La política en foco
La política en foco
De producción y empleo nadie habla
Gabriel Rossini
@taperossini
La provincia de Santa Fe tenía, en el cuarto trimestre de 2017, 112 fábricas menos que en el mismo período de 2015 (-2,1 por ciento) y se habían perdido en ese lapso 3.691 empleos industriales (-3,1 %), tras 19 trimestres consecutivos de variaciones interanuales negativas.
Los datos están contenidos en el informe que elabora mensualmente la Federación Industrial de Santa Fe y muestra las consecuencias de las medidas económicas del gobierno de Cambiemos desde su asunción en diciembre de 2015, que priorizó el negocio financiero y de servicios por sobre la inversión productiva.
Según el informe, el nivel de actividad industrial en la provincia registró una suba del 4,8 % interanual impulsado por la industria láctea, frigorífica bovina y porcina, automotriz, siderúrgica y minerales no metálicos en febrero de 2018 comparado con el mismo mes de 2017, cuando la actividad sufrió una fuerte caída, lo que hace muy baja la base de la comparación.
Pero la situación, al menos en el sector de la industria automotriz, empeoró los meses de marzo y abril, razón por la cual habrá que evaluar su comportamiento a partir del tercer mes del año. Pese a que en el primer bimestre de 2018 la producción de vehículos automóviles en Santa Fe aumentó el 8 %, con exportaciones por u$s 584 millones, General Motors suspendió por cinco días a sus más de 1.500 empleados porque “la empresa tiene una fluctuación de baja de venta en el mercado, por lo que no se puede autoestockear y no habrá producción” esos días, según se informó.
La situación del sector industrial impactó fuerte sobre el empleo, no sólo en Santa Fe. De acuerdo al Sistema Integrado Previsional Argentino, en febrero alcanzó su nivel más bajo en siete años. Las cifras publicadas por el Ministerio de Trabajo muestran que en el segundo mes de 2018 hubo 16.800 puestos industriales menos que en el mismo período del año pasado y 2400 empleos menos que en enero de este año. Desde el recambio presidencial se perdieron en el sector fabril 68.940 empleos, más del 5 por ciento del total.
Pero más dañiño aún que esta situación, que es gravísima porque el industrial es un empleo registrado y de calidad muy difícil de recuperar, es la reducción a la mínima expresión en la discusión pública de la necesidad de impulsar una economía productiva competitiva que permita generar valor, vender productos con trabajo argentino y trace un camino hacia el desarrollo del país. Son muy pocas las voces que aparecen públicamente expresando las dificultades de un número cada vez mayor de personas y empresas a las que todos los meses les va peor que el anterior. La “conversación” quedó reducida a cómo hacer negocios con la especulación financiera y si subir la tasa de interés a más del 30 % es muestra de autoridad o no, cuando la consecuencia más evidente será reducir la actividad económica.
Es cierto que hay un par de sectores que están creciendo, pero esto no debería tapar las dificultades que tiene el resto. El gobierno para ellos no tiene casi nada. Ni siquiera un ministro o funcionario que los contenga. Las tasas de interés para financiar las inversiones productivas son cada vez más caras y las importaciones están fuera de control o eso parece. Tal como le dijeron productores e industriales al presidente la semana que pasó en Las Parejas, el Estado llegó al absurdo de susbdidiar las tasas de interés de créditos destinadas a comprar maquinaria agrícola importada. Agobiado por el aumento de las tarifas, también el mercado interno se retrae, tal como lo indica cualquier estudio que mida el poder adquisitivo del salario.
La discusión económica en la Argentina está dominada por el sector financiero, que es de y para pocos, porque para participar de él se necesitan saberes específicos y mucha plata. También vivir en las tres o cuatro ciudades más grandes del país. La opinión pública solo discute de Lebac, tasas de interés, carry trade y todos esos instrumentos y mecanismos de los que el 98 % de la gente no entiende, aunque es la que paga las consecuencias. Hacer plata con plata hace millonarios a muy pocos y empobrece al resto, además de las consecuencias sociales y políticas que genera. Trump en EEUU es una muestra que no deberíamos pasar por alto. Si la bicicleta financiera es más rentable que la producción, no habrá futuro para la mayoría. En el país ya lo vivimos.