Omar Larrosa, otro campeón del mundo con El Litoral

“Es muy difícil armar un equipo en un Mundial”

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Omar Larrosa fue el jugador que se metió en el equipo del Flaco Menotti en el 78 cuando las “papas quemaban” y respondió muy bien.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a San Petersburgo, Rusia)

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Omar Larrosa era un volante de los que hoy se denominan “mixtos”, o sea que sabía jugar pero también ayudaba y mucho para marcar. Era el “ventilador” de aquellos tiempos, algo parecido, por ejemplo, a lo que hacía el Nene Commisso o Miguel Angel Tojo, por mencionar algunos jugadores. Se dejaba de jugar con el 4-3-3 tradicional y se empezaba con el 4-3-1-2, pasando el viejo “10” a jugar de enganche. Pero así como Larrosa podía jugar por los dos costados en el medio, también lo podía hacer de enganche porque le sobraba inteligencia y panorama de cancha.

—¿De qué dependemos ahora, Omar?

—De los jugadores, pura y exclusivamente de los jugadores. Sampaoli no tuvo tiempo de trabajo, no pudo entonces armar un buen equipo y es difícil amalgamar grandes estrellas, que en sus clubes juegan muy bien, en un Mundial que dura tan poco, porque el Mundial es distinto.

—¿Por qué todos recuerdan todavía a Brindisi, Russo y Babington; Houseman, Avallay y Larrosa?

—Porque éramos un equipo, jugábamos en equipo y teníamos un tremendo respeto por la pelota. Y eso que lo hacíamos en la cancha de Huracán, que siempre estuvo muy fea para jugar.

—¿Qué enseñanzas le dio el Flaco Menotti?

—Muchas, pero te nombro una: que nunca le mire el número de la camiseta al rival, porque quería decir que se me estaba yendo y yo no estaba cuidando bien mi sector.

—¿Y en Independiente?, ¿se acuerda de aquella final tremenda con Talleres?

—¡Claro que me acuerdo! Le empatamos 2 a 2 con un gol de Bochini cuando teníamos tres jugadores menos. Como habíamos empatado 1 a 1 el partido de ida, nos favorecimos por más goles de visitante. En ese equipo, el Negro Galván era un fenómeno porque quitaba todo; él me la daba a mí y yo empezaba el juego, era el responsable del control de pelota. Bochini jugaba un poco más arriba y teníamos tres delanteros.

—¿Y el Pato Pastoriza?

—Excepcional, siempre uniendo al grupo, un fenómeno como persona.

—Nómbreme los mejores compañeros que tuvo...

—Muchos. Vamos con uno por cada equipo: en Boca con Rojitas, en Huracán con Houseman, en Independiente con Bochini, en la Selección con Kempes. Y en San Lorenzo me tocó vivir una experiencia fea porque me fui al descenso.

—¿Jugó con Orlando Medina?

—Sí, pero en 1970. Lo que pasa es que en el 69 me fui a Argentinos Juniors, porque fui como parte del pase de Coch a Boca.

—¿Cuándo lo convocó Menotti para jugar en la Selección?

—Fue en esa serie internacional de 1977, cuando a la Bombonera fueron Francia, las dos Alemania, Escocia, Irlanda y otros dos más.

—¿Qué recuerdos tiene de haber enfrentado a Colón y a Unión?

—De enfrentarlos en dos instancias finales de aquellos viejos nacionales. En uno de esos, creo que fue cuando le ganamos, con Independiente, la final a River. En cancha de River nos pelotearon, pero en la nuestra los bailamos y fuimos campeones.