llegan cartas
Rodolfo Walsh no era un santo
LIC. JORGE A. CERUTI
DNI 7.709.233
Estimados señores: leí su artículo hace unos días sobre Rodolfo Walsh. Antes de que propongan canonizarlo, lean algo más sobre él, poco conocido pero real. ¿Lo leyeron? No se preocupen, resulta que es muy difícil separar al autor del hombre. Como escritor, en muchas cosas era brillante. Como persona... en fin. Si todavía piensan en canonizarlo, no se olviden de que era ateo rabioso. El caso de algunos “intelectuales”, como Rodolfo Walsh, sí que se pasa de la raya.
Recuerdo una conferencia de Félix Luna, en los 70. En determinado momento se habló del libro “Operación masacre”, de Rodolfo Walsh. Éramos pocos en la conferencia, pues era un día lluvioso. Félix Luna se sintió con ánimo de confidencias y relató lo que sigue: Cuando fue publicado por primera vez el libro “Operación masacre”, Borges fue a felicitar al autor. Estaban solos conmigo, pero ni se daban cuenta de que estaba, el escritor ciego y el miope...
Después de las felicitaciones, el diálogo fue así:
—¿Piensa escribir acerca de la “Otra” operación masacre? -preguntó Borges. Me refiero a la del 18 de septiembre de 1955, anterior a la que usted cuenta... Fue en Cosquín, si no me falla la memoria, y mucho más sangrienta de la que describe... Fueron asesinados a tiros tres hombres, tres mujeres y un bebé de siete meses, todos desarmados, sin provocación alguna y a sangre fría... Los militantes peronistas presentes aplaudían la masacre, y ni uno solo fue culpado... La policía peronista de Cosquín mostró su real vena de asesinos esa noche... ¿Lo conoce?
—Sí, lo conozco... No, no voy a escribir sobre eso...
—¿Por qué?
—Porque no es conveniente políticamente.
—¿Políticamente conveniente para usted o para el partido? -Borges estaba irónico.
—Las dos cosas son lo mismo, ¿no cree? -contestó Walsh, impasible.
—Ah... ¿Entonces la verdad depende de si es o no conveniente políticamente?
—Bueno... podríamos llamarlo así.
—Interesante su modo de pensar -concluyó Borges con un leve resoplido de disgusto y un menear de cabeza como diciendo “es inútil”.
El hecho es que a partir de entonces Borges empezó a evitar todo contacto con Rodolfo Walsh. Pienso que su “conveniencia política” se le había atragantado. Nunca toleró la hipocresía, ni siquiera en un gran escritor.
Y Félix Luna comentó para sí: aún hoy me pregunto si Rodolfo Walsh sigue manteniendo su postura fascista... que él cree izquierdista.
La respuesta a la pregunta de Félix Luna fue: sí, la mantenía, aunque él no lo sabía... el pobre ingenuo creía ser comunista; “socialista”, se llamaban entre ellos, que queda mejor.
Por cierto, no hay que olvidar que Rodolfo Walsh militó en la Alianza Libertadora Nacionalista, una agrupación fascista y antisemita, donde asimiló más de lo que él creía, por lo visto. Hubiera sido interesante de veras preguntarle qué diferencias de fondo encontraba entre los postulados de la ALN y el llamado “nacionalismo” de Montoneros... Tenemos tendencia a olvidarnos de que comunismo y fascismo son voces separadas para algo en común que se llama totalitarismo.
Como todo intelectual pagado de sí mismo y de su infalible sapiencia, Rodolfo Walsh cayó en su propia trampa y no fue el único... El dogma primero, después la verdad. La nueva “religión” de los llamados “ateos intelectuales” como él, que a fuerza de retorcer la verdad para adaptarla al dogma se volvían los sumos sacerdotes y gurú-guías de su propia religión seudoizquierdosa.
En el año 2013, la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata (esa misma que entregó el premio Rodolfo Walsh, nada menos que a Chávez, en la categoría “Presidente Latino por la Comunicación Popular”, sea esto lo que sea) enseñaba que: “La objetividad no existe... es nada más que un mito burgués. Sólo hay compañeros y enemigos, patria y antipatria, verdad oficial y patraña destituyente...”.
Semejantes conceptos, en pleno siglo XXI, me recuerdan al “Che” Guevara, que anotaba en su famoso diario: “Un amigo, sólo es un enemigo potencial. Mis amigos, son amigos mientras piensan políticamente como yo”.
Así pensándolo bien, creo que en realidad el premio Rodolfo Walsh sí estuvo bien otorgado a Chávez, alias “el papagayo presuntuoso”.




