Pruebas y testimoniales
Pruebas y testimoniales
Hay más que una copia “Baratta”

Baratta, ex mano derecha de De Vido, en la puerta de oficinas vinculadas a Isolux con un bolso en la mano. Parte de un video del “autor de los cuadernos”. Foto: Gentileza Clarin
Redacción de El Litoral
¿Cómo afecta en el ánimo de los empresarios un fin de semana tras las rejas? Mañana indagan a Franco Valenti, director de Impsa, uno de los 17 detenidos entre ex funcionarios y empresarios en la causa de los cuadernos con las coimas “K”.
Oscar Centeno declaró que quemó los originales. El propio chofer ratificó que es autor de los manuscritos preservados en las copias; además el periodista Diego Cabot ratificó que son reproducciones de los originales y Jorge Bacigalupo -el ex comisario de la Federal que “le prestó” los cuadernos a Cabot- ratificó también la veracidad de las copias.
Pero incluso los originales de nada servirían sin la catarata de evidencias que se vienen sumando. De hecho Juan Carlos de Goycoechea (ex Isolux) se sumó a Centeno como arrepentido y admitió como empresario haber entregado bolsos con dinero a Roberto Baratta, la mano derecha de De Vido. Dijo que fue “presionado” y que era para la campaña “K”, pero será el juez en todo caso el que encuadre el hecho como parte de un delito eventual: cohecho, lavado, enriquecimiento.
Esta mañana el periodista de Clarín, Miguel Wiñazki, reprodujo junto a su columna una foto en la que se ve a Baratta con un bolso en la puerta del estudio jurídico de Goycoechea, en la que el ex funcionario de Planificación habla por teléfono. Si ese hecho coincide con una descripción de Centeno, si las telefónicas ratifican el lugar y la fecha, entonces el juez tiene mucho más que una “fotocopia”. Incluso podría tener los originales, pero si tiempo y lugar no se corroboran con otras pruebas, de nada servirían.
Hubo tres meses en los que el juez Claudio Bonadio y el fiscal Stornelli trabajaron verificando todo lo posible; hubo dos meses anteriores en los que Cabot y sus dos colaboradores hicieron lo mismo dentro de sus posibilidades. La magnitud de las pruebas a las que aludió el fiscal para mantener a empresarios y ex funcionarios presos es lo que ponderó el juez para convalidar su pedido.
Allí juegan un papel relevante no sólo el impacto en las antenas telefónicas sino también la existencia de los lugares descriptos por Centeno, las placas de los autos registradas en los escritos “fotocopiados”, los registros oficiales de ingresos a la Casa Rosada y a Olivos, así como a otros lugares con datos acumulados sobre movimientos de personas y vehículos.
Remordimientos a la sombra
¿Hay incluso escuchas telefónicas ordenadas por el juez? ¿Hay más fotos y videos con posibilidades de verificar tiempo y lugar? Un bolso con dinero deja las huellas de un barco en el mar; pero fotos, videos o escuchas eventuales, más declaraciones testimoniales, son otra cosa.
Todo eso y la conciencia ante familiares y amigos, ante el prestigio de la propia carrera, es lo que pesa por estas horas en la conciencia sobre los detenidos. Se los había advertido el juez brasileño del Lava Jato a sus pares argentinos: la clave es el primer empresario que se quiebre. Eso ya sucedió con Goycoechea (Isolux) pero podría sumarse Juan Carlos Caballero (ex Iecsa) que permanecía detenido “aparte” de sus pares -en dependencias de la Federal- junto al primer arrepentido empresario de la historia argentina.
Cristina
El 6 de mayo de 2013, Centeno consignó en un cuaderno “una reunión que tuvo el ministro De Vido, Baratta y la presidente Cristina F. Kirchner en la cual los instruyó para que sigan recaudando de las empresas para las próximas campañas electorales”. Diego Cabot y Hugo Alconada Mon revelan hoy en La Nación que según surge de los escritos, Centeno presenció en ocasiones algunos diálogos y otras veces Baratta le contó lo conversado o escuchaba de éste sus informes telefónicos a terceros mientras se trasladaban en el auto.