En Santa Rosa de Calchines
El campo enseña sobre producción y naturaleza
La localidad costera apuesta a identificarse con el turismo y la educación. Bajo esas premisas, los niños de la región cuentan con la posibilidad de visitar una granja educativa que los aproxima a la vida rural y el medioambiente.
A jugar! Además de aprender, los chicos se divierten con juegos de destreza física. Fotos: Gentileza Javier Dellamónica
Campolitoral/INTA A ngel Gallardo
“Nuestro objetivo es enseñar a los niños a querer y respetar a los animales y a la naturaleza. La mejor forma de conocerlos es a través del contacto directo con ellos, conociendo su hábitat, reproducción, alimentación y entorno. Si de todas las actividades que realicen, logramos que se diviertan y aprendan, nuestra misión estará realizada.”
Así definió Juan Carlos Campis la razón de ser de su Granja Educativa y Recreativa Los Juanes en Santa Rosa de Calchines. La cordialidad que caracteriza a todo hombre de campo le permite también ser un buen anfitrión frente a los chicos y saber contar como es un día en la Granja.
El complejo cuenta con múltiples actividades y está destinado principalmente a visitas escolares, teniendo por premisa la conservación del medio ambiente y de concientización sobre la necesidad de protección de animales silvestres. Entre agosto y octubre se produce la mayor afluencia de contingentes escolares, que observan las tareas de ordeñe a mano en el tambo y participan en un taller de amasado en el que cocinan sus propios bizcochitos. También alimentan los animales de la granja y participan en juegos infantiles como el puente movedizo, hamacas, toboganes, superviviencia.
La huerta orgánica es otra “parada” y allí los pequeños visitantes aprender a sembrar y armar un lumbricario casero.
Y para quienes se interesan en conocer el lugar en familia, también cuentan con una cabaña donde alojarse.
El emprendimiento se enmarca en una amplia gama de propuestas destinadas al turismo y la educación que tiene Santa Rosa de Calchines, en el departamento Garay. La apuesta privada sumada al acompañamiento público hacen del conjunto una parada obligada para todos quienes transitan por ese tramo de la ruta provincial 1.
“La belleza de la costa” se lee en los carteles de bienvenida a la localidad y eso se ve reflejado en el compromiso de todos por mantener una localidad limpia, ordenada y educada para recibir de la mejor manera al visitante.
Reliquias. El viejo tractor Pampa, testimonio de otros tiempo en el campo.
Taller. Los visitantes también aprenden a realizar plantines para la huerta.
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Los corrales. Ovejas, cerdos, patos, guineas son algunas especies que integran el emprendimiento.
Cosechando. En la huerta orgánica se recolectan productos como tomates cherry.
Sustentable. Usar energías renovables es otra lección del recorrido.
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