Falso allanamiento y robo

Noche de terror en Guadalupe

  • Disfrazados como policías, tres sujetos atacaron una vivienda en Boneo 818. Maniataron y golpearon a sus moradores. Se llevaron gran cantidad de armas de fuego y municiones.
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Durante largo rato, personal policial, investigadores y peritos estuvieron trabajando en la escena del suceso. Fotos: Eduardo Seval

 

Danilo Chiapello

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Eran exactamente las 21.15 cuando Marcelo Saade (50) escuchó violentos golpes contra la puerta de su casa, en Boneo 818. Apenas se asomó por la ventana vio a varios hombres, los que estaban vestidos con uniformes policiales de color negro.

“ ¡Abrí la puerta ! ¡Esto es un allanamiento!”, dijo a los gritos uno de los desconocidos, mientras apuntaba con el cañón de un arma larga al rostro del dueño de casa.

Aturdido por la situación, el nombrado accedió y abrió la puerta. Fue entonces cuando quedó en claro que estos supuestos “policías” no eran tales.

* “¡Queremos las armas y el dinero!”, dijo terminante uno de los rufianes mientras le ordenó a Saade que permanezca sentado en un sillón. Una vez allí lo maniataron con precintos plásticos y le taparon el rostro con un mantel.

Al momento de la llegada de los delincuentes el nombrado se encontraba junto a un sobrino, de 28 años, quien recibió un trato bastante violento por parte de los rufianes. Este joven también fue maniatado, y para obstaculizar su visión lo cubrieron con una sobrecama. Para amedrentarlo los sujetos le dieron algunos golpes de patadas.

Un arsenal

A partir de entonces los intrusos convirtieron el lugar en un pandemónium. Revolvieron cada uno de los ambientes y provocaron un gran desorden.

En esa tarea se hicieron con una importante cantidad de armas de fuego, entre las que se cuentan algunas de guerra y otras de colección.

Se trata de dos pistolas Bersa, calibre 9 mm.; un revólver marca Thunder, calibre 38; otro revólver Smith & Wesson, calibre 38; un fusil, calibre 7.62 mm; con cargador completo. Además tres cajas de municiones del mismo calibre.

Entre el armamento más llamativo se cuenta una pistola ametralladora, marca Scorpions, con silenciador, calibre 22, semiautomática y una escopeta, calibre 16.

Algunas de esas armas serían propiedad del padre de la víctima (ya fallecido) y otras de un hermano que es un reconocido abogado penalista. “Ellos son coleccionistas y todas las armas están registradas”, dijo hoy Marcelo Saade en diálogo con El Litoral.

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Minutos eternos...

Más adelante relató que “todo duró cerca de 5 minutos que fueron eternos. Me dieron vuelta toda la casa. A mi sobrino lo golpearon. Vinieron directamente a buscar las armas, pero no entiendo cómo pudieron hacer algo tan organizado”.

Una vez que se hicieron de las armas, los sujetos escaparon no sin antes reiterar algunas amenazas. Por su parte, las víctimas una vez que lograron zafar de los precintos (lo que les dejó algunas contusiones en sus muñecas) se comunicaron con el 911. “La llegada de los uniformados fue muy rápida”, dijeron.

Cabe señalar que este hecho ocurrió en la zona de Guadalupe residencial donde la familia Saade reside desde hace más de 40 años. Esta mañana, varios vecinos que llegaron al lugar se mostraban altamente sorprendidos (e indignados) por este nuevo hecho delictivo.

En este sentido se recuerda lo acontecido la semana pasada en el domicilio particular del concejal Fernando Fleitas, en Cardenal Fasolino al 900. Como así otro violento asalto en un inmueble de E. Zeballos y Riobamba.

Además

Otros robos

  • Un jubilado, de 70 años, que reside en barrio Candioti fue víctima de un robo. Del hecho se supo la noche del viernes cuando Julio César B. regresó a su casa ubicada en Ituzaingó 1900 y constató que había sido “visitada”. Se constató el faltante de un televisor y un aire acondicionado portátil.

* Otro hecho similar ocurrió en Ricardo Aldao 4200. En este caso la víctima es una mujer, de 30 años, quien denunció la sustracción de un DVD; un teléfono celular, prendas varias y algo de dinero en efectivo.