Crece la tensión

Declaraciones cruzadas caldean conflicto chileno-boliviano por el mar

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El pedido de Chile de acudir a la CIJ de La Haya para pedirle al tribunal que declare “río internacional” al Silala, un manantial que brota en territorio boliviano y que cruza al norte chileno, ha tensionado aún más las relaciones.

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Carlos Dorat - DPA

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Más que allanar el camino para una solución, el cruce de declaraciones entre Chile y Bolivia calienta aún más el conflicto derivado de la demanda boliviana de una salida soberana al océano Pacífico, enclave que La Paz perdió en una guerra hace más de un siglo.

El caso se encuentra actualmente radicado en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Audiencia hasta la que llegó Bolivia en abril de 2013 para solicitarle que obligue a Chile a negociar “de buena fe” con su país una salida al mar sin condiciones y sobre la base de propuestas presentadas por Santiago a lo largo de la historia bilateral, según argumentó La Paz.

Chile había objetado la competencia del tribunal de la ONU, pero la Corte se declaró calificada en el caso y pidió que el proceso continuara. Así, Santiago entregó más tarde al tribunal la contra-memoria, documento con el que respondió a la demanda de Bolivia.

El trámite seguirá ahora con una segunda ronda de alegatos escritos cuando Bolivia presente el 21 de marzo ante la CIJ una réplica a la contra-memoria. Chile entregará una dúplica el 21 de septiembre.

Mientras se acerca la fecha, ambos países se han enfrascado en una “guerrilla” de declaraciones que inició esta semana el presidente de Bolivia, Evo Morales, al recordar lo que llamó los “138 años de la invasión” de Chile a su país, junto con advertir que estaba “con mucha fortaleza para volver al mar con soberanía”.

Chile respondió a través de su canciller, Heraldo Muñoz, que ya no le “sorprenden las agresiones verbales reiteradas del Gobierno boliviano al Gobierno de Chile y su pueblo”, y agregó que “habría preferido otro tipo de expresión por parte de Bolivia” cuando, explicó, su país “lo único que ha hecho es respetar a ese Gobierno y a ese pueblo”.

Las declaraciones no pararon allí, pues el mandatario boliviano contestó vía su cuenta en Twitter que “Agresión es: invadir a países vecinos, robar agua, desconocer el derecho internacional y no cumplir compromisos”.

Bolivia perdió su acceso al mar y, junto con ello, miles de kilómetros de territorios ricos en minerales, además de unos 400 kilómetros de playa, en una contienda que, aliada con el Perú, libró contra los chilenos en la llamada Guerra del Pacífico (1879-1883). Los bolivianos consideran, sin embargo, que lo de Chile fue una “invasión”.

Chile ha reiterado que no cederá ni un solo centímetro de su territorio, pues estima que todos los problemas limítrofes pendientes con su vecino quedaron enteramente resueltos tras la guerra con la firma del tratado suscrito por ambos países en 1904. La Paz reclama que el acuerdo fue impuesto.

Si el litigio por el tema marítimo ha distanciado a ambos países, la decisión de Chile de acudir en junio pasado a la CIJ de La Haya para pedirle al tribunal que declare “río internacional” al Silala, un manantial que brota en territorio boliviano y que cruza al norte chileno, ha tensionado aún más las relaciones.

Autoridades de Bolivia sostienen que esas aguas fueron desviadas de su curso por Chile a comienzos del siglo pasado a través de canales artificiales.

Chile y Bolivia mantienen sus relaciones diplomáticas suspendidas a nivel de embajadores desde 1978, después del fracaso de las negociaciones que llevaron adelante los dictadores Hugo Banzer y Augusto Pinochet para encontrar una solución a la salida de los bolivianos al Pacífico.