“Decir presente”
“Vuelvo a estudiar”, en primera persona
- El gobierno provincial presentó el libro que recoge los testimonios de los jóvenes y adultos que participaron del programa de reinserción escolar. Historias de vida (inevitablemente cambiadas) signadas por la frustración y el drama, y también por la voluntad y la esperanza.
Fotos: GENTILEZA MINISTERIO EDUCACION
Emerio Agretti
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Damián escuchó unos golpecitos en la puerta, otros golpes de palmas, su madrina manipulando el picaporte y después esa información que lo desconcertó: ¿quiénes eran?, ¿por qué lo buscaban a él?, ¿había hecho algo malo?. Al otro lado del umbral lo esperaban Sofía Viublioment y Hernán Barrios, dos jóvenes que se hacían llamar “consejeros”, que decían venir de parte del Ministerio de Educación de Santa Fe y que querían charlar con él. “Me preguntaron si quería volver a estudiar. Yo no me lo esperaba. Les dije que me encantaba la idea”, dice, sentado bajo el mástil, en el patio de la Escuela No. 535 (en Santa Rosa de Calchines), la mirada pícara y los brazos cruzados sobre el pecho.
La anécdota está recogida en el libro “Decir presente. Voces y miradas en torno a una experiencia de inclusión socio educativa en la provincia de Santa Fe”, que aborda el desenvolvimiento del Plan Vuelvo a Estudiar, y que fuera presentado por el Ministerio de Educación en la última edición de la Feria del Libro, en Buenos Aires.
En la obra, Damián entra y sale del relato, y se cruza con muchos otros santafesinos que, por una razón u otra, se vieron privados de completar en tiempo y forma su instrucción secundaria, y encontraron en esta propuesta una oportunidad para reemprender ese camino. Inesperada, o tal vez largamente anhelada. Jóvenes que tuvieron que integrarse obligada y prematuramente al mundo laboral, embarazos, situaciones familiares complicadas, relatos de violencia y adicciones, adultos entusiasmados con saldar una vieja deuda con ellos mismos e integrarse a un mundo del que se sienten apartados, empapan las páginas con genuinas historias de vida (ahora cambiadas) y alternan con el testimonio de quienes participaron de la experiencia “en el terreno”, y el de quienes le dieron sustento intelectual. Porque si bien el perfil del libro no es el de una obra pedagógica, ahí está también la voz de los especialistas en cuya obra y pensamiento se basan las estrategias desarrolladas.

Uno por uno
El punto de partida es el Sistema de Gestión Escolar y Administración (SIGAE Web), una herramienta creada en 2009 que registra los datos de los estudiantes de manera nominal, que permitió identificar en 2013 a todos los chicos que, habiendo cursado la escuela en 2011, no lo habían hecho al año siguiente. Con estos datos se confeccionaron las primeras listas que sirvieron de guía para la búsqueda de los jóvenes realizada por los equipos territoriales.
“Pensábamos que los jóvenes nos iban a decir que no querían ir a la escuela, pero la verdad es que el 95 por ciento dijo: ‘Sí, quiero ir, pero me pasa ésto, ésto y ésto”, dice Julia Caravaca, coordinadora de consejeros en Rosario.
Ésto, ésto y ésto representan y sintetizan un universo de dificultades personales, familiares, económicas, sociales. Y entre otras cosas, inciden para hacer que el proceso de elegir la escuela resulte clave. Distancias, transporte, gastos, horarios, conflictos territoriales y la lógica propia de cada institución son factores determinantes para evitar nuevos “desenganches”.
Incluso la convivencia entre los alumnos regulares y “los del Vuelvo” no siempre es sencilla, máxime en los casos en que esa diferencia es marcada por el propio personal de la escuela, lo que lleva a otro plano en el que también debe desarrollarse el trabajo.
En su recorrido -que es también geográfico, por distintos puntos del territorio santafesino, y con anclaje en sus particularidades socio-económicas y culturales-, el libro recoge en primera persona las vivencias y percepciones de los chicos, de los jóvenes que participan en el programa como consejeros, de los adultos que retoman estudios, de los docentes que participan en la experiencia.
Y en algunos casos, como el de Alicia, ex consejera del sur de Rosario, bastan por sí mismos para dejar en claro de qué se trata. “Nunca me voy a olvidar del día en que empecé. La primera persona con la que me contacté era una docente de la escuela que está en el barrio que me tocaba. Ella me preguntó si la podía llamar otro día, porque en ese momento estaba en el velorio de una estudiante. Cuando le pregunté quién era la estudiante, me di cuenta de que estaba en mi listado. A ella nunca la conocí, pero no me olvido de su nombre. Fue una primer marca para entender que el trabajo que hacemos en el territorio es con la vida de los jóvenes”. Nada menos.
- Al principio pensamos que no íbamos a poder. Se trata de más trabajo para el profesor. Antes los docentes se limitaban a dar clases a los que estaban presentes, ahora ya no. Destinan más tiempo, apostando a la institución y a lo que necesita la comunidad”.
Luis Mussin,
director de la secundaria No. 562, de Tacuarendí.
Claudia Balagué, ministra de Educación Foto: Flavio Raina
954
trabajadores
participan en “Tiempo de superación”, mediante convenios con 20 sindicatos y empresas.
3215
matriculados
hay en el Plan Vuelvo a Estudiar Virtual
10615
estudiantes
están incluidos en el plan en su versión territorial
- A veces los padres te dicen ‘él no puede estudiar. No le da la cabeza'. Después de eso, es muy difícil convencerlo de que puede hacerlo”.
Hernán Barrios,
consejero de Santa Fe y zona