Después de un crimen

Venganza con fuego en Colastiné

Anoche varios sujetos incendiaron la vivienda del único detenido por el asesinato de Miguel Pintos.

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Las llamas destruyeron por completo la vivienda. Pero el siniestro afectó también a dos casas linderas que nada tienen que ver con el conflicto.

Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Se sabe, una muerte violenta nunca termina en eso nomás. En la mayoría de los casos lo que sigue es la venganza en cualquiera de sus formas, tales como amenazas, incendios o incluso más muertes.

Lo anterior sirve para describir lo que está ocurriendo en un sector de Colastiné Norte, más conocido como El Bañado, (paraje ubicado unos metros al oeste del cruce de las rutas 1 y 168), donde la madrugada del último domingo se produjo el asesinato de Miguel Francisco Pintos (32).

De esa noche, los vecinos de la zona recuerdan que eran cerca de las 4.30 cuando primero se escuchó una explosión y luego varios hombres que gritaban.

Tirado en la calle

* “Cuando me asomé lo vi a Miguel que estaba tirado en la calle. Entonces como me asusté mucho me metí para adentro”, dijo hoy una jovencita en diálogo con El Litoral.

“Al rato llegó la policía y es mentira lo que dicen que enseguida lo llevaron. Estuvo más de media hora tirado en al calle hasta que llegó la ambulancia. Pero ya estaba muerto”, agregó.

Un “puntazo” en el cuello

En efecto Pintos dejó de existir en el lugar como consecuencia de una certera puñalada que otro individuo le asestó en el cuello.

Un rato antes, el nombrado había estado junto a otras personas dentro de una vivienda compartiendo charlas y bebidas.

Según trascendió fue durante esa velada que Pintos discutió con un muchacho, hasta que ambos se tomaron a golpes de puño. Los demás hombres pararon la pelea y el joven se retiró del lugar. Pero claro, no todo terminó allí.

Porque minutos después el joven regresó al lugar, ahora armado con una cuchilla. Y ni bien cruzó a Pintos en la calle le asestó un puntazo con el resultado ya conocido.

Nada hacía suponer que el nombrado podía terminar así sus días. Si bien últimamente “andaba en la mala” (estaba sin trabajo; su compañera lo había abandonado y vivía solo en una precaria finca ubicada al fondo de El Bañado), los lugareños lo describieron como un buen vecino.

Captura

Las luces de los vehículos policiales y de la ambulancia iluminaron la zona y pusieron en estado de máxima tensión a los lugareños.

Luego de entrevistar a algunos testigos los investigadores supieron que el supuesto agresor tenía 17 años y que no estaría muy lejos.

Así las cosas se ordenaron una serie de requisas hasta que finalmente los policías detectaron al sospechoso quien intentaba escapar a campo traviesa.

Los policías se pusieron en persecución y el joven, al verse rodeado, terminó siendo aprehendido. En poder del implicado se halló una cuchilla, que sería el arma homicida.

Incendio

Pero si bien el imputado del crimen ya está tras las rejas, los ánimos siguieron caldeados en Colastiné.

Y el punto máximo de furia se concretó anoche, poco después de las 22, cuando un grupo de personas llegó hasta la finca donde vivía el ahora detenido (en calle René Favaloro sin número) y le prendió fuego.

Por fortuna dentro del inmueble no había persona alguna. Esto es así porque los familiares del sospechoso ya habían sido advertidos sobre la inminente concreción de una acción contra ellos. Ante ello decidieron abandonar el lugar y buscar refugio entre familiares y amigos.

Las llamas destruyeron por completo la vivienda. Y el siniestro tuvo tal intensidad que hasta afectó a dos viviendas linderas, que nada tienen que ver con el conflicto.

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Miguel Pintos fue asesinado la madrugada del domingo. Su cuerpo estuvo tirado en la calle más de media hora. Foto: El Litoral