Jorge Broun, uno de los grandes responsables de la victoria ante Huracán...

“Como en la vida, lo malo en el fútbol pesa más que lo bueno”

“Fatura” habló de su relación con la gente, de cómo le atajó el cabezazo a Romero Gamarra y qué pensó en el penal de Iritier para decidir adónde tirarse. “Si le ganamos a Independiente, ya estaríamos bien”, señaló.

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Jorge Broun, un arquero que en Colón tuvo muchas más buenas que malas. El sábado fue figura en el partido ante Huracán.

Foto: Manuel Fabatía

 

Enrique Cruz (h)

Tiene la segunda valla menos vencida del torneo (siete goles), detrás de Talleres y Lanús. Y el sábado fue uno de los grandes responsables —quizás el principal— de la victoria ante Huracán. Tuvo una atajada impresionante a Romero Gamarra en el primer tiempo (estará entre las mejores del torneo, sin dudas) y después, detuvo un penal que hubiese cambiado la historia del partido (estaba 1 a 1). Preponderante y clave para permitir la reacción final que trajo como consecuencia la gran victoria.

—Aún con estas actuaciones, ¿te sentís no reconocido?

—Yo trato de trabajar mucho y darle confianza a mis compañeros, nada más. Después, hay gustos personales de los hinchas, pero lo importante es lo que decida el técnico y lo que uno pueda hacer en la cancha.

Jorge Luis Broun tiene derechos adquiridos para ocupar el arco de Colón y es un arquero “saca puntos”. Lo demostró el domingo, como ocurrió en varios partidos de estos casi dos años y medio que lleva en Santa Fe, donde pasó por todas las etapas. Y habló en La Primera de Sol.

—¿Volviste a ver la atajada del primer tiempo a Romero Gamarra?

—La ví varias veces. Es una muy buena atajada, si no es la mejor de mi carrera, está en el podio de mis mejores atajadas.

—¿Similar a la de Torrico contra Huracán?

—Puede ser. La mía es de pique y con la cancha muy rápida. La de Torrico fue frontal, pero igual no le resto ningún mérito.

—Sabías que en el Mundial de 1970 hubo una de Gordon Banks, el arquero de Inglaterra a Pelé. Y que fue elegida como la mejor atajada de la historia...

—Sí, sí... Es otro nivel, ¿no?... Pero tiene algo de parecido.

—La jugada se desarrolla por la izquierda de tu defensa y viene el centro. ¿Qué pensaste en ese momento?

—Yo estaba cubriendo el primer palo y la pelota pasa. Son movimientos mecanizados que uno hace por el trabajo en la semana. En ese instante, lo único que pensé fue en tirarme para cubrir enseguida el segundo palo.

—¿Y el penal?

—Siempre vemos penales de posibles pateadores, pero Iritier no estaba en la lista. Lo habíamos visto a Bogado, a Nervo, al Rolfi Montenegro, pero a él no. Fue intuición para tirarme a ese lado y observé un detalle: cuando ví que había cuatro al rebote de mi lado izquierdo y uno en el derecho, ahí me dí cuenta de que podía venir a ese costado.

—¿Coincidís en que le hiciste ganar puntos al equipo?

—No me puse a analizar todavía lo que fue el torneo, lo haré después del partido con Boca. Estoy conforme con lo que hice hasta ahora, pero tranquilo y con los pies sobre la tierra. Mi puesto es ingrato. Cuando te pasa algo malo, cambia completamente todo.

—A veces, la gente cree que los arqueros tienen que ser una mezcla de “Súperman con Batman”...

—Y bueno... No me puedo quejar de la gente, siempre me trató muy bien, la relación es bárbara. Después de los clásicos del semestre pasado, que se la agarraron conmigo, justamente o no, hay gente que me banca y otra a la que le da lo mismo. Yo trato de hacer siempre lo mejor para el equipo, para mis compañeros y para todos los que uno ve todos los días y se alegran cuando a uno le va bien y sufren cuando le va mal.

