ESTRENAN “TORMENTA SALVAJE”

Un culebrón teatral

La obra dirigida por Luna Saavedra Andreotti subirá a escena el sábado 14 de abril. Tiene un esquema novedoso, en el cual el público puede intervenir en algunas situaciones y elegir el rumbo de la historia. Es un trabajo que rinde culto a novelas “Los ricos también lloran”, “María la del barrio”, “Rosa de lejos” y “Piel naranja”.

Juan Ignacio Novak

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“Tú eres parte de sus destinos”. Ésa es la atrayente promesa que hacen al espectador los integrantes del grupo Eclíptica Teatral al anunciar el estreno de “Tormenta salvaje”, que tendrá lugar el sábado 14 de abril en el Teatro de la Abadía (Estanislao Zeballos 3074). Es que el formato que eligió el grupo, dirigido por Luna Saavedra Andreotti, tiene la particularidad de que el público puede intervenir en algunas de las situaciones que atraviesan los personajes y afectar de ese modo el devenir de la historia, que nació bajo la influencia de las telenovelas latinoamericanas y la insólita biografía de Juan Pedro Baigorri, el hombre que patentó hace más de medio siglo una máquina para hacer llover. El actor y en este caso guionista Mauro Coronel, brindó detalles de la propuesta.

—¿Cómo surgió “Tormenta salvaje” y cómo fue el proceso de dramaturgia?

—“Tormenta salvaje” es el resultado de muchas “novelas de la tarde” que nos constituyen en nuestra “biografía de ficciones” es la novela que vos podés ir armando ya que se pueden elegir diferentes contingencias o caminos durante el transcurso de la obra. Es decir, es una obra con varios desarrollos potenciales donde el público va eligiendo alternativas y así armando una de las obras posibles. El proceso de dramaturgia fue transitando los métodos de la dramaturgia del actor y de creación colectiva. De esta manera, el acto de dramaturgia es una postura que dialoga con lo que el actor propone en la escena y se reescribe y repiensa constantemente. Así, mediante propuestas escénicas y propuestas textuales, se fue montando y editando la obra y el texto dramático. Fue un trabajo arduo de escribir, borrar, repensar, probar en escena y volver a escribir; aún así nos fue muy fructífero ya que expande las posibilidades del quehacer del actor y eso nos encanta.

—Trabajaron con un novedoso sistema a través del cual el público decide qué acontecerá en la obra ¿Cómo se abordó este esquema y en qué consiste?

—Lo novedoso o llamativo de “Tormenta salvaje” es que el público puede intervenir en algunas situaciones y afectar el devenir de la historia, es decir, que son varias obras en una. Este esquema fue muy interesante indagarlo junto con el actor. Ya que rompe la linealidad en la actuación (algo que muchos actores estamos acostumbrados y siempre nos cuesta cuando actuamos en cine) dicha ruptura, fue un punto de atracción para los actores, ya que uno puede explorar al personaje mucho más y en la lógica dramática poder recordar todas las historias paralelas, porque todo está ensayado, nada se improvisa.

—¿Cómo se adaptó esto al trabajo con los actores y con el resto del equipo?

—El trabajo fue muy dinámico ya que al trabajar creación colectiva la fluidez del diálogo se potencia y se abre el juego no sólo a los actores, sino a todos los roles creativos no escénicos (técnicos, vestuaristas, escenógrafo, músicos). Todos de una forma u otra nos involucramos y generamos nuestro aporte para la obra.

—¿Cuáles fueron las influencias artísticas que recibieron para la obra?

—Nuestras influencias fueron varias, pero antes de comenzar con los ensayos y durante casi todo el proceso de escritura vimos telenovelas latinoamericanas para ir extrayendo formatos discursivos similares, es decir lo que se reitera, los momentos cliché, las formas de expresión verbal y no verbal, el verosímil construido, entre otros. Además de rendir culto (y volver a disfrutar) a algunas novelas como “Los ricos también lloran”, “Xica da Silva”, “María la del barrio”, “Perla negra”, “Rosa de lejos” y “Piel naranja”. También un detonante de la obra fue hallar una biografía muy curiosa, la de Juan Pedro Baigorri, que patentó una máquina para hacer llover que, según él, funcionó en varios lugares. Baigorri fue un inventor argentino de las décadas del ‘50 y ‘60 que visitó varias localidades santafesinas, siendo contratado para hacer llover. Algunos dicen que lo logró y otros sostienen que fue casualidad. Conocer esta biografía tan fascinante y plagada de situaciones con un potencial teatral gigantesco fue lo que encendió la mecha para dar fuego a “Tormenta salvaje”.

—¿A qué público está apuntado el trabajo?

—La obra al seguir el formato de las telenovelas y estar en la estética melodramática logra convocar a un amplio espectro de público, justamente tanto el melodrama como la telenovela son manifestaciones ficcionales que surgen para abrazar a un público heterogéneo y masivo, apuntando a las emociones que casi todos hemos experimentado como el amor, la tristeza y el odio, pero siempre de una forma lúdica y sin contradicciones. Es por esto que la obra es para todo público.