El 11 de noviembre
El 11 de noviembre
A 100 años de un triunfo histórico
Lo logró el cuatro con timonel del Club de Regatas Santa Fe, categorías novicios. En esa tripulación, estaba Pedro A. Candioti.

EDICIÓN 1966.
El Litoral reflejó en sus páginas del 11 de noviembre de ese año, los 50 años del gran triunfo del equipo santafesino. Foto: Archivo El Litoral
Luis Gudiño
lgudinio@ellitoral
El 11 de noviembre se cumplirán 100 años de un triunfo histórico, no sólo para el remo del Club de Regatas Santa Fe, sino para todo el deporte de esta provincia.
Fue en 1916 la primera gran conquista del remo santafesino, logrado por un bote de la entidad lagunera, en la Regata Internacional de Tigre, en la que participó en categoría novicios, prueba de 1.000 metros de recorrido, en la modalidad cuatro con timonel.
La crónica de El Litoral de la época resaltaba como “una demostración admirable de calidad” lo realizado por los entonces jóvenes Carlos V. Bianchi, Pedro A. Candioti, Octavio Pacheco, Pedro Mirassou y el timonel Atilio M. Copes.
Ese grupo de deportistas corría habitualmente competencias de 1.000 y 2.000 metros e integraban, además, el equipo de Regatas: Hernán García, Domingo Bagnaron, Hugo Fusco, Osvaldo Muchiutti, el timonel Carlos Meinardi y el director técnico Carlos José Paz.
Esa regata fue organizada por la Asociación Argentina de Remeros Aficionados, en aguas del río Luján, en Tigre, provincia de Buenos Aires.
Lo que dice la historia
El remo llega a nuestro país a fines del siglo XIX de la mano de inmigrantes ingleses, quienes fundaron instituciones que aún hoy siguen vigentes. Para entender cómo fueron esos inicios, debemos recordar que en ese entonces toda la vida de la ciudad de Buenos Aires transcurría alrededor de la actual Plaza de Mayo (Plaza Mayor, en aquellos tiempos). Por ende, los primeros clubes tuvieron su sede en dicha ciudad, y la práctica se realizaba en las aguas del Riachuelo.
Si bien se recuerda como primera regata la realizada en el río Luján, en febrero de 1871, entre un grupo de remeros ingleses que habían fundado la Boating Society, toda la actividad seguía concentrada en la ciudad porteña. Tanto es así que el Buenos Aires Rowing Club, en 1873, y el Club de Regatas La Marina, en 1876, se fundan y tienen sus sedes allí.
La epidemia de fiebre amarilla y la comunicación ferroviaria ya establecida, terminaron decidiendo el traslado de las sedes de los clubes porteños de remo a El Tigre. El Buenos Aires Rowing Club ya contaba como socios a integrantes de distintas nacionalidades, pero a quince años de su fundación (1888), los de origen inglés deciden separarse y fundar el Tigre Boat Club.
Siguiendo este ejemplo, dos años después se crea el Club de Remo Teutonia, agrupando a todas las colectividades de habla germana.

ARMADA ARGENTINA. Uno de los pesados botes de madera que tienen más de 100 años y siguen conservados en el club lagunero. Foto: Pablo Aguirre
En el interior se fundan el Club de Regatas San Nicolás (1892); mientras que en el Gran Buenos Aires, también surgen el Club de Regatas Bella Vista (1895) y el Campana Boat Club (1898).
Las regatas eran principalmente internas y ocasionalmente se invitaba a un club amigo; lo que se hizo cada vez más habitual, despertando el interés de clubes uruguayos, como Montevideo Rowing Club y Club Nacional de Regatas.
La primera de las regatas interclubes se disputó el 1º de noviembre de 1879 entre el Buenos Aires Rowing Club y el Club de Regatas La Marina. El bautismo oficial del río Luján como pista de regatas se produce el 8 de diciembre de 1873, con la presencia del presidente de la Nación, Domingo Faustino Sarmiento. En estas pruebas participaron tripulantes de barcos ingleses que se hallaban anclados en el Puerto de Tigre.
En 1892 se corrió una regata de beneficencia en el dique 3 del Puerto capitalino, siendo ésta la primera competencia de remo disputada en común por los clubes de remo en la ciudad de Buenos Aires.
Las regatas entre clubes hace necesaria la creación de una entidad que las organice. Y, fruto de esta necesidad, el 1º de diciembre de 1879, entre el Buenos Aires Rowing Club y el Club de Regatas La Marina crean la Unión de Regatas del Río de La Plata. A ellos se les sumaría posteriormente el Club de Remo Teutonia y el Tigre Boat Club.
En tanto, la Asociación Argentina de Remo surge como una necesidad natural frente al crecimiento del remo en todo el país. Por lo que el 10 de diciembre de 1901 se crea la Unión de Remeros Aficionados del Río de la Plata, con los primeros seis clubes existentes a esa fecha: Buenos Aires Rowing Club, Club de Regatas La Marina, Tigre Boat Club, Club de Remo Teutonia, Campana Boat Club, y Club de Regatas Bella Vista.
En 1919, y ya con veinte clubes afiliados, cambia su nombre por Asociación Argentina de Remeros Aficionados, rebautizándose como Asociación Argentina de Remo, en 1988.
Al nacimiento de la Comisión de la Regata Internacional del Tigre, se sumó el 6 de diciembre de 1919 la Comisión de Remo Internacional del Litoral; el 10 de abril de 1924 la Comisión de Regatas del Río de la Plata; y el 27 de mayo de 1989 la Comisión de Regatas Internacional del Centro Oeste.
El siglo XX viene acompañado de un crecimiento para el remo, y se fundan numerosas instituciones, entre ellos el Club de Regatas Santa Fe (1909). En principio todos los botes, salvo las canoas isleñas, en las cuales también se competía, eran importados de Inglaterra.
En 1897, el Buenos Aires Rowing Club y el Club de Regatas Teutonia unen esfuerzos y adquieren en Inglaterra los primeros Ocho Shell que llegaron al país. Años más tarde, comienzan a comprar también botes provenientes de Holanda, Alemania, Italia, y Francia. Algunos de esos botes siguen existiendo, y pueden ser identificados por la chapita de bronce que tienen pegadas.
Desde los segundos Juegos Olímpicos Modernos, en 1900, el remo es deporte olímpico. Desde ese momento nuestro país participa en esa competencia.

COMO EN UN MUSEO. Muchas de las embarcaciones que usaban los remeros regatenses históricos son guardados en los galpones, algunos ya deteriorados por el paso del tiempo. Foto: Pablo Aguirre