador lo limita, porque si bien no somos un boliche, te ponen un montón de trabas.

Público hay, por eso hay vínculo con Paraná, que tiene un público bastante milonguero: allá armaron más milongas, tenés tres o cuatro en la misma semana.

Formación

—Cómo se sigue...

—¿Si les pica el bicho? Estoy dando clases en la Sociedad Suiza, los lunes con iniciales a las 19.30, a las 20.30 los intermedios, y los miércoles a las 20 los junto a los dos: doy una clase de milonga y práctica y trato de que se integren. Se arma como una milonguita de 40, 50 personas.

Después los martes tengo una clase en el Centro de Jubilados de la UNL (Vera 3120, casi Urquiza): a las 20.15 con una clase de Tango Salón, y a las 21.15 de Escenario.

Y hay clases particulares, para el que no le dan los horarios, sean en pareja o individuales. Así que no hay excusa: hay que arrancar (risas).

E7 - B - IMG_6809-EDITAR.jpg

Palomo y Sacchi fueron subcampeones en 2015 y campeones en 2016, algo que nunca había ocurrido. Foto: Gentileza producción