—Pero no podés negar que estás muy sometido al rigor de los análisis en todos los partidos. ¿Sentiste la injusticia de la resistencia y ser demasiado cuestionado?

—A veces te pasan cosas así por la cabeza, buscando un porqué. Después, pensándolo en frío, llego a la conclusión de que uno tiene un estilo que quizás no guste a algunos. Con el club está todo bien y con la gente también.

—Llegaste en un momento en que la gente idolatraba a Montoya...

—Era un momento complicado para la institución pero nunca lo dudé. Ascendimos, tuve partidos buenos, otros no, pero el objetivo se logró.

—¿Charló Montero con vos y con Carranza, antes del torneo, sobre quién iba a arrancar como titular?

—No. Solamente en los amistosos iba probando un partido cada uno y seguro que en la semana previa iba a decidir quién iba a atajar. El es el técnico y no tiene la obligación de hablar con nosotros para elegir. Se lesionó Carranza y empecé yo.

—¿Te entró la duda cuando Carranza atajó casi todo el partido con Rafaela y el siguiente con Arsenal?

—Estaba tranquilo, sabía cuáles eran las reglas de juego y si me tocaba salir, lo iba a apoyar a Carranza como lo hice con Arsenal. Traté de volver rápido de la lesión y entrenarme lo mejor posible para que el técnico vea que estoy en condiciones

—Volvamos a las preguntas del principio. ¿Por qué pensás que te resisten?

—No sé. Seguramente, goles me he comido como le pasa a la mayoría de los arqueros. En estos casi tres años que llevo en el club, fui bastante regular. Hubo algunos momentos en que estuve mejor que otros. En el semestre pasado fui uno de los arqueros a los que más goles le hicieron y es una realidad. En todos los aspectos de la vida, lo malo se recuerda más que lo bueno.

—Incluso hubo un partido en el que intercambiaste palabras con algún plateista que re resistía...

—No me acuerdo de la situación, pero si pasó, uno es humano, tiene su temperamento y sus días, pero si pasó, quedó ahí.

—¿Hay mucha intolerancia dentro del fútbol?

—Sí, claro. Pasa con la Selección, que tenemos los mejores del mundo, ¿cómo no va a pasar con nosotros?, pero ya está instalado. En Inglaterra era complicado en su momento y se pudo cambiar. Es un proceso que seguramente lleva un largo tiempo de trabajo, pero si de arriba se ponen de acuerdo y se bajan órdenes, será más fácil. Lo de Ayacucho fue una vergüenza, si queremos crecer no pueden pasar estas cosas.

—¿Considerás que es injusto que se diga que Colón es un equipo que prioriza demasiado lo defensivo?

—No lo escuché ni leí, pero si dijeron eso es injusto. Que uno defienda bien no quiere decir que sea defensivo. Con Newell’s no pasaban la mitad de cancha, y el otro día con Huracán se vio con el tercer gol de Leguizamón. Nosotros sabemos jugar y, cuando podemos, jugamos. Con Estudiantes y con Newell’s perdimos inmerecidamente, no fuimos menos que ellos.

—Quedan Independiente y Boca. ¿Con cuántos puntos te conformás?

—De local no podemos perder, venimos bien más allá de lo que fue el partido con Newell’s. Sería lindo ganarle a Independiente, sobre todo por la gente. Y después veremos. Pero con los tres puntos ante Independiente, estaríamos bien.

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Se ganó un lugar

Silva, el pequeño rendidor

Para Nicolás Silva, Colón ha sido su verdadera plataforma de lanzamiento a la gran vidriera del fútbol argentino. Valió el gran esfuerzo que significó su carrera, para que en este momento pueda disfrutar de un buen presente. En el primer tiempo hizo estragos por el sector izquierdo de la defensa rival. Y en el segundo complicó en base a su gran movilidad. Seguramente, será titular el domingo ante Independiente. Foto: Télam