Imperdible entrevista a César Luis Menotti

“Messi es feliz en Barcelona pero no en la Argentina”

“Sin él no hubiésemos pasado la primera ronda del Mundial, pero este país es así, un escenario de rencores”, dijo el entrenador campeón mundial en 1978. Dijo también que Iniesta es el mejor del mundo y le tiró flores a Sampaoli.

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El Flaco Menotti y sus conceptos, en un reportaje que le hicieron para un medio español. Foto: Archivo El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

En una entrevista concedida hoy al diario Sport de Barcelona, César Luis Menotti admitió que “Lionel Messi es feliz en Barcelona pero no en la Argentina” y dijo que “yo, en el Barsa, hice jugar a Maradona de falso 9”.

“Yo hice jugar en el Barça a Maradona de falso ‘9’. A lo mismo que jugó con Messi en la era Guardiola. Teníamos dos por afuera, que eran Marcos y Carrasco, de una gran dinámica. E intentábamos jugar muy bien. La relación afectiva que el Barca genera con sus jugadores es distinguida. Pero al catalán no le gusta ganar de cualquier manera. Necesitaba sentirse más representado. Cuando empezábamos a jugar pelotas para atrás y ejercer ese dominio de juego la gente se sentía molesta y silbaban”, señaló el entrenador argentino.

—¿Por qué Messi incorporó tan bien la identidad del Barça?

—Hay buenos jugadores que juegan en Primera. Hay muy buenos, y en esa diferencia tiene mucho que ver el equipo, los entrenadores. Y aparecen los excelentes, como Iniesta, Xavi, Busquets. Pero hay un mago que es lo que no se puede transmitir. Y es determinante cómo se construye ese escenario para desarrollar su magia: primero lo pone Rijkaard. Se le veía querido por sus compañeros, especialmente por Ronaldinho. Era el nene de su equipo. Y va creciendo en la era Guardiola en su juego. Pasa a ser un gran futbolista en los últimos 20 metros, en su habilidad y su técnica, que le pega a la pelota como los dioses. Y a su favor el equipo tenía una idea clara. En la era de Tito, Martino y se profundiza con Luis Enrique, Lio empieza a ir más atrás y a participar más en la zona de gestación. Messi se ha convertido en un gran asistidor, de goles incluso que podría haber hecho él.

—¿Cuál es la diferencia entre el del Barça y el de Argentina?

—En Barcelona es feliz. Acá pareciera que no se lo puede permitir. Es tanta la angustia que vivimos que no lo dejan ser feliz, porque el entorno no es bueno, el equipo no logra jugar bien. Sin Messi no hubiésemos pasado la primera ronda del Mundial. Cuando todo parece que se cae en Argentina, aparece Messi y construye. Pero no es feliz porque es un escenario de rencores. Vivimos así.

—¿Qué emparenta y diferencia a Messi de Maradona?

—Diego era más rebelde en el aprendizaje. Él, cuando algo no le salía, tenía un enojo consigo mismo. Era un gran compañero, solidario, pero tenía otra formación. Había salido de un barrio muy humilde y se había hecho de a poco, primero en Argentinos, después en Boca. No sólo en el juego, pero en la vida tenía otra picardía. Más peleador en la mala. Otro carácter. Pero Messi no se entrega nunca. Tiene diferentes maneras de expresarlo pero en definitiva los dos hacen cosas mágicas para ganar un partido. Y Messi tuvo la merecida suerte de caer en un club y en sus comienzos estar rodeado de cracks, y por más malo que sea un entrenador, él debe tener sus valores para ser respetado en el Barça de la manera en que es respetado por sus compañeros y querido. Lo cuidaron de chiquito.

—¿Le gusta el fútbol que practica el Barcelona con Luis Enrique?

—Sí. Veo siempre al Barça, pero el equipo está por encima de él, no porque él no pretenda lo que el equipo hace. Es un poco más apresurado. Es un equipo a lo Luis Enrique, con su impronta, como él era como jugador. Más dinámico. Pero conceptualmente ha respetado las formas. Es injusto que se lo compare con el de Guardiola, porque eso es difícil de igualar. Habría que quitarle diez años a Iniesta, a Xavi, a Messi, a Busquets. Igualmente, Guardiola es un defensor del conocimiento del futbolista. Cuando abre la puerta de su vestuario no hace falta que hable porque todos los jugadores saben a qué van a jugar. Tiene su patente. Deja semillas. Es un revolucionario.

—Messi, Suárez y Neymar, ¿es el tridente más explosivo?

—Es difícil juntar a tres delanteros como ellos. Yo tuve tres delanteros hermosos: Kempes, Bertoni y Ortiz. Pero lo que es bueno destacar es que dentro de la forma, de entrada no se sabía si podían funcionar. Neymar es más joven, más egoísta (me refiero con la pelota), pero se adaptó y ya no se pinta tanto el pelo. Han establecido que el que hace el gol, va a abrazar al que le da el pase. Se ve que se complementan, y eso los potencia.

—¿Vimos lo mejor de Messi?

—No. Nunca se sabe. Algunas cosas nuevas podremos ver. Pero con el solo hecho de que repita las mejores somos felices (se ríe).

—A Messi no lo acompaña el escenario, el público en Argentina...

—Hay una tensión generada por la mediocridad cultural que rodea este circo del fútbol argentino. Para tener un fútbol cinco estrellas hay que respetarlo, cuidarlo, nosotros no tenemos bien nada. Y aparecen estos futbolistas que son primera línea en toda Europa. Y sienten el peso, porque hay urgencia de éxito. No entiendo por qué Argentina nunca ha hecho nada para ganar. No se preparan bien, los traen como los traen a los jugadores, les cambian siete entrenadores en diez años. Han jugado tres finales y aparecen los argentinos que dicen que el segundo puesto no sirve para nada.

—¿Es cruel para la sociedad que el mensaje sea que Messi sólo sirve si gana un Mundial?

—Sí. No sé de dónde sacamos que debemos ser exitosos en el fútbol y ganar todos los mundiales. Nuestros futbolistas tienen una genética muy difícil de encontrar. Empezamos con Di Stéfano, seguimos con Maradona, Passarella y Messi. Acá se cree que allá juegan bien porque les pagan bien, y no es así. Estos pibes tienen un gran sentido de la pertenencia. Son buenos pibes. Les duelen mucho los insultos. Tienen familia. No se puede manejar con tanta infamia y crueldad. Sinvergüenzas del periodismo, no se puede llamar rata a nadie. Duele y cuesta. Se ganó, por suerte este último partido.

—Se ganó frente a Colombia con un Messi muy inspirado...

—Sí, ganamos por Messi. La gente se olvida de que nos costó clasificar a los mundiales. Passarella, Maradona o Signorini nos clasificaron in extremis.

—¿Sólo Messi sostiene su ilusión de un fútbol mejor?

—Sí. Messi sostiene todo. Tenés el mágico. Yo el otro día conté un chiste: había una vez un mago que era espectacular. Pero una vez a ese mago le cambiaron el cajón, y en su truco principal serruchó a la chica. No sea cosa que a Messi le cambien tanto el escenario que termine haciéndose un gol en contra, de la desesperación que tiene por resolver. El escenario es fundamental para Messi como para un gran actor. Necesita un escenario respetuoso de una gran idea.

—¿Mourinho?

—A mí no me gustan sus formas. Es un personaje atractivo por su forma de ser. Dicen que trabaja bien. Ha tenido, como todos hemos tenido, una cuota muy grande de suerte. No me gusta ese estilo. Luego pasaron a Ancelotti, que lo echaron, no sé por qué. Y ahora está Zidane. No sé hacia dónde van.

—¿Qué piensa de Zidane?

—Creo que es un entrenador en formación. Lo hace bien porque lo he visto tomar decisiones difíciles. Incluso se ha atrevido a sacar a Cristiano, a reemplazarlo o a sentarlo en el banquillo. Pero aún no sé a qué quiere jugar, cuál es su línea de juego.

—¿Cree que Cristiano potencia a Messi?

—Creo que Cristiano es un enorme delantero. Muy completo. A mí no me gusta la sobreactuación que hace de sacarse la camiseta, ir al córner a festejar los goles con el público. Pero no hay duda de que es un enorme delantero y me gusta mucho. La exigencia que tiene Messi es la que Messi se ganó como jugador. Es un futbolista que quiere ganar todo, juegue donde juegue, en el Barça o en la selección. Lo que hay que cuidar es que no se exceda en ser el mejor cada diez minutos. Tiene 30 años y sabe cuidarse solo; la ansiedad de ganar siempre. Creo que se potencia él solo.

—¿Quién es el mejor jugador del mundo?

—Iniesta. Para mí es un jugador que lo tiene todo: gambetea, tiene juego, gol, pase de gol, corre y lucha cada pelota. Nunca ganó un Balón de Oro, quizá porque no tiene perfil para el marketing. Tiene cara de nada y habla bajito, tiene un perfil bajo.

—¿Y Jorge Sampaoli?

—A mí me gusta mucho su búsqueda. Lo está haciendo bien en el Sevilla y también hizo un gran trabajo en Chile. Fui a ver cómo trabajaba y me interesó mucho cómo generaba la superioridad numérica para contrarrestar al rival. Y que utilizaba mucha tecnología, como un dron para grabar los entrenamientos. Hablamos como diez horas. Fue mágico.