Ante la escalada de episodios violentos

La regulación de los cuidacoches tiene casi 40 años: insisten en actualizarla

La ordenanza que legisla sobre el trabajo informal de los cuidacoches es de 1981 y está vigente. Fija que deberán estar registrados con identificación, “cuidar el buen trato” y sólo recibir “voluntariamente” lo que les abone el conductor. Hoy, eso no pasa. Piden que se cumpla, y armar una mesa de trabajo con el municipio para consensuar una nueva legislación.

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El debate pasa por generar un ámbito de trabajo para consensuar una normativa actualizada que puede ser cumplida, abordando las múltiples problemáticas de los cuidacoches en la ciudad.

Foto: Archivo El Litoral / Luis Cetraro

 

Luciano Andreychuk

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Todo empezó con un tuit que —quizás— surgió de la impotencia por ver tantos episodios de violencia entre cuidacoches. “¿Cuándo el municipio va a hacer que se cumpla con la ordenanza Nº 8.133 del año 1981? Entre sus puntos principales está (...) que todo cuidacoche tiene que estar registrado en el Municipio”, disparó en su cuenta de Twitter la edila Marcela Aeberhard (PJ).

¿A qué se refería? El 20 de octubre de 1981, hace 37 años y en plena dictadura cívico-militar, el Concejo local sancionó la Ordenanza Nº 8.133, que fijó los parámetros para organizar la actividad de los “cuidadores de vehículos”, dice aquella vieja norma, actualmente vigente.

Esa ordenanza denomina “cuidadores de vehículos” a “aquellas personas que en los lugares destinados al estacionamiento en la vía pública “ayuden, mediante indicaciones y señas oportunas acertadas, al mejor y más rápido aparcamiento de automóviles”. “Toda persona mayor de edad interesada en ejercer como cuidador de vehículos deberá cumplimentar requisitos: solicitud con todos los datos personales, certificado de conducta intachable expedido por la Policía de la provincia”.

Sigue la normativa: “La secretaría de servicios públicos (de aquel entonces) otorgará los permisos correspondientes, priorizándose a personas mayores de 40 años y a personas discapacitadas que puedan cumplir con la función de cuidacoches”. Y la Policía de Tránsito “llevará un registro de los cuidadores habilitados, quienes deberán vestir en el horario de desempeño de sus funciones un guardapolvos (“limpio, planchado y correctamente abrochado”)”, dice el amarillento texto legislativo.

Los cuidadores de vehículos “deberán lucir higienizados, rasurados y con un corte de cabello discreto”; exhibir “en el bolsillo superior izquierdo de su guardapolvos la tarjeta identificatoria”. Además, “deberán cumplir los turnos y zonas de atención que fije la policía de tránsito, y observar un trato cortés con el público”.

Taxativamente fija: “Está prohibido a los cuidadores solicitar suma alguna de dinero o cualquier otro tipo de recompensas por su tarea, quedando facultados para recibir lo que voluntaria y graciablemente se les abone o entregue” el conductor. Toda irregularidad o negligencia “que afecte los intereses del público (...) será sancionada con apercibimiento, suspensión o cancelación de la tarjeta habilitante”. A la luz de los hechos públicos en la ciudad que involucran a cuidacoches (Ver pag. 15), nada del texto legislativo se cumple.

En agosto de 2010, el municipio hizo un intento de hacer cumplir esa norma. Entregó chalecos color naranja y credenciales identificatorias a unos 300 cuidacoches que integraron formalmente un registro municipal. Tampoco podían imponer tarifas. Pero en junio del año pasado, el secretario de Control, Ramiro Dall’ Aglio, confirmó a El Litoral que ya no se realiza más ese registro. La normativa cayó en un “limbo”.

Por qué sigue operativa

La ordenanza Nº 10.009 (de 1996), que aprobó los pliegos de bases y condiciones para la licitación pública de la concesión del Servicio de Estacionamiento Medido, fue modificada en su artículo 4 por otra norma, la Nº 10.966 (de 2003) que dice: “Exclúyase de la zona de concesión del estacionamiento medido, dentro de los horarios del servicio establecidos (...) la labor de los cuidadores de vehículos que regula la Ordenanza Nº 8.133”. Se autorizaba su trabajo en dichas zonas pero “fuera de los horarios de estacionamiento medido”.

Pero la ordenanza Nº 11.394 (de 2007), que estableció la organización del Sistema del Estacionamiento Ordenado Municipal (Seom), en su artículo 19 deroga la Nº 10.009. En limpio: sólo quedó aquella ordenanza llena de “viejas telarañas” que está operativa (vigente), que no se hace cumplir por parte del Municipio y que, a juzgar por lo que ocurre a diario, no representa el clima de época actual: es anacrónica y extemporánea.

“Tirar el problema”

“No hay que desconocerla a aquella norma que aún esta vigente. No hay un vacío legal: hay una actividad de la labor de los cuidacoches, que está reglada y sujeta a un texto normativo. Sí es cierto que hay que aggionarla a los nuevos tiempos. Habría que adaptarla (a la norma), estamos de acuerdo: pero es mentira que el municipio no puede hacer nada. (El intendente José) Corral no toma este tema en serio que es de su competencia, y ‘se lo tira’ a la policía o al vecino, que tiene que hacer la denuncia”, disparó Aeberhard, en diálogo con este medio.

“La norma vigente habla de cuidar buenos modales, y que no se pueden imponer tarifas, sino recibir a voluntad del conductor (el dinero). Se les tiene que dar preferencia a personas mayores de 40 años y con discapacidad, etc. ¿Qué se está cumpliendo de esto? Nada. ¿Cuántos pedidos de informes sancionamos en el Concejo? Varios. Ninguno contestaron (desde el Municipio)”, añadió la concejala opositora.

No hay una figura nueva que derogue aquella vieja ordenanza (Nº 8.133). “Lo que planteamos con un decreto (aprobado por el Deliberativo en noviembre de 2017), es conformar una mesa de trabajo con integrantes de varias áreas del municipio, para abordar la temática y encontrar los consensos para que el Municipio tenga una herramienta legal y actualizada”, agregó la edila.

“La intendencia tiene que abordar este tema”

Más allá de la normativa, “hablamos de un tema complejo, de varias aristas sociales. Por un lado, la libertad de una persona de estacionar en un lugar permitido sin problemas, pero también de la necesidad del cuidacoche de ganarse la vida, porque la situación socioeconómica está muy difícil. Tampoco hay que desconocer eso”, consideró la concejala.

“Dentro de la convivencia que hay que lograr en la ciudad, la intendencia tiene que abordar este tema. Porque el ciudadano termina siendo el único desprotegido. El intendente Corral dice que si hay problemas con un cuidacoches, ‘que el ciudadano haga la denuncia’. Tampoco es un tema exclusivo de la Policía, que sólo interviene en casos de lesiones, o una extorsión. El gobierno local debe comprometerse con este tema”.

En la mesa de trabajo que propuso el Concejo con ese decreto, se convoca a distintas áreas del Municipio (Control, Desarrollo Social, entre otras), y también a áreas de Provincia. “Y además, que las personas que puedan inscribirse como cuidacoches, hagan formación en oficios en las Escuelas de Trabajo municipales. Pedimos que haya un registro, un padrón, que el cuidacoches tengo certificado de buena conducta”, precisó la edila.

“Y que esa persona —añadió— tenga en las Escuelas de Trabajo una formación para acceder a un empleo mejor. Porque nadie quiere ser cuidacoches y estar a la intemperie, vivir mal... También hay otros factores a abordar como las adicciones y el consumo de estupefacientes que se deben abordar. En la práctica, sé que es difícil. Pero se puede y debe hacer el intento por mejorar esta cuestión”, cerró